Mas sabe más


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Con otro talante al de Jordi Pujol ayer Mas salió sin apenas heridas del examen de sus colegas del parlamento catalán. Contestó a todo como quiso, lógicamente no es tonto para responder implicándose, y blandiendo el argumento de que solo pone la mano en el fuego por ‘él y su mujer’ se distanció de todos los presuntos tejemanejes que pululan por los aires del ‘oasis’. La verdad es que su argumento, hoy por hoy, no tiene contestación: “En mis treinta años de carrera política todavía no me han dado pruebas de ninguna irregularidad en la contratación de obra pública” y así es. Las garantías judiciales hacen que, en un país normal, haya que demostrar con pruebas los delitos y la carga de la prueba caiga en el acusador y no en el acusado.

Mas salió igual, o mejor, que había entrado, aunque el frente abierto y su relación con hechos corruptos no se lo quita nadie. No convenció a ningún opositor, la batalla política ya les hace inconvencibles, pero tampoco perdió ni los nervios ni el argumento. Sí, a mi entender, abrió una pequeña espita, como mínimo reprochable, cuando admitió conocer la cuenta de su padre en el extranjero y él, como autoridad pública, no hizo nada.

En un país en que la mentira no se castiga, en un país donde la política lo ensucia casi todo, la verdad se supedita al interés, ya sea el de salir vivo o el de machacar al contrario, y por tanto esperar algo de una Comisión parlamentaria es de primos. La verdad probablemente no se sabrá nunca aunque, gracias a la vía judicial, con suerte y con pruebas se podrán condenar hechos puntuales que igual se llevan a más de un político por delante. Mientras, el ciudadano, si es capaz de abstraerse de las gafas partidistas, puede hacerse una idea del talante de algunos de los que nos mandan y, perdida con razones la confianza, dejar de votarles.

No entiendo nada. ¿Cómo es posible que a pesar de las evidencias, la porquería huele sobre todo si estas tan cerca de ella, con decir, mintiendo o no, que no sabes nada vas y te quedas tan pancho? ¿Alguien me lo explica?


Un comentario en «Mas sabe más»

  1. Es evidente. Es ciego porque no quiere ver y sordo porque no quiere oir.
    Y si nos lo creemos (o hacemos) que nos lo creemos, todo perfecto.
    ¿Qué ha pasado aquí en Cataluña? Nada de particular. Pues eso.

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