Juan Milián: ‘Aprovechan el coronavirus para cerrar la sociedad’


Conversación tranquila de @jmfrancas con Juan Milián (@juanmilian), politólogo, ensayista y articulista en The Objective, El Debate de Hoy y ABC (edición catalana). Profesor asociado de la Universidad de Barcelona y Coordinador General de Estrategia de Política en el Partido Popular Catalán y participante en MIRADAS ANTE LA CRISIS DEL COVID-19 del Club Tocqueville.

Tuitter:@jmfrancas Webhttps://sinpostureo.com bloghttps://www.noentiendonada.es,   YouTubehttps://www.youtube.com/channel/UCUGcEzxyMJwuOCBNnjwPDxg?view_as=subscriber

JMF: ¿Llegó la “peste”?

JM: Sí, como en el libro de Camus, ahora solo nos obsesiona la peste, la pandemia. Y perdemos de vista cuestiones fundamentales. Por miedo, parte de la sociedad parece dispuesta a sacrificar algo más de lo necesario. Esto es aprovechado por algunos gobiernos, como el de Sánchez e Iglesias, para implementar con mayor facilidad una agenda populista. Reaccionaron tarde a la “peste” y ahora no solo agravarán la crisis económica, sino que están creando una crisis democrática.

JMF: ¿Es que igual la peste son ellos?

JM: Las democracias enferman, y a veces mueren, por políticos así, sin contención, ni respeto por la verdad. Por un lado, está el discurso de estigmatización e, incluso, de deshumanización del adversario. A lo que Quim Torra llamaba “bestias taradas”, Pablo Iglesias llama “inmundicia”. No confrontan ideas. Desprecian al adversario, generando unas dinámicas de confrontación que imposibilitan el diálogo o el reformismo. Por otro lado, tratan de socavar los pilares de la democracia liberal. Desde el nombramiento sectario de la Fiscal General del Estado hasta los ataques de Iglesias a la Justicia, vemos como se intenta matar la separación de poderes. Matan a Montesquieu, y también a Popper. Aprovechan el coronavirus para cerrar la sociedad. La famosa pregunta del CIS era muy gráfica: te daban a elegir entre bulos o verdad oficial. Sin embargo, esta dicotomía es falsa y más cuando la fuente principal de bulos está siendo el propio Gobierno.

JMF: Pedro y Pablo… ¿Cuál es peor?

JM: Se complementan. Pedro Sánchez es lo que los teóricos del populismo llaman un significante vacío. A él solo le interesa estar en La Moncloa y para ello es capaz de defender cualquier cosa. Es Pablo Iglesias el que le está dotando de contenido ideológico y el que está imponiendo su agenda revolucionaria.

JMF: La crisis sanitaria la han gestionado fatal, basta ver números. La económica, ¿va por el mismo camino?

JM: El gobierno repite el error de los “brotes verdes” y la “Champions League” de Zapatero. Ahora le llama “la gama alta de éxito”. Igual que despreciaron el peligro pandémico, ahora infravaloran la crisis económica que se nos viene encima. Es un error fatal, porque aplican políticas desenfocadas. Se enorgullecen de “prohibir los despidos” -estigmatizando así a los empresarios-, cuando deberían estar dando incentivos fiscales a la creación de empleo. Prometen repartir lo que no vamos a tener en lugar de sentar las bases para la recuperación. Parece que les alegre que millones de españoles pasen a depender del Estado. Así lo celebraba la ministra de Trabajo. Pero con estas políticas llegará el momento en que tendrán que realizar unos recortes enormes. No están diciendo la verdad y el golpe será más duro al no prepararnos como es debido.

JMF: Y, ¿si realmente les gusta que ‘dependamos’ del Estado?

JM: Esa es su agenda. Ven una sociedad empobrecida y dependiente como una oportunidad para extender una gran red clientelar que les asegure el poder político. Por ello, impulsan controles de precios, que saben que provoca desabastecimiento, o desincentivan la creación de empleo. El desprecio hacia el sector turístico, por ejemplo, es propio de aquellos a los que, o no tienen ni idea, o poco les importa el futuro económico de nuestro país. Estamos en las peores manos en la peor crisis. Los abusos contra las libertades nos indican el camino que pretenden seguir. Ahora deberemos defender derechos y libertades que hasta hace poco dábamos por seguros. Sin embargo, la sociedad española no claudicará tan fácilmente. Vemos como este es de los únicos gobiernos del mundo que está perdiendo apoyos en la sociedad durante la pandemia. Más allá del pecado original, el 8-M, gran parte de los españoles ve que el gobierno no solo no corrige el rumbo, sino que sigue encerrado en bunker ideológico pernicioso para el interés del país.

