Es conocido que el PP de Rajoy fía toda la legislatura a la salida de la crisis. Lejos de pensar que el votante es persona, lo reduce a comprador e interpreta que para votar solo analizamos nuestros bolsillos. Si hay alegría económica, y no digamos si está envuelta de navidad, confiaremos a pies juntillas en aquel que nos ha devuelto a la senda de disponer de algunos euritos extra. El plan de Rajoy era, en la recta final, bajar impuestos, pagar extraordinarias, limosnearnos con alguna ayuda y hacer un presupuesto esperanzador para presentarnos un futuro con él de viva la vida.

La Comisión Europea, los jefes de los hombres de negro, visto el presupuesto preelectoral que presumiblemente va a aprobar nuestro Parlamento, alerta de que con estas previsiones no cumplimos el déficit comprometido. Según Bruselas, España debe gastar menos recortando el gasto público, reformas,  o ahorrando en servicios al ciudadano, miserables recortes. Nuestro gobierno, que no contempla jamás gastar menos, responde que gracias al crecimiento desatado ingresaremos más vía impuestos.

No entiendo nada. Los mismos que dijeron que donde mejor estaba el dinero era en el bolsillo de los ciudadanos no contemplan más que ingresar vía impuestos para cuadrar el gasto. ¿Son incapaces de entender que se cuadran mejor las cuentas y es más sostenible organizar un país que gaste menos? ¿Alguien me lo explica?