Fuenteovejuna, con el “Estatut” todos a una


No entiendo nada. A nadie debe extrañar que uno de los trabajos fundamentales para los que ejercemos como periodistas, además de mantener nuestras fuentes propias, sea repasar lo que publican nuestros colegas. Dedicamos varias horas de nuestra jornada laboral a leer periódicos, a escuchar radios y a ver televisión. Muchas veces tomamos notas o guardamos hojas de periódicos para poder realizar nuestro trabajo ulterior, escribir estando bien informados. Uno de los textos que guardé fue el de la entrevista publicada este pasado lunes con Josep Cuní, que para quien no lo sepa es “la coña en verso” del periodismo catalán radiofónico y televisivo. Decía Cuní -hablando de Cataluña- que “en este país es donde más relaciones promiscuas hay entre periodistas y políticos”. Habrá que preguntarle, si tenemos ocasión, para que nos amplíe el asunto.

Así de entrada, la sentencia de Cuní, entiendo que está muy clara. Pero, queda todavía más clara si siguiendo la prensa catalana desde el propio lunes uno observa, a raíz de la esperada sentencia del Tribunal Constitucional sobre el “Estatut”, una caterva de amenazas firmadas por casi todas las figuras relevantes de la política catalana: no hay otro tema. Y queda palmariamente claro cuando, tres días después, los principales periódicos catalanes, doce en total, publican un editorial común. No acabo de entender lo de común, siempre creí en las opiniones individuales y lo de coincidir sin matices con tanta gente me exaspera. Pero, en fin, ellos sabrán…

Pasemos al contenido de tan inusual coincidencia. En primer lugar, introduce al ya famoso Tribunal Constitucional, dándole un par de viajes que lo deja tieso. Después nos habla de que se va a convertir, de hecho, en una “cuarta cámara” y puede deslegitimar no solo al Rey, sino al Parlamento de Cataluña, a las Cortes Generales y, cómo no, a todo el pueblo catalán. A partir de esta suave introducción, el editorial -es decir, todos los periódicos de Cataluña, o sea el colectivo de periodistas catalanes, el cuarto poder, en definitiva- ejerce de Tribunal Constitucional y, como tal, emite su sentencia: descalificar a todo aquel que piense en enmendarle la plana al texto del “Estatut” tal y como fue aprobado en referendo. El gremio periodístico, haciendo suyos los tics tan típicos de la época franquista,  instaura su verdad como única verdad y excluye de la normalidad a todos aquellos que, a pies juntillas, no comulguen con su credo. Vamos bien querida prensa. No sé si ahora se entiende más la frase de Josep Cuní, pero sí sé que ahora no entiendo nada.

Por cierto, no presupongan, a raíz de este texto, mi posición con respecto al Tribunal Constitucional, a la Constitución y al propio “Estatut”. Es otro debate y es muy probable que se lleven más de una sorpresa.


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