Murió Fidel, que no Castro


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La noticia del fin de semana ha sido sin duda la muerte de Fidel Castro que, si bien retirado de la Presidencia de Cuba, suponía la continuidad de la política en la Isla de los últimos cincuenta y siete años. No deja de ser curioso que algunas dictaduras marxistas hayan acabado, de facto, siendo una especie de monarquías con casa real y tintes teocráticos, aplaudidas por la izquierda republicana y atea.

Es innegable que Fidel Castro fue un líder singular, cuestión distinta es el tipo de liderazgo que ejerció. Para Donald Trump, el presidente electo de EEUU, fue un «brutal dictador» que «oprimió a su propio pueblo» y que deja «un legado de fusilamientos, robo, sufrimiento inimaginable, pobreza y negación de derechos humanos fundamentales». Para otros como Pablo Iglesias, el líder de Podemos, merece elogios y escribe en su tuitter, con cierto matiz,  una glosa a su Fidel : “Con sus luces y sombras se va un referente de la dignidad latinoamericana y de la resistencia soberana. Adiós Fidel”. Otros muchos lo de las sombras ni lo mentan y, la verdad, a mi me cuesta encontrar luces.

A pesar de que mi admiración por Fidel es menos que cero, hoy no celebro nada; su país sigue tomado por los Castro, poco ha cambiado. Convirtió la Isla Bonita en un infierno tropical para todos aquellos que no pertenecen a la corte de la casa real castrista. Infierno para los miles que tuvieron que salir por piernas e infierno para los que se han quedado y sobreviven sin ser libres y pasando hambre y miseria. ¿Dónde está la dignidad del que trata a su pueblo así?

No entiendo nada. ¿Cómo pueden, los que venden ansia de libertad, admirar a un dictador que ha subyugado a su pueblo más de cincuenta años? ¿Alguien me lo explica?


Un comentario en «Murió Fidel, que no Castro»

  1. Es la obsesión contra los USA. Viven torturados por el éxito de esa gran nación. El gran mérito de Castro fue plantarle cara a su vecino. Eso es todo. Puro complejo de inferioridad. Dentro de un par de generaciones nadie sabrá quién fue. La izquierda no sabe de lo que habla.
    Coincido contigo en la valoración de ese personaje. Sin embargo no deja de llamarme la atención que para muchos sea un dictador brutal y un asesino, y al mismo tiempo “olviden” que los franquistas mataron más gente en Sevilla y Cádiz en cuatro años que los Castro en sesenta. Mandan a Castro al infierno, pero a Franco lo dejan en el Valle de los Caídos custodiado por una orden religiosa. Eso tampoco lo entiendo.

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