Luis Esteban: ‘Lo único que importa es el deber moral que tenemos de combatir al mal’


Conversación tranquila de @jmfrancas con Luis Esteban, policía nacional.

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JMF: ¿Obvias lo de escritor?

LB: No lo obvio, pero en mi caso ser policía nacional me define, mientras que ser escritor es sólo una circunstancia más en mi vida.

JMF: Hablemos de la circunstancia entonces…. ¿De qué escribes?

LB: Intento escribir aquello que me gustaría leer, y a veces, pocas, lo consigo.

JMF: Basándote en tu experiencia de policía, tu ser.

LB: Generalmente escribo novela negra, aunque en ocasiones me gusta explorar otros ámbitos. La novela negra, eso sí, me permite expresarme dentro de un territorio conocido y ahorrarme la siempre pesada labor de documentación. Uno siempre escribe sobre sus experiencias. Al menos en mi caso.

JMF: ¿Última novela?

LB: MOROLOCO, una novela sobre el narcotráfico y la corrupción en Campo de Gibraltar. Es una obra de ficción que se fundamenta en un contexto real. Como toda novela negra, evidencia la lucha entre el bien y el mal. También describe la lucha interior que muchas personas libran entre sus intereses y sus principios.

JMF: En la vida real, ¿gana el bien o el mal?

LB: Es difícil de decir. Desde una perspectiva a largo plazo, el bien parece ir ganando la partida. Hoy hay menos crímenes, menos esclavitud y menos tiranía que hace diez siglos. En cualquier caso, el estado provisional de la batalla es irrelevante. Lo único que importa es el deber moral que tenemos de combatir al mal.

JMF: Y en la lucha interior de las personas, ¿qué gana?

LB: Es una pregunta de mucho calado. En mi humilde opinión, la de un lego en cuestiones filosóficas, todo depende de nuestro posicionamiento ético, de nuestras creencias, de nuestra fe y de la fuerza de voluntad, que es la que hace que nos conduzcamos o no con coherencia.

JMF: La tentación del dinero fácil es muy fuerte…

LB: Porque nos quedamos en la superficie, en la apariencia de las cosas. Algunas personas no han tenido la fortuna de ser educadas con arreglo a principios sólidos. Esas personas pueden dejarse llevar fácilmente por los cantos de sirena del materialismo, que nunca desembocan en una auténtica felicidad, o al menos en una existencia satisfactoria. Creo que cumplir con tu deber, ser consecuente con tus creencias y conducirte con honestidad son premisas que ayudan a que te sostengas la mirada ante el espejo. No sé si eso te hace feliz, pero te convierte, ante tus propios ojos, en una persona digna. Que no es poco.

JMF: ¿Es un coladero de droga España?

LB: Es un punto neurálgico del narcotráfico por causas obvias: somos el país más cercano a Marruecos (que es el mayor productor mundial de hachís), tenemos multitud de puertos, que además son los más cercanos a los países exportadores de cocaína y compartimos, con estos países, una lengua común, lo que facilita la labor de los traficantes. Esto nos convierte en la puerta de entrada idónea para la droga que se introduce en Europa.

JMF: ¿Qué zonas son especialmente conflictivas?

LB: Todos los puertos (especialmente los de Algeciras, Valencia y Barcelona, por el ingente movimiento de contenedores que registran), la costa sur (por su proximidad con Marruecos) y los aeropuertos, aunque a través de estos se importa menos cantidad de sustancia estupefaciente.

JMF: ¿Ya no es Galicia como lo era?

LB: En Galicia la Policia Nacional logró reducir el narcotráfico hasta cotas que parecían inimaginables. Se hizo un trabajo sensacional. Esa experiencia se ha trasladado, con resultados magníficos, a Campo de Gibraltar, donde la situación se ha normalizado en un plazo de tiempo muy corto. Eso no significa que podamos dormirnos en los laureles. El crimen organizado merma, se repliega, cambia de zonas, pero no se rinde. Por eso debemos seguir hostigándolo en Campo de Gibraltar, comarca que siempre será un imán para los narcos, debido a su cercanía a Marruecos entre otros factores.

JMF: ¿Cómo se combate el narcotráfico?

LB: Principalmente, con policías motivados y comprometidos. El capital humano, extraordinario en la Policía Nacional, es el factor más decisivo. A eso hay que añadir recursos materiales, coordinación entre las fuerzas actuantes, fuentes de información, leyes adecuadas, etc.

JMF: ¿La legislación española es correcta para ello?

LB: Se han adoptado medidas inteligentes, cómo prohibir las narcolanchas y declararlas bienes de ilícito comercio, lo que permite procesar a sus propietarios. Por otro lado, las penas que se imponen a los traficantes son bastante severas, sobre todo si las comparamos con las que se imponen en los países de nuestro entorno.

JMF: Los ciudadanos, al menos los padres, no entienden la facilidad con que los jóvenes acceden a narcóticos: colegios, discotecas etc. ¿Se combate esto?

LB: Se combate el narcotráfico a todos los niveles. La Policía Nacional tiene grupos de investigación especializados en pequeño tráfico y otros dedicados a las grandes organizaciones criminales. Pero el narcotráfico es un delito muy insidioso, escurridizo, difícil de combatir. Los narcos operan con métodos eficaces, y las reglas procesales del estado de Derecho imponen a la policía y a la justicia, como no puede ser de otro modo, una serie de exigencias y formalismos imprescindibles para garantizar la presunción de inocencia. En cualquier caso, todo traficante acaba pagando, tarde o temprano, por sus delitos. He conocido a muchos narcos y le aseguro que no envidio el destino final de ninguno de ellos.

JMF: Eres optimista entonces, ¿tus novelas reflejan esto?

LB: Moroloco, mi última novela, intenta reflejar de forma fiel la realidad del tráfico de drogas. Y la realidad está plagada de claroscuros. La policía no logra encarcelar al cien por cien de los narcos, eso es cierto, pero estos no llevan, en la vida real, la vida despreocupada y feliz que les atribuyen las películas y la literatura. Por el contrario, viven siempre alerta, temerosos de ser capturados por la policía o liquidados por los rivales. Y la mayor parte de ellos, insisto, terminan entre rejas.

JMF: ¿Cambiarias algo en este ámbito en la legislación española?

LB: Soy policía nacional y, como tal, debo mantener una escrupulosa neutralidad en lo tocante a asuntos políticos. De todos modos, y con carácter general, nuestra legislación es efectiva. De hecho consiguió reducir drásticamente el narcotráfico en Galicia y está debilitando de forma notable al crimen organizado en Campo de Gibraltar.

JMF: Y, ¿cambiarias algo de la actuación policial en España?

LB: Los policías nacionales destinados en Campo de Gibraltar están desarrollando una labor ejemplar, como demuestran los resultados. Estoy muy orgulloso de portar su mismo uniforme.

JMF: ¿Coopera la U.E., dado que es un problema de todos?

LB: Sí, hoy en día existen mecanismos de cooperación que funcionan de manera muy satisfactoria.

JMF: Gracias Luis, un abrazo y éxito en ambas tareas.

LB: Muchas gracias a ti, Josep Maria.


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