Iñaki Ellakuria: ‘Se trata al ciudadano como menor de edad’


Conversación tranquila de @jmfrancas con Iñaki Ellakuria (@iellakuria), periodista y columnista de El Mundo, nacido en Barcelona en 1978. Ha trabajado en La Vanguardia, ABC y EFE. Ganador del Premio Internacional Rey de España de Periodismo en 2006. Colabora con RTVE, Rac-1, Esradio, Letras Libres, y TreceTV. Coautor de los libros La Guerra Ignorada (Debate, 2008) y Alternativa Naranja (Debate, 2015). Participante en MIRADAS ANTE LA CRISIS DEL COVID-19 del Club Tocqueville.

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JMF: ¿Te esperabas lo que está ocurriendo con el virus maldito?

IE: No. Como millones de personas, ingenuo de mi, confié durante semanas en la afirmación del Gobierno y sus científicos de cabecera de que el Covid-19 era “una gripe fuerte”. Y si bien es cierto que cuando vi lo que estaba sucediendo en el norte de Italia pensé que nos íbamos a enfrentar a un problema gravé, creía que el impacto del virus procedente de China sería menor.

JMF: Sorpresa solo sanitaria entonces…

IE: De políticas sanitaria y científicas. Las decisión de actuar o no, de cómo afrontar esta crisis son políticas. El Gobierno británico recibió en 2019 un detallado informa sobre el riesgo de una pandemia mundial. Lo desoyó, más preocupado de su aquelarre identitario del brexit. ¿Y los científicos españoles? ¿Todos estaban en la inopia o tampoco fueron escuchados? Yo me inclino a que les sucedió como a sus colegas británicos. Y una sorpresa por la debilidad global de nuestro sistema, incapaz de dar respuestas propias del siglo XXI a un virus.

JMF: ¿Qué respuestas piensas serían propias del siglo XXI?

IE: La utilización de la tecnología (big data, macrocomputadores…) primero para haber prevenido la crisis que se avecinaba, como en parte sí hicieron Corea del Sur y Singapur, después para la trazabilidad de los casos de infectados y evitar así su propagación. Ha fallado la anticipación a una enfermedad que en la comunidad científica se tenía en el radar. La solución ha sido encerrarnos a todos en casa, destrozar la economía, y repartir con retraso a la población mascarillas baratas fabricadas en China. Uno esperaba mayor capacidad en sociedades avanzadas como la nuestra.

JMF: ¿Es un problema de la sociedad que de avanzada nada o de sus dirigentes que son de tercera?

IE: Aunque el fallo de los científicos es evidente en esta crisis, si logramos salir pronto de este hoyo en el que estamos cayendo será por los avances tecnológicos y su colaboración con el sector privado (la inversión millonaria de Bill Gates, etc.) en búsqueda de una vacuna y una medicación. El virus ha desnudado sobre todo las carencias de la democracia 3.0, que se fue olvidando de la gestión de la realidad cotidiana para centrarse en la polarizada pugna ideológica, mimetizándose con el debate de las redes sociales. Una burbuja virtual. Hasta que se han encontrado con un golpe de realidad que exige buena gestión. Y empezó el naufragio general, con excepción de Merkel y algo Macron.

JMF: Con el Estado de Alarma y ese gobierno en el poder, ¿peligra la democracia en España?

IE: La amenaza que se cierne sobre las democracia liberal no es nueva. Con el auge del nacional populismo tras la depresión económica que empezó en 2008, y de la que no habíamos salido cuando nos pilló el coronavirus, se ha retrocedido en aspectos inimaginables, como el ataque al pluralismo y una idea nuclear de las democracias: el respeto de las minorías. Como el menosprecio a los parlamentos como depositarios de la soberanía popular. Decisiones tomadas en Polonia o Hungría, el intento del independentismo catalán de declarar la independencia unilateral sin contar con más de la mitad de a población de Cataluña, son sólo algunos ejemplos. Ahora con el miedo por el coronavirus el ataque a la democracia es más que evidente: se vuelve a una idea de estado omnipresente, el Leviatán de Hobbes, al que nos encomendamos para que nos salve de esta situación aunque eso suponga la vulneración de derechos fundamentales y la reducción del ciudadano a mero rehén de su gobierno. El estado de alarma en España es un claro ejemplo: se trata al ciudadano como menor de edad. No se apela a su responsabilidad -como se ha hecho en UK, Alemania, Francia, sino que se le amenaza con el castigo. Además hemos visto ataques desde el Gobierno al poder judicial, la libertad de prensa, la libre empresa. 

JMF: Pedro Sánchez,  ¿es ya ideológicamente uno más de Podemos?

IE: Después del fracaso del llamado Pacto del Abrazo con Albert Rivera, que hubiera significado el primer intento de crear un espacio de centro izquierda alejado de la confrontación de trincheras, Sánchez puso en marcha una estrategia para ir captando poco a poco al votante de Podemos, escorándose para ello en planteamientos de la izquierda populista ajenos hasta ese