Democracia hereditaria


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Han pasado dieciocho meses desde la primera imputación de Oriol Pujol. El que fuera designado heredero del Molt Honorable, casi por vía monárquica hereditaria, tenía los pies de barro y, si bien se resistió lo que pudo inventando una fórmula nueva en política democrática que es la de nombrar virrey en sus diversos cargos, ha tenido que ceder sus varios cetros de mando de forma que se me antoja definitiva. ¿Qué ha pasado para que el que se resistía como gato panza a arriba a dejar nada ahora y por sorpresa lo deje todo y eso suponga probablemente el fin político de toda la saga? ¿Miedo, sentido del ridículo, vergüenza torera, cansancio, táctica?

No entiendo nada. En un partido democrático, ¿no causa como mínimo sonrojo que se herede el liderazgo? ¿Es normal perder el pudor hasta el punto de que un hijo pretenda heredar políticamente al padre? Qué sentido de propiedad tiene de un país el padre al que no le repugna entregarlo en herencia a su vástago? ¿Qué le pasa por la cabeza a un político imputado para no dimitir y ceder temporalmente solo las funciones de múltiples sus cargos? ¿Es solo sentido de propiedad? ¿Es desprecio a la democracia? Los demás del partido: cargos públicos, jefes políticos y militantes, ¿por qué tragan? ¿Alguien me lo explica?


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