No sé si el mejor modelo es el del tsunami o con visualizar lo que pasa cuando uno tira una piedra en un estanque es suficiente. Desde fuera, e ignorando los porqués, lo único que se ve es que la aparición por la izquierda de Podemos, canalización política del cabreo social con la clase política, lejos de hacer reflexionar a los partidos en buscar en qué han fallado y confesarse con su propósito de enmienda y su penitencia en forma de cambio, están ayudando a derrumbar sus edificios por el tsunami con el personal dentro. No solo no han evacuado para salvarse en otro lugar y recomponerse del golpe, sino que se han empezado a liar a tortazo limpio mientras avanza la ola que promete acabar con todo.
¿Suicidio colectivo, pánico paralizante, estulticia en acción? Primero fue IU con el desplante de Tania Sánchez y ahora es el PSOE el que la monta enterrando toda capacidad de reacción frente a la aparición del vacío con contradicciones que supone el tinglado de Pablo Iglesias. ¿Vacío frente a vacíos? Igual simplemente es eso: dos castillos de naipes que se caen por un ligero soplo de aire que igual da que sea frío o caliente.
No entiendo nada. Pedro Sánchez acaba de torpedear toda aspiración electoral del PSOE. Si realmente el motivo es regenerar a costa de apartar a un secretario y candidato con sombras, ¿hará hoy lo mismo con el PSOE de Andalucía donde las sombras son nubarrones de ciclogénesis? ¿Alguien me lo explica?