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El “pequeño hombre cohete” y el “viejo chocho”, acaban de hacer historia. En Singapur no solo se han visto sino que han llegado a acuerdos:  «La República Popular Democrática de Corea se compromete a trabajar para la desnuclearización completa de la península coreana”. El encuentro, complejo sin duda y lleno de peculiaridades, ha tenido un saldo positivo. Trump declaró: “Vamos a tener una gran relación”, “Va a ser un éxito” y, por  su parte Kim afirmó: “Hemos superado muchos obstáculos hasta llegar hasta aquí” y  “Hoy venceremos los viejos perjuicios que entorpecían nuestro camino”.  Al final, los considerados por muchos los líderes más ególatras del planeta, pueden llegan a entenderse y así lo han visualizado en Singapur.

Lo que parece imposible puede ser real y cabe la opción de que, en un país lleno de miseria pero con armamento más que peligroso, el dictador haya entendido que su futuro no está en dar miedo y en las bravuconadas, sino en copiar el modelo de sus vecinos Corea del Sur como objetivo y China como sistema para llegar a él, y que el otrora demonio americano puede ser un buen socio. Ventajas de los cara a cara cuando ambos quieren.

No entiendo nada, ¿Por que un personaje tan ‘creído’ como Trump ha aceptado un encuentro de igual a igual con este personaje? ¿Alguien me lo explica?