¡Oh misterio!


junqueras

Es evidente que las razones que Mas tenía para no adelantar las elecciones siguen en pie. Nada hace presagiar que electoralmente la fecha de septiembre, después de las municipales, juegue a su favor. Entonces, ¿por qué las adelanta? Solo se me ocurre que no tenga más remedio o que las ventajas del más que posible fracaso electoral vengan compensadas con un reconocimiento, caben muchas fórmulas, por parte de los posibles ganadores de la contienda, Esquerra, hacia su persona, su misión en la Historia y su posición en el futuro. Muerto Pujol como prohombre de Cataluña, a la corta lista de seres extraordinarios oficiales, Macià y Companys, se unirá indiscutiblemente, por aclamación y en vida, Artur Mas.

¿Qué pasará en septiembre? Lo veremos entonces, no antes. Lo normal sería que ERC saliera potenciada por unos buenos resultados en las municipales mientras que CiU perdiera alcaldías en estos primeros comicios. Lo normal sería que la Comisión de Investigación del Parlamento de Cataluña sobre el fraude, la evasión fiscal y la corrupción, que empieza sus comparecencias este enero, hubiera al menos sembrado dudas sobre la financiación de los Pujol y la propia Convergencia poniendo de manifiesto que el famoso oasis catalán tenia tintes claros de gruta alibabesca. Lo normal sería que la irrupción de Podemos en las municipales, al menos en Barcelona ciudad, rompiera esta peculiar superposición catalana entre izquierdas e independencia haciendo que los indignados catalanes votaran al margen de las posiciones separatistas y por tanto la suma de votos pro independencia fuera claramente a menos.

No entiendo nada. Lo normal es que no hubiera habido adelanto electoral  y, según parece, lo conveniente para la coalición ahora gobernante es que tampoco. ¿Qué ha hecho que, en contra de esto, Mas -¡oh, misterio!- convoque las elecciones en lo que para su partido se presume será un muy mal momento? ¿Alguien me lo explica?


Un comentario en «¡Oh misterio!»

  1. Ningún misterio. El 27 de septiembre es el puente de la Mercé, festivo en Barcelona capital, que no es lugar donde los nazionalistas obtengan muchos apoyos, y encima es donde más desciende su voto. Además, después del aquelarre que montarán el 11 de septiembre, con nueve meses de matraca propagandística goebeliana cuyo fin es asustar al disidente y silenciarlo, a mucho votante antinazionalista o se le quitarán las ganas de acudir a un centro donde los ojos de la gestapo catalana estarán observándolo, mirando qué papeletas coge, asustándolo. Esa es su estrategia. La nuestra debe ser no permitir que el miedo gane las elecciones por incomparecencia de los votantes nonazis.

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