Emilio Sanz-Pastor Rivas: ‘No considero cazadores, sí “escopeteros”, a aquellos cuyo único y principal fin es matar sin demostrar el más mínimo respeto ni admiración hacia el animal’


Conversación tranquila de @jmfrancas con Emilio Sanz-Pastor Rivas (@esanzpastor). Arquitecto con estudio propio y trader, fundador hace años una asociación que se llama ‘Caza En Abierto’ (@cazaenabierto), no lucrativa y que desarrolla una labor de gestión directa de mucha superficie de monte en España y asesora a otros muchos titulares cinegéticos.

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JMF: ¿Qué supone la caza para ti?

ESP: La mayoría (aplastante, de más de un 90%) de los ecosistemas terrestres están intervenidos, directa o indirectamente, por la acción del hombre y por tanto son, de facto, artificiales o semi artificiales. Esto significa que ese equilibrio natural de estos ecosistemas sin intervención humana, por el que apuestan esos mal denominados animalistas y pseudo ecologistas, es una quimera, una rotunda falsedad sobre la que han construido una pingüe fuente de ingresos, basada en la ignorancia de quienes les siguen y las subvenciones de dinero público entregadas por políticos que ven en ellos un nido de posibles votantes. La caza, la actividad cinegética, tal y como la entiendo yo, es una de las herramientas fundamentales (no la única, pero si la más importante) para mantener un equilibrio entre las diferentes poblaciones de animales silvestres, tanto en el número de individuos de cada especie, como en sexos, edades, etc. El número de abates y de especies a cazar, no se fija de manera arbitraria: cada área de cada ecosistema tiene una capacidad de alimentación determinada para herbívoros y, según qué alimentación, para cada especie de herbívoro, así como una determinada capacidad de carnívoros. A esto se le denomina “capacidad de carga”. En función de ésta y tras realizar un censo de las diferentes poblaciones de animales, se fija la capacidad máxima de cada una de ellas para que cada una esté sana y en equilibrio y entre ellas su interacción también esté en equilibrio. Los “sobrantes” son los que se fijan como cupo de caza en los planes técnicos de caza de cada coto y en las épocas del año que se fijan en las órdenes de veda de cada comunidad autónoma. A parte, se deben también abatir aquellos individuos viejos, con su ciclo vital agotado, que estén ocupando un espacio y desplazando a los jóvenes así como los genéticamente defectuosos o enfermos. Esa es la caza, como herramienta de gestión, en la que yo creo. Por tanto el cazador que desarrolle su actividad de esta manera es el mayor conocedor del monte y de los animales, su custodio esencial, y quien más los ama y respeta. Esta forma de cazar va más allá del hecho de cazar ya que este cazador se debe ocupar y preocupar por el bienestar de estas poblaciones, realizando los aportes alimenticios puntuales que necesiten para su mejor saneamiento, haciendo los aportes de agua que sean necesarios, etc. Por tanto, mi modelo de caza/cazador es antagónico a la caza como deporte (porque no concibo un deporte que consista en dar muerte de manera gratuita a un animal) pero sí respeto que algunos así la consideren y la vivan, aunque a esa “caza deportiva” que solo consiste en disparar, se la debería denominar de otra manera para alejarla del auténtico significado. De hecho, el lema de caza en abierto es “venare non est occidere” que significa “cazar no es matar”, lema también utilizado por el Real Club de Monteros, del que soy socio. Identificar la caza con “matar” es muy simplista e indica un enorme desconocimiento de lo que significa ser cazador. No considero cazadores, sí “escopeteros” a aquellos cuyo único y principal fin es matar sin demostrar el más mínimo respeto ni admiración hacia el animal.

JMF: Los no partidarios de la caza hablan de argumentos excusa. Matar es matar.

ESP: No existe ningún método de control efectivo de todo lo que antes te he comentado que no sea a través de una caza responsable. El afirmar que no se tiene que “matar” sin aportar ningún otro método real y eficaz que lo sustituya, indica una ignorancia supina sobre la cuestión. Esta gente es la misma que está a favor de la eutanasia o del aborto y la misma que afirma, desde la maldad o la ignorancia, que los ecosistemas se pueden autoregular. Todo ello argumentos huecos, sin peso, sin realismo, sin criterio y con el exclusivo fin de recaudar subvenciones y cuotas de sus palmeros ignorantes afiliados para seguir viviendo del cuento. No existe ningún método (repito) salvo la caza, para controlar poblaciones, animales viejos, enfermos o dañinos.

