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Se acaba de inaugurar en Barcelona la edición de este año del Mobile World Congress que desde el año 2006 se celebra en Barcelona y que, si a pesar del esfuerzo de muchas autoridades catalanas y de las distintas organizaciones independentistas no lo impiden, seguirá albergado por la Ciudad Condal hasta el año 2023. La GSMA, la entidad de la organizadora, lleva meses insistiendo que este contrato se puede romper si no advierten «estabilidad y la seguridad» como únicas condiciones para que el Mobile World Congress se quede en Barcelona al menos hasta la fecha convenida. Las autoridades municipales y autonómicas han respondido a estos requerimientos haciendo un vacío al jefe del Estado, el Rey Felipe VI, dejando claro que mantener o perder el Congreso les importa mucho menos que su ego y organizaciones independentistas han azuzado la calle para crear el conflicto.
Las cifras económicas para Barcelona de este acontecimiento son incontables por astronómicas, no es solo el dinero real que se ingresa durante los días de Congreso, si no que lo es también, y aún más, la reputación que relanza a Barcelona como capital de la tecnología. Hablamos de más de 400 millones de euros, de 108.000 congresistas de primer nivel y de 2.300 empresas expositoras y, no lo olvidemos, de que genera alrededor de 13.000 puestos de trabajo directos y otros miles indirectos. Es evidente que si a las autoridades municipales y autonómicas votadas, estas cifras les importan una ‘mierda’ el ‘Mobile’ desaparecerá de Barcelona y será por culpa de ellos.
No entiendo nada. ¿Tanto vale para Colau, Torrent e independentistas sociales, su ‘ego’? ¿Alguien me lo explica?