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Desguace desigualitario
Sería tentador destacar como noticia política del año el asalto subversivo, pero subrepticio, a las Instituciones democráticas españolas por parte del Gobierno de España y el SPS. Pero en una visión más distante y global, esa noticia no va a cambiar la mala dinámica que está llevando al Reino a su desguace desigualitario y hostil y es sólo un paso más, escandaloso pero no distinto, de una dinámica que empezó hace varios años y que está condicionando lamentablemente el futuro de los españoles y su interés general. En cambio para el porvenir de nuestros descendientes, en tanto que inexcusablemente europeos, sí ha sucedido un hecho singular muy importante y tremendamente negativo que, inevitablemente, cambia y empeora el futuro de los europeos, y por lo tanto y fundamentalmente, de los españoles. El desastroso hecho singular es la invasión de Ucrania, a sangre y fuego, por parte de Rusia, y las consecuencias que tiene sobre nuestra seguridad, nuestra prosperidad, nuestra soberanía, e incluso nuestra libertad, de cara al futuro a medio plazo. Se podrá discutir si la reacción de Europa (la UE más Gran Bretaña) hubiera podido ser otra, o incluso si la invasión fue «forzada», cosa difícil de sostener porque Rusia tenía muchas opciones, pero el hecho está y ha desencadenado una dinámica terriblemente lesiva para los europeos y su afán de un mejor futuro. Y no nos referimos a los problemas inminentes de aprovisionamiento energético, reducción de importaciones básicas, inflación galopante, debilitamiento de la economía europea, etc… Esto es una crisis coyuntural como ha habido otras, y saldremos mal que bien. La tragedia es que en un plis plas, se ha acabado abrupta y totalmente la política de la «ost politik», casi secular, que orientaba como gran estructura global la dinámica de rusos y europeos. Básicamente es la idea de desarrollar la idea de unas sociedades en cooperación de Lisboa a Vladivostok o, como decía De Gaulle, del Atlántico a los Urales. La idea de que, cooperando entre pueblos de culturas distintas y de regímenes distinto, aprovecharían las ventajas de unos y otros, (financieros, tecnológicos, climáticos, humanos, científicos y la inmensa Siberia fértil en recursos naturales y espacio) para alcanzar pacíficamente sociedades más prósperas , sólidas y poderosas. Eso se ha roto de un día para otro, y por mucho, mucho tiempo. Y ello entraña que los europeos tenemos que repensar todo nuestro largo plazo y cambiar radicalmente nuestra estrategia profunda de futuro. Tendremos mucha menos seguridad, muchísimos menos recursos y más caos, nuestra debilidad e irrelevancia acaba de aumentar, nuestra hiperdependencia de otros continentes como USA y China también, nuestras actitudes entrarán en cultura de confrontación amarga y recelo a la colaboración, la UE se debilitará, etc…Hay que repensar, en condiciones precarias, toda nuestra dinámica a futuro en el planeta, con una sola seguridad, nuestro futuro será más negro y más difícil de lo que hubiera tenido que ser. Creo que esa es la mala noticia del año.
«P.S.»: Como no me resisto a citar una buena noticia de alcance que puede y debe mejorar el futuro de nuestras sociedades, destaco el gran salto adelante que ha dado la tecnología de la fusión nuclear a finales de este año.
Enrique Calvet Chambon (@EnriqueCalvet), presidente fundador de ULIS y ex eurodiputado.









