Recorrido diario: jueves 25 de febrero, el día que Zapatero orilló a Zapata.


En El Semanal Digital Ortega, habla de que Prisa se cabrea y que las perricas tienen, con ello, algo que ver. En el Parlamento catalán ha habido un debate pro crisis y, como informa La Vanguardia: nada de nada, debate estéril, unidad imposible. ¿Igual que en el Congreso? Pienso que sí. De todos modos, aquí, el desencuentro, de producirse, será bien rentabilizado por el PSOE. Si no fíjense como se las gasta Público: el PP en contra; hombre, si hasta El País habla de que el Gobierno acude a la reunión de vacío; es un poco fuerte achacarle, de antemano, las culpas a los de Rajoy. Y, por si había llovido poco, Zapatero, ayer, en Can Barceló de Ginebra, en un acto para repudiar la pena de muerte, dio la espalda a Orlando Zapata, y lo más suave lo recoge El Periódico, diciéndonos que el Gobierno navegó entre dos aguas; igualó víctima y verdugo añadiría yo. Mucho más duros son Tertsch, en Abc, que habla de vómito y miseria, y el editorial de El Mundo, que  compara este silencio con el caso De Juana Chaos. Del Bosque, en Marca, nos desvela claves del próximo mundial y Cristiano e Ibra se sueltan discretamente la melena. Sport comenta el interés del Barça por Navas, por el que también suspira el Madrid.No entiendo nada. Ayer fue un día especialmente triste, se aprobó la ley del aborto definitivamente en España, da asco, y Zapatero orilló  a Orlando Zapata último represaliado, asesinado, cubano. Hoy no he encontrado grandes textos sobre el aborto, veremos mañana, me remito a mi texto de 17 del 12 de 2009 comentando un texto de Duran Lleida. Si he encontrado cositas sobre la vergüenza de nuestro presidente con Cuba.

De la prensa de hoy les recomiendo:

Público. Manuel Saco. «La agonía de la monarquía revolucionaria»: Lo más difícil parece ser el distinguir hasta cuándo un revolucionario es revolucionario y cuándo es ya un conservador de la revolución. La dictadura cubana todavía no lo ha aprendido. Allí la revolución se hereda por vínculos de sangre, como las monarquías, hasta perder la sensibilidad y la razón. Ayer moría en huelga de hambre uno de sus disidentes encarcelado por delitos de opinión. Es de esos días en que me cuesta lo indecible explicarle a mi marciano por qué soy de izquierdas.

ABC. Hermann Terstch. «Vómito, miseria y silencios»: De nuevo, ¡qué asco y qué vómito absoluto ante las miserias de nuestro Gobierno! ¡Qué barbaridad que un pueblo como el nuestro, con todas sus terribles experiencias en su historia reciente, se haya convertido con su gobierno sectario e izquierdista en el mayor defensor que tiene en el mundo el régimen miserable que ha dejado morir a Orlando! ¡Qué desastre y qué vergüenza que nuestro país sea el mayor cómplice de este crimen, este nuevo crimen de un régimen que no actúa más que con la mentira, la violencia y el miedo! Ahí tenemos a Moratinos y Zapatero, los dos aliados de un sistema criminal que ha llevado a Orlando a la muerte.

El País. Opinión: «Credenciales cubanas»: Sin las cortapisas regionales de Brasil, y sin los equilibrios que exige una visita oficial, es inaceptable que la Europa en la que España ejerce la presidencia se limite a lamentar la muerte por inanición de un preso político. El régimen cubano es responsable de la vida y la integridad de quienes ha condenado a pudrirse en sus mazmorras. Mucho más cuando esa condena sólo obedece a decisiones tiránicas de una saga familiar.

El Mundo. Opinión. «Zapatero, Cuba y los Derechos (In)Humanos: El caso es tan repugnante que sorprende que Zapatero, en su intervención de ayer en la llamada Sala de los Derechos Humanos y la Alianza de las Civilizaciones de la ONU -decorada con la famosa cúpula de Barceló- no hiciese una referencia expresa o, cuando menos, mencionara la situación de Cuba. Resulta decepcionante la posterior aclaración de La Moncloa de que un párrafo genérico de su discurso que apelaba a todos los Estados a «respetar la vida» de sus ciudadanos era una alusión al régimen castrista. Cabe recordar que el presidente llegó a defender en su día el «valor supremo de la vida» para justificar una decisión extraordinariamente polémica como la de excarcelar al etarra De Juana Chaos. Cualquiera diría que los derechos humanos sólo son predicables para lo peor de nuestra especie.


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