JMF: Pero con tanta fuerza mediática, ¿no piensas que conseguirán un relato favorable?

JM: Es cierto que se han volcado en la propaganda y en el relato. A este gobierno le preocupa más la crítica a su gestión que lo que le preocupó las advertencias de la OMS y la UE respecto al coronavirus. Regalar dinero público a grandes medios privados en plena crisis es un ejemplo, pero no les será tan fácil imponer la mentira cuando ésta contrasta tanto con la experiencia vivida por los españoles. Sigo siendo crítico con la polarización que generan las redes sociales, pero hoy, gracias a ellas, millones de españoles tenemos información que el Gobierno no quiere que tengamos. Por eso, quieren “monitorizarlas”. Es evidente que una parte muy ideologizada acepta que sus líderes digan una cosa y hagan la contraria. Esto también pasaba con el denominado “procés” separatista. Sin embargo, están en un proceso, valga la redundancia, de bunkerización, de resistencia. No atraerán a nadie nuevo. Solo pueden aspirar a radicalizar a los más fieles. La mentira es demasiado grande y no podrán apagar todos los canales de información.

JMF: Toda la izquierda, la política y la mediática, intenta pasar la responsabilidad a la presidenta de la CAM, Isabel Díaz Ayuso. ¿Colará?

JM: Que lo de las pizzas sea para algunos un escándalo mayor que el haber permitido todo lo que se permitió para celebrar el 8-M o la pésima gestión del mando único es una muestra de prioridades equivocadas. Por un lado, tenemos a Sánchez que con un tono tan suave como falso llama a no politizar la tragedia. Pero se reparten los papeles, ya que, por otro lado, tienes a Podemos organizando caceroladas contra el Jefe de Estado en pleno confinamiento, o discursos cargados de demagogia e insultos como los de Lastra o Simancas. Cuando la hipocresía es tan evidente puede ser un bumerán. Es probable que, así, acaben fortaleciendo aún más el liderazgo de Ayuso entre los madrileños.

JMF: ¿Te fías del convencimiento democrático de Pablo o de Pedro?

JM: No creo que Sánchez tenga más principio que el de mantenerse en el poder, llevando su manual de resistencia al límite. A Iglesias sí le percibo más convencimiento en algo ideológico, pero no en las virtudes de la democracia tal como ésta se entiende en Europa, es decir, la democracia liberal. Sus convicciones son más propias de otras latitudes donde se usa un discurso aparentemente democrático para laminar aquellos pilares que precisamente sostienen la democracia: Estado de derecho, separación de poderes, libertades individuales… Todo aquello que la prensa “progre” critica de Trump o Jonhson puedes multiplicarlo para el actual Gobierno español.

JMF: ¿Cómo saldremos de esta: muchos muertos, todos pobres y con menos libertades que antes?

JM: Me temo que la izquierda española está hoy prácticamente engullida por el populismo; por lo que a los miles de muertos les seguirán millones de desempleados y las tentaciones autoritarias del Gobierno se incrementarán. Pero, para dar una nota de esperanza, sí creo que algo ha cambiado en positivo. Fíjate que antes de la pandemia el discurso predominante era el de la guerra cultural (o subcultural, más bien). Si no la llamabas “portavoza”, te situabas entre el micromachismo y el fascismo. Desde un punto de vista racional parece bastante estúpido, pero lograron imponer ese relato en una parte importante de la sociedad que, henchida de superioridad moral, se quería ver como una resistencia antifascista, cantando el “Bella ciao” desde el sofá de su casa. Sin embargo, ahora la pandemia nos sitúa ante un enemigo real, aquellas tonterías se ven como lo que son, y se valoran liderazgos más sólidos, en lo intelectual y en lo moral, como el del alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida. Hay sed de una mejor política y, cuando los partidos apuestan por ella, la sociedad sabe reconocerlos. Esa es ahora mi esperanza.

JMF: Es también la mía, estoy muy harto de que nos gobiernen posturitas. Mil gracias y un abrazo.

JM: Gracias a ti. Y felicidades por las entrevistas. Espero que estén siendo bien “monitorizadas”. Un abrazo.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *