Autónomos


Un colectivo de más de tres millones de personas no debe despreciarse. Conscientes de esta realidad Ciudadanos y con él el PP y con ellos, PDECat y el PNV están apunto de aprobar la Ley del Trabajo Autónomo, que incorpora a su legislación algunas de las reivindicaciones de este colectivo de emprendedores.

Por fin y después de años y años de promesas, las Costes darán algo más de flexibilidad a estos trabajadores y al mismo tiempo, y en línea con otros países de la UE, legislarán una cierta bajada de los costes que le suponen a un trabajador actuar como autónomo.

No olvidemos que lo cómodo es hacerse funcionario o trabajar por cuenta ajena: ser un ‘mandao’. Lo arriesgado es lanzarse a la piscina y sacar pan de debajo de las piedras, sobre todo si el Estado, en el momento que decides embarcarte en esta aventura, ya te mira solo como un pillado contribuyente. Hasta ahora, la máxima era primero paga y luego ya recogerás los frutos si has acertado con rentabilizar tu esfuerzo. Ahora, parece que sin cambiar la máxima, se quiere hacer la travesía del desierto más llevadera.

Frente a un Estado que cada vez es más proteccionista con el que no mueve un dedo, resulta paradójica su desconfianza frente al que arriesga.

Medidas como prolongar de 6 a 12 meses el periodo de tarifa plana de autónomo, 50 euros al mes; aceptar la figura del autónomo a tiempo parcial reduciendo su cuota; posibilitar deducciones de gastos en su casa y comidas fuera del domicilio y alguna otra cuestión pedida por los colectivos de estos trabajadores, son un inicio esperanzador de que los políticos empiezan a entender que en una economía libre, cada vez es más importante el que trabaja por su cuenta.

No entiendo nada. ¿A qué viene ese recelo al autónomo, que aún está a años luz de ser tratado como un trabajador por cuenta ajena? ¿Alguien me lo explica?


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