Javier Vinós (@JVinos_Climate): ‘El CO2 es un gas inocuo fundamental para la vida’


Conversación tranquila de @jmfrancas con Javier Vinós (@JVinos_Climate). Soy doctor en ciencias y científico. Ha pasado muchos años investigando en el extranjero y en España en excelentes centros de investigación. Tiene numerosas publicaciones científicas y un buen índice de impacto. La red ResearchGate que agrupa a más de 20 millones de investigadores de todo el mundo otorga a su curriculum una puntuación mayor que al del 89% de sus miembros. Siempre dedicado a la ciencia. Comenzó con la genética molecular, después el cáncer y a continuación la neurobiología molecular. En 2015 inició un blog de análisis de riesgos existenciales para nuestra civilización y ello le llevó a dedicar desde entonces buena parte de su tiempo a investigar sobre el clima y sus cambios. El método científico se puede aplicar a resolver cualquier problema de índole científica y el análisis de datos no presenta diferencias sustanciales de un campo a otro. El problema del cambio climático es el mayor reto científico de nuestro tiempo y por ello le atrae muchísimo.

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JMF: ¿En qué consiste el ‘cambio climático’?

JV: El clima se ha definido arbitrariamente como la media y la variabilidad de los parámetros meteorológicos y climáticos durante un periodo de 30 años. Si en comparación con esa media y variabilidad de 30 años observamos que en un momento dado presenta una variación significativa decimos que el clima ha cambiado.

JMF: Y, ¿ha cambiado?

JV: El clima siempre está cambiando. Decir clima es decir cambio climático. No ha habido ningún periodo de la historia del planeta sin cambios en el clima. La idea de que el clima era estable, en plan jardín de Edén, antes que nosotros pecamos con nuestras emisiones de CO2, es obviamente ridículo. El clima está cambiando ahora, pero también estuvo cambiando hace 50 años y hace 150 años.

JMF: ¿Siempre en el mismo sentido?

JV: No. El sentido varía de un periodo a otro. Entre el siglo X y el XVIII hubo un fuerte enfriamiento. Desde principios del siglo XIX hay un calentamiento progresivo pero discontinuo. Estuvo interrumpido por periodos de enfriamiento a finales del XIX y mediados del XX. El enfriamiento entre 1945 y 1975 es bien conocido. No fue muy acentuado pero algunos científicos y los medios se alarmaron con la llegada de una nueva glaciación. Al final no pasó, claro.

JMF: Eso es de locos, ¿hace lo que quiere? Sube y baja…

JV: El sistema climático de la Tierra es un sistema muy complejo, con infinidad de variables, y está sometido a fuerzas muy diversas que actúan en sentidos opuestos, pero es un sistema dominado por una estabilidad impresionante que es lo que ha permitido que durante más de 540 millones de años haya habido vida sobre la Tierra. A pesar de que la superficie está 270° más caliente que el espacio exterior, en esos 540 millones de años ha oscilado dentro de un margen estrechísimo de tan solo 24°. Eso es lo que ha permitido que estemos aquí.

JMF: Y, ¿el hombre que pinta en todo esto? ¿Qué estropeamos? ¿Que hacemos que deba corregirse?

JV: La lista es larga, pero los países desarrollados nos hemos puesto las pilas. Proteger los espacios naturales, recuperar las especies en peligro, reducir los residuos, evitar los tóxicos.

JMF: Hay ‘emergencia climática’?

JV: No. No la hay. El calentamiento del planeta comienza hacia 1820, como indican los glaciares por su retroceso, la subida del nivel del mar, los indicadores biológicos, geológicos y químicos. Tiene 200 años de antigüedad y nos ha ido estupendamente con él. Nuestras emisiones de CO2 no se disparan hasta después de la 2ª Guerra Mundial, 125 años más tarde, que es cuando se industrializan la mayor parte de los países, incluida España. Muchos percibimos que el clima ha ido cambiando, porque los inviernos de los años 70 eran claramente más fríos, pero si no nos estuvieran dando la matraca a diario la mayoría no sabría que hay cambio climático o no le daría ninguna importancia. ¿Qué clase de crisis es esa que la gente no percibe? Algo que lleva 200 años sentándonos de maravilla no puede ser una emergencia cambiarlo.

JMF: ¿Nos suicidamos por la emisión de CO2?

