Cosas que son lo que parecen (artículo publicado en la contra de La Gaceta el día 22 de diciembre de 2009)


Ayer, cuando amanecí blanco, me vino a la cabeza la frase del año, la de los brotes verdes, y a falta de los brotes naturales, todos estaban cubiertos de nieve, tuve que hacer como la ministra Salgado, inventármelos, y los vi de color rojo en los frenos de los coches que a las ocho de la mañana intentaban llevar a sus vástagos al colegio y llevarse ellos mismos al trabajo. No era fácil y, a pesar de que Maleni ya no es la ministra del ramo, la sensación que todos teníamos era de aventureros solitarios que, a pesar de los pesares, convencidos de que las castañas del fuego se las tiene que sacar cada uno, nos empeñábamos en superar la adversidad climatológica e ir a lo que es el pan nuestro de cada día: el curro. Hay días que trabajar cuesta mucho más trabajo.

También tengo que hacer notar que los únicos brotes verdes que esperaba ver profusamente en un día con clima tan adverso, eran los uniformes de la Guardia Civil de carretera, últimamente tan prolijos en la captura del infractor, pero tan desaparecidos cuando las cosas se complican. Deberían estar calentando motores: en los 40 Km que me separaban del centro de Madrid, no vi ni uno y me acordé de aquella histórica frase: qué buenos vasallos si tuvieran buen señor.

Parece mentira pero ayer, día de la nevada, empezaba el invierno. Créanselo, ya sé que gracias a nuestros políticos a todo se le llama de otra manera y en los tiempos que corren no es habitual que algo sea lo que parece. Pero este año hay algo que sí parece lo que es: el invierno; claro, puede permitirse este lujo porque no depende de ninguna autoridad política ni mediática ni siquiera de una subvención. Después de todo lo leído sobre la fracasada cumbre de Copenhague y su descafeinado acuerdo, al menos el tiempo atmosférico nos deja una señal visible de su autonomía y tanto a reyes como a villanos nos hace pasar por el tubo.

El invierno trajo la nieve y el frío y, para frío, el frío económico que nos espera y el que va teniendo el Gobierno y con él el PSOE, cuando ve la retahíla de encuestas que le van preconizando un estacazo, si no fuera porque la oposición lleva tanto tiempo helada, el batacazo electoral de Zp sería inevitable.

Hoy es el día del sorteo de Navidad. Sin dármelas de adivino les contaré cuál va a ser mi número y por qué. Este año toca el seis, lo tengo claro. Seis son los goles con los que el Madrid despide el año, –esta referencia me sirve para ser políticamente correcto al repasar otros históricos seises–, pues seis son los títulos que en un mismo año, y haciendo historia difícil de repetir, ha conseguido el Barça, el equipo de Guardiola. Les obsequio con la frase con la que Pep despedía este año de excelencia: “Sin mis jugadores no sería nadie, siempre les felicito pero hoy simplemente les doy las gracias”. Como echo en falta frases vivas en nuestros políticos y, especialmente, en nuestro presidente de Gobierno.


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