El hecho es que por fin el Gobierno, en el último Consejo de Ministros, aprobó el Proyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa. Ahora el proyecto inicia su trámite parlamentario y ya veremos. Del primer borrador, que fue filtrado a la prensa a través de la CCAA hace ya tiempo, permanecen pocas mejoras dado que el Ministerio ha recogido demasiadas velas . 

En pocos temas el consenso de la realidad es tan patente: la enseñanza en España es nefasta. En pocas cuestiones el acuerdo en cómo mejorar es más difícil: unos quieren igualar y los otros que cada uno se espabile; unos quieren igualdad de personas y otros igualdad de oportunidades; unos quieren una sociedad igualitaria y los otros una sociedad libre. La única posibilidad real de acuerdo sería que la oferta educativa contemple todas las opciones posibles, pero hay quien no solo se empecina en un modelo, sino que no acepta que nadie tenga y aplique otro distinto.

Si este proyecto de ley se acaba aplicando, será la primera ley educativa del PP. Curiosamente, en mi opinión, la ley mejora muy poco la realidad actual, no se atreven a más, pero lo que mejora va en la buena linea. Probablemente el primer anteproyecto era mejor, pero el miedo -tan habitual en el PP- explica que se hayan quedado a medias. Todo lo que sea avanzar en autonomía de centros, en profesionalización de la figura del director, en valorar al profesorado y en que los alumnos se puedan separar cuanto antes según aptitudes e intereses supondrá una importante mejora en la calidad educativa. Lástima que una vez más avancemos tan poco.