Las “Maquiavelas”


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Siempre se ha hablado de ‘El Príncipe’ de Maquiavelo como del mejor manual para lanzarse a la carrera política. Si a este tratado le añadimos la lectura comprensiva de ‘El arte de la guerra’ de Clausewitz, iremos completando un Master en política práctica. Pero los dos tratados, especialmente en la era de las comunicaciones, se quedarán cortos si no añadimos las inefables aportaciones de dos grandes figuras de la teoría política española: Isabel Pantoja y Marta Ferrusola. Ellas, compañeras o esposas de políticos otrora ilustres, pronunciaron dos sentencias que merecen figurar en las frases lapidarias de la comunicación política de la ‘casta’. Isabel Pantoja, acosada en su relación con Julián Muñoz por los famosos ‘paparazzi’, aconsejó al político marbellí: “dientes, dientes, eso es lo que les jode”; así pretendía ella encauzar la mala leche del exalcalde y romper el morbo de la prensa de corazón. Si a esta estrategia para ‘que nos dejen en paz’, le sumamos el consejo que Marta Ferrusola le dio a Jordi Pujol cuando le dijo este verano “tranquilo, esto se olvida”, tenemos claras los dos máximas de actuación del político pillado, extensible sin duda al hombre público ante cualquier situación embarazosa: sonreír y esperar a que escampe. Con Maquiavelo, Clausewitz, Pantoja y Ferrusola llegamos a completar el compendio de cómo sortear el mal hacer en la vida pública.

No entiendo nada. Cuando la vieja política parece que se está desmoronando, ¿será posible que la nueva teoría que deba practicar el gobernante se base en la verdad, la generosidad y el esfuerzo en vez de la cara dura del cantamañanas? ¿Alguien me lo explica?


Un comentario en «Las “Maquiavelas”»

  1. Que España está hecha -unos zorros- y que no hay por donde cogerla, desayuno, comida, merienda y cena, cada día salen nuevos casos de corrupción, la codicia, el sentirse que -soy intocable- como Pujol y esposa, que le sigue el juego, y a esas edades no hay marcha atrás para arrepentimiento, ni lo tienen que nos quiten lo bailao ( pensarán ), no hay principios, moral ni ética, solo una basta sonrisa y -pelillos a la mar-. La cantaora, lo tiene un poco crudo, pero es que la avaricia rompió el saco. A estas alturas solo falta una regeneración Democrática en el servicio al pueblo. Gracias por dejar poner una opinión.

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