JMF: Los animalistas hablan de los derechos de los animales…

ESP: Todos los seres vivos tienen derechos por el hecho de vivir, desde las plantas, animales, animales racionales (los seres humanos)…, tienen derechos como el respeto, el cuidado, la admiración, la muerte digna, etc. Pero solo el ser humano tiene algo de lo que ellos carecen y es la racionalidad, la capacidad de racionalizar su entorno, destruir o crear. El ser humano es el animal más destructor y más creativo del planeta. Como ser destructivo ha colonizado y convertido en artificiales los ecosistemas antes naturales. Pero no ahora, desde hace ya siglos. Ahora, a través de las carreteras, coches, conducciones de gas, luz, agua…, ciudades, pueblos, aparatos electrónicos y un largo etcétera, lo ha acelerado. Y por tanto, el ser humano es el único responsable de mantener de manera artificial un equilibrio en esa naturaleza intervenida para que no se auto destruya. ¿Porqué? Porque el resto de los animales, irracionales, no se pueden imponer un cupo de reproducción a sí mismos, ni pueden suicidarse al llegar a determinadas edades, etc. Ellos siguen reproduciéndose y comportándose de forma natural en entornos que ya no lo son y no lo volverán a ser. Este punto es fundamental y ninguno de estos llamados ecologistas lo quiere valorar. No les interesa. Es como esas ONG que reciben ingresos y basan su modo de vida en especies en peligro de extinción. Y precisamente a ellas se les da el encargo de recuperar a esas especies en peligro. ¿Las recuperarán alguna vez? NUNCA. ¿Porqué? Porque si algún día saliesen del listado de especies en peligro, su objeto social desaparecería y por tanto las subvenciones y su modo de vida. Quienes mejor pueden gestionar estas especies son los propios cazadores, dándoles ayudas y premiándoles con cupos de caza si superasen la capacidad de carga, con una buena gestión o castigándoles con multas si no alcanzan los objetivos. Quiero dejar claro que aunque mi modelo de caza responsable o “caza/gestión” está alejado de posturas “deportivas”, sí respeto, valoro y entiendo la importante labor que realizan las federaciones de caza, tanto autonómicas como nacional y, sin hacer de menos a estas (más bien todo lo contrario), se debería poner en valor a asociaciones como la UNAC, que apoyan la caza social (una práctica cinegética social más afín a mis planteamientos) y a nuestra asociación que, sin estar dotadas de fondos públicos para desarrollar su labor (como si están las federaciones a través del CSD) desarrollan desde hace años una tremenda labor en favor de la gestión del medio natural y la caza responsable. Todas las maneras de entender la caza (la federativa, la social y la de gestión) deberían coexistir en el mismo plano (más si cabe la social y la de gestión) sobre todo a efectos legislativos y administrativos.

JMF: Cada vez se legisla más en favor de los animales, ¿cómo está la legislación en España?

ESP: Respondiendo a tu pregunta, el tema de la legislación animal, se está cayendo en la trampa del egocentrismo humano más perverso: el sacar una ley que proponga regular el bienestar animal pero desde una perspectiva humana, humanizando el bienestar de los animales, es de una prepotencia y de una soberbia apabullante. El umbral de dolor, la sensibilidad, la memoria, etc de los animales dista mucho del humano. Los animales no actúan desde la racionalidad sino exclusivamente desde el instinto. Y el hombre no debe ni puede alterar artificialmente ese instinto ni esas necesidades, convirtiendo en veganos a carnívoros o obligándoles a adoptar comportamientos humanos. El maltrato animal si es, por otro lado, una desgracia, ya que el hombre debe siempre tratarles desde la admiración y el respeto (incluso muerto a través de la caza) pero la línea que separa una ley de bienestar animal o de maltrato animal de un sobreproteccionismo de los animales y una injerencia en sus comportamientos instintivos y necesidades reales, es muy fina. La legislación que se está redactando o está en vigor ya va por este último y peligroso derrotero, ya que está redactada por ignorantes y desconocedores de las necesidades reales de los animales. Para que esas leyes (necesarias) de maltrato animal y bienestar animal fuesen eficaces deberían estar consensuada con los verdaderos conocedores de los animales: los cazadores y los gestores del medio natural. Es como si te duele el pecho y en vez de pedirle un informe a un cardiólogo se lo pides a un albañil…. Si los políticos se apoyan en ignorantes para redactar leyes, el churro que sale de ahí es de órdago. Un ejemplo lo puedes ver en las leyes de La Rioja, en todo lo sucedido en Castilla y León, en no permitir la caza controlada del macho montés en la Sierra de Madrid, etc.

