Pan toja y circo


ff9db48332ee3883f472549c0177a5d0El hecho es que Isabel Pantoja ha sido condenada hoy por la Audiencia Provincial de Málaga a dos años de prisión por blanqueo de capitales. Junto a ella y con peor suerte -el delito por el que han sido juzgados es mayor- han sido condenados Julián Muñoz y la que fuera esposa del exalcalde marbellí, Maite Zaldívar. La tonadillera muy probablemente no se verá entre rejas ya que normalmente si no se tienen antecedentes penales, no se sufre pena de cárcel en condenas inferiores a dos años, a no ser que el juez la sentencie explícitamente a entrar en prisión. El juicio en sala, el mediático lleva ya muchos años, ha durado 27 sesiones. Al salir hoy de la Audiencia por su propio pie, la que fuera viuda de España ha sido insultada y zarandeada -vergüenza ajena y bochorno nacional- por un numeroso y exaltado público.

Sin discutir lo equilibrado de la sentencia, causa asombro ver como la protección policial de la cantante y la previsión de seguridad de un personaje que, guste o no, es muy popular en España, simplemente han sido del todo insuficientes. Otros o por matrimonio o simplemente por proximidad al poder político, no solo gozan de todo tipo de privilegios y atenciones, sino que da la sensación de que por delitos mucho más sangrantes en calidad y cantidad, merecen un trato que sobrepasa la presunción de inocencia convirtiéndola en casi un servilismo judicial. La Pantoja curiosamente hoy se ha llevado un castigo popular que seguramente iba a dirigido a todos estos que o salen de rositas o se van a su Catar particular.


2 comentarios en “Pan toja y circo

  1. Totalmente de acuerdo con tu artículo, injustificable actitud se trate de quien se trate y que da idea de una bajeza moral, de un nivel social y cultural digno de la región mas corrupta de España que es donde se ha producido, y que en el fondo lo que lamentan es no haber podido estar también trincando como toda la corte de Marbella consentido plenamente por la Junta de Andalucia durante décadas. Esa es la escuela que tienen.

  2. Sr. Francàs, soy de su misma opinión.
    La sentencia de hoy delimita la responsabilidades penales de cada uno de los condenados, diferenciando en las penas su grado de participación, cuantía y persistencia en la acción delictiva -hoy ya se puede decir así- de cada uno de ellos, por lo que parece lógico que el más duramente castigado sea Julián Muñoz, ese galopín del difunto Jesús Gil, que al verse de alcalde debió pensar que ra poco menos que Sultán; le sigue su ex esposa, a la que el despecho por el abandono de que fue objeto por parte de su marido, que se asoció a la cantante no ha librado de ser tenida por colaboradora en grado destacado, pues le impone la pena de prisión superior a tres años, con lo que deberá ingresar en prisión; finalmente, la señora Pantoja, se la castiga con veinticuatro meses de prisión y una multa de un millón de euros, con lo que que, en principio, podrá eludir la prisión si hace frente al pago de la multa y solicita la remisión condicional de la pena, al carecer de antecedentes penales. Al menos, formalmente, parece que se ha hecho justicia.
    Dicho esto, considero, como usted, que el circo mediático montado y jaleado en torno a la cantante, me parece de lo más deplorable. No soy admirador de la cantante, sin embargo, considero que una cantante tan popular en España, ha debido merecer mejor trato por parte de los agentes policiales, pues corría un riesgo más que probable de ser acosada, zarandeada, por als turbas, azuzadas por algún malévolo programa de telebasura. Al permitir ese trato, se ha deteriorado la imagen de España, pues la repercusión mediática de la cantante en el mundo, especialmente el iberoamericano, es considerable; si se psermite que en España se trate así a una de sus figuras, sinceramente, la opinión que tengan de nosotros los españoles dejará mucho que desear.
    con ser grave, no viene de ahora. y además, debe haber responsables con nombre y apellidos, desde dentro de la Policía Nacional, de este acoso programado a la cantante. Baste recordar la «filtración» a la prensa de las fotos de su ficha policial. Usted no tenía acceso a ellas; yo, tampoco ¿verdad?
    Pues eso. Lamentable espectáculo el que henos presenciado que dice muy poco bueno de todos nosotros. Desde el tribunal y los cuerpos policiales, que debieron haberlo previsto, hasta los energúmenos que seguían cual borregos las soflamas lanzadas desde la telebasura.
    Así nos va, claro.

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