JV: Absolutamente no. El CO2 no es un contaminante. Es un gas inocuo fundamental para la vida. Las plantas lo absorben y constituye su alimento principal. Los niveles de CO2 de los últimos millones de años han sido extraordinariamente bajos, casi peligrosos para la biosfera. La biosfera está tan hambrienta de CO2 que capta la mitad de lo que emitimos y lo utiliza para expandirse. La vida vegetal del planeta se expande gracias a nuestro CO2 y con ella la vida animal. Nuestras emisiones de CO2 constituyen lo mejor que ha hecho nunca la humanidad por el medio ambiente.

JMF: ¿Entonces estamos haciendo el primo tirando dinero a espuertas para no emitir CO2?

JV: Esa es mi opinión. Este frenesí por reducir las emisiones no tiene justificación ni aunque los supuestos en los que se basa fueran correctos. De acuerdo a los propios modelos del IPCC, si se alcanzaran las cero emisiones netas de CO2 para 2050, la reducción de la temperatura que se obtendría sería de 0,28°C en el mejor de los casos (podría ser mucho menos). Es una diferencia ridícula para semejante esfuerzo. Pero es que además se llevan tratando de reducir las emisiones 30 años, por eso está ahora la COP30, y en ese tiempo no solo no se han reducido sino que han aumentado muchísimo. Se dice que: «Locura es repetir lo mismo una y otra vez esperando un resultado distinto». Tratar de reducir las emisiones globales es, por tanto, una locura.

JMF: Cuando hace calor, dicen que es de récord; cuando hace frío también. Si llueve es a máximos y la sequía es histórica… ¿De qué va eso?

JV: Se busca la reacción de la gente con noticias destacadas que atraigan clicks por parte de los medios y se busca la aquiescencia de la gente ante políticas perjudiciales con la excusa de que se está salvando el planeta y resolviendo la crisis climática por parte de quienes controlan esos medios y de los políticos. En un mundo global con miles de localizaciones siempre hay un récord o una catástrofe en algún lado para alimentar la idea de que lo que está pasando no solo no es normal, sino muy peligroso para el ciudadano medio.

JMF: Pero siempre dan datos… ¿se los inventan?

JV: Casi nunca dan datos, porque los datos generalmente no favorecen el relato que nos cuentan. El propio IPCC es muy claro en que no se observa un empeoramiento de sequías, inundaciones, incendios o huracanes. Los datos de la AEMET muestran que en España llueve más que en los años 80. La NASA informa que en 30 años, los incendios han pasado a quemar un millón de kilómetros cuadrados menos. La energía acumulada de huracanes y tormentas lleva descendiendo desde principios de los 90. Estudios publicados en revistas científicas demuestran que en el Mediterráneo español ha descendido el número de riadas desde los años 60. El hielo del Ártico en verano tiene una extensión estable desde hace 18 años. Nos engañan porque la gente no tiene la capacidad de comprobar lo que le están contando y se fían de que es cierto cuando no lo es.

JMF: Y ¿que buscan con eso?

JV: Lo de siempre. Control y dinero. Si asustas a la gente y piensan que estás resolviendo una crisis, te dejarán hacer lo que quieras, aunque les perjudique. Y si para salvar el planeta hay que cambiar el sistema energético y todos los coches a eléctricos, estamos hablando de billones de euros que salen del bolsillo de los ciudadanos para ir a los bolsillos de unos pocos que se van a poder permitir comprar a los políticos. En esta historia están metidos desde la ONU, que nunca ha vivido un momento mejor, hasta los megamillonarios como Gates o Bezos.

JMF: ¿Qué propones?

JV: Lo mío es la ciencia. Fuera de ese ámbito yo creo que mi opinión no tiene más valor que la de cualquier otro. Para arreglar el serio problema que tiene la ciencia y que le va a causar un problema de credibilidad brutal hay que reformarla de arriba a abajo. El sistema de financiación tiene que cambiarse. Que sean los gobiernos quienes la financian pone a los científicos a su servicio. Hay que romper la financiación en multitud de entidades independientes que compitan entre sí. Hay que acabar con el sistema de revisión por pares de los artículos porque la ciencia funcionaba mejor cuando no existía y se ha convertido en un mecanismo para dejar fuera a los disidentes y los disidentes son esenciales en ciencia. Hay que acabar con el poder de las editoriales académicas que controlan la transmisión del conocimiento científico. Y hay que reducir el tamaño de la ciencia. Hay demasiada gente mediocre haciendo ciencia mediocre pero consumiendo unos recursos valiosísimos. La inmensa mayoría de los artículos científicos que se publican los leen dos o tres personas y no tienen ninguna repercusión. Es un desperdicio inmenso.

JMF: Gracias Javier. Desde la ciencia habrá que exigir que se os deje en paz. Un abrazo.

JV: Gracias a ti, un abrazo.


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