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Ayer por la tarde, al menos para mí, se produjo la gran sorpresa : Alberto Núñez Feijóo, el gran favorito, renunciaba a competir en las novedosas y peculiares primarias pepéricas para suceder a Rajoy y ser, más pronto que tarde, Presidente del Gobierno de España. El barón más victorioso del PP, tres mayorías absolutas en Galicia, se borra de la carrera sucesoria en una decisión que parece más bien tomada en última hora. El hecho es muy claro, para Feijóo, “ser presidente de Galicia, como le dije a los gallegos cuando les pedí su confianza, es la mayor de mis ambiciones políticas” y si es así, nada que objetar. La ambición es el motor de los políticos y la suya según él se colma presidiendo Galicia. Cuestión distinta es el argumento que, si bien es de lo más loable, a mi no me cuela;, según el líder gallego «sin haber completado mi compromiso no puedo fallar a los gallegos porque sería también fallarme a mí mismo”, haciendo alusión al compromiso adquirido al presentarse a las últimas elecciones pidiendo la confianza para un mandato completo.
No acabo de entender que si se puede ser Presidente del PP siendo Presidente del Gobierno de España, no se pueda serlo siendo el Presidente de una Comunidad y, si los tiempos no me fallan, lo normal será que las elecciones gallegas sean antes que las elecciones generales, con lo cuál tampoco veo el conflicto. ¿Qué problema de coherencia y de palabra dada sería compatibilizar la presidencia del PP con la de Galicia y, en el improbable caso de que se convocaran antes las generales, explicar a los gallegos que por motivos de otros se propone situar a su comunidad en el primer puesto de la política en España?
No entiendo nada. ¿Por qué Feijóo, teniéndolo todo a favor, renuncia de hecho a ser Presidente de España? ¿Alguien me lo explica?