JMF: ¿Qué debería contemplar una buena legislación?

ESP: Una buena legislación animal primero se debería elaborar por áreas, como mucho por provincias, no por CCAA. Y si se hace una ley en una CCAA ésta debería desarrollarse luego en diferentes reglamentos provinciales o supraprovinciales. Porque dentro de cada comunidad hay diferentes ecosistemas que requieren diferentes órdenes de veda para cada especie y para cada terreno. Eso por un lado. Por tanto empezaría por desarrollar una ley nacional, después autonómica desarrollando la nacional y después un reglamento por provincias. Por otro lado, esa ley la incluiría en parte en la ley de caza, ya que trataría en parte sobre especies cinegéticas, ampliando las sanciones y elevándolas a delito (con carcel) y a nivel nacional (no sanciones autonómicas) en caso de furtivismo por ejemplo. Debería contemplar la creación de muladares para la alimentación y control de diferentes especies animales en puntos concretos, a través de censos y caza…. Debería contemplar el control y vigilancia de las especies en peligro de extinción por parte de los custodios del monte, los cazadores, y no por parte de ignorantes subvencionados como los animalistas… (como ya te comenté antes…). Debería contemplar el respeto al animal, por el hecho de serlo, así como su cuidado y admiración no confundiendo todo esto con la “no caza”, sino al revés, poniendo en valor la actividad cinegética bien desarrollada como herramienta de gestión, que per se implica el respeto hacia la pieza cazada…. Deberían conocerse a fondo las necesidades reales de cada especie animal…. Debería realizarse una labor pedagógica importantísima desde el campo, el mundo rural, para con el mundo urbano y así desmitificar los dogmas de los animalistas y acercar esa realidad del campo a las ciudades… y mil cosas más.

JMF: ¿Qué es Caza en Abierto, de la que eres fundador?

ESP: Caza en Abierto y yo, como su representante, formamos parte de ASDEMMUR, la antigua alianza rural, que es una asociación (lobbie) que da cobertura a todos los sectores del mundo rural y que dentro de la misma participa activamente en las reuniones con los diferentes grupos políticos. Y que ASDEMMUR ha creado una mesa parlamentaria para la defensa del mundo rural en el parlamento. Actualmente formo parte activa de todo ello y de su mesa de trabajo, mesa que irá proponiendo soluciones a toda la problemática del mundo rural a los diferentes partidos….

JMF: ¿Está politizado este ámbito?

ESP: Un asunto que me tiene pasmado es la politización del medio natural, animal y la actividad cinegética. No conozco aún ningún ciervo, liebre o marmota que vote a un determinado partido político, pero si conozco partidos políticos que abanderan, desde el desconocimiento y el mal llamado progresismo, una supuesta defensa de unos supuestos derechos (derechos por otro lado que son per se intrínsecos a la propia existencia, por lo que redundan en reconocer lo ya reconocido) de los animales, todo ello desde un simplista y exacerbado egocentrismo camuflado de progresismo. A la naturaleza hay a dejarla tranquila, respetarla y dejar de intervenir en ella desde el desconocimiento. Si se quiere conservar lo que queda hay que confiar en sus auténticos custodios.

JMF: Y los diferentes partidos ¿se enteran?

ESP: Vox es, hoy por hoy, el partido que ha abierto el debate en defensa de esa racionalidad tan necesaria en estos temas. Lastima que carezcan de equipo para pelearlas porque sería muy necesario. Estamos vendidos a ideologías de pensamiento único que basan su actividad en el dogmatismo y la imposición desde la ignorancia y la irracionalidad. Pretenden convertir al mundo rural en el patio de recreo y el jardín de las ciudades y esa muerte del mundo rural sería el preludio de la humanidad del ser. El ser es humano por su contacto y empatía con el medio natural. Esa empatía no significa no cazar, sino cazar de manera responsable y admirar la naturaleza desde su esencia. Si estos seres urbanos acaban con la esencia, el instinto y el sentido de la naturaleza y del mundo rural, perderán esa humanidad que dicen tener.

JMF: Muchas gracias Emilio, hay demasiado expertillo que prima la ideología a la ciencia nos llevará al desastre. Un abrazo y hasta la próxima.


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