Estafa antidemocrática


El llamado ‘procés’ no ha empezado ahora. Han sido años y años de muchas pequeñas actuaciones y todas dirigidas al mismo fin: la independencia. Ha hecho falta llegar a la recta final para que el silencio cómplice de muchos, gobiernos centrales, partidos políticos, empresarios, sindicatos, asociaciones etc, se empiece a romper en cuentagotas. No cabe callar si hasta el gobierno central habla. La cobardía, madre de estos silencios, ya en grado menor, hace que muchos, ahora arropados por un grupo, firmen un sinfín de manifiestos. Algo es algo. Uno de los manifiestos, el llamado ‘1-O, Estafa antidemocrática’ firmado por unos mil ‘intelectuales de izquierdas’, es un paradigma del problema. Afirmando que no pueden avalar la convocatoria del 1 de octubre con su voto, pasan a enumerar las razones que les lleva a catalogarla de ‘estafa’: la convocatoria no es transparente, no establece un mínimo de participación, se ha marginado a las fuerzas de la oposición, se han aprobado leyes en forma ‘express’, y es una convocatoria unilateral. Todas ellas son razones clave y de peso para estos intelectuales de izquierdas. ¿Me están diciendo que si Puigdemont y los suyos cambian las formas, sería válido el referéndum? Que lástima da que, pretendiendo dar luz, se queden en las formas y ni intuyan el fondo. El problema no es el envoltorio sino el contenido.

No entiendo nada. No es que las formas sean antidemocráticas, que lo son, sino que la soberanía reside en el pueblo español y no solo en el catalán. ¿Cómo pueden ser intelectuales si ni de esto se enteran? ¿Alguien me lo explica?


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