Y Durán y duran

088926e7a71890c6a8aaa81cefe17754El hecho es que hoy se ha publicado la segunda oleada del Centro de Estudios de Opinión -el CIS catalán-. Los resultados confirman la tendencia ya observada en las últimas encuestas: ERC ganaría las elecciones con 38-39 diputados desde los 21 actuales y CiU se la pega, pasa de los 50 que le dieron la victoria a 35-37. Subirían Ciutadans de Albert Rivera, ICV la Izquierda Unida catalana y los abertzales de las CUP. El PSC seguiría en caída libre y el PP retrocedería también. Todo un éxito para los partidos gelatina que se adaptan babosamente a los tiempos: desconcertar al votante siempre pasa factura.

Ante tal debacle de la coalición entre Convergencia y Unió, hasta ahora siempre hegemónica en Catalunya, no es de extrañar que Durán esté especialmente incómodo y se atreva, ya era hora, a hacer llegar a la sociedad -aunque por vía indirecta- sus planteamientos.

Durán, nada independentista por otra parte, aspirante eterno a ministro de Exteriores del Gobierno de España, tiene la seguridad de que los planeamientos de Mas les llevan al olvido, Esquerra se los come.

Durán sabe que los pesos pesados tradicionales de Convergencia, Jordi Pujol, Miquel Roca y tantos de los de siempre, no aguantan más. Le consta por vías más seguras que un pajarito, que Rajoy hará lo indecible para que ante un choque directo con Mas salga vencedor. O Mas vuelve al redil o pronto será historia, y si bien Duran no le heredará si será el que le ponga en suerte para que los suyos le den la estocada final.

 

Defensa pétrea

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El hecho es que después del mazazo, previsible por otra parte, que ha supuesto para la Casa Real la imputación de la Infanta, y a falta de que el recurso presentado por el fiscal anticorrupción, auténtico balón de oxígeno, prospere o no, el Monarca personalmente ha tomado cartas en el asunto y ha contratado a Miguel Roca como abogado defensor.

A estas alturas del partido es difícil que alguien no conozca a Miguel Roca, padre de la Constitución, y figura clave en la transición española. Políticamente procedente de la izquierda catalana anti franquista, colaboró con Jordi Pujol en la creación del movimiento nacionalista catalán y tras multitud de encontronazos con el Molt Honorable, acabó abandonando la primera linea política para montar un bufete de abogados que, ahora mismo y en la más profunda discreción, se ha convertido en uno de los más importantes de España.

La interpretación más generalizada cuando se ha dado publicidad a este encargo regio, ha sido más bien en forma de reproche: “El Rey busca abogado en el separatismo catalán”. Esta sentencia resumiría los comentarios casi unánimes de un gran número de opinadores madrileños. ¡Menuda estupidez!

Identificar a Roca Junyent con el secesionismo catalán indica dos graves ignorancias: la primera sobre quién es Roca y la segunda sobre lo que está pasando políticamente hoy en Catalunya.

Para mi, las claves de la elección son dos: Una el hecho de que entre los grandes nombres de la abogacía española, sin lugar a dudas, Roca es el personaje que más conoce, entiende y se relaciona con todas las instituciones del Estado. Sabe por tanto perfectamente cómo puede afectar cualquier hecho a los equilibrios, sin duda complejos, entre los distintos poderes de la Nación. La otra, y no menos importante, es la de contar para el ámbito penal, del que Roca no es en absoluto experto, con uno de los abogados penalistas más importantes de España, Jesús María Silva, catedrático de Derecho penal de la Universidad Pompeu Fabra, de reconocido prestigio en el ámbito jurídico.

Si a esta dualidad: conocimiento institucional y profesionalidad probada, le añadimos el trato con la prensa propio de un político de la experiencia y talante de Roca, no me cabe menos que felicitar al Rey por la elección. Es incluso probable que Urdangarin, su abogado y su experimentada capacidad de meter la pata con la prensa, hayan salido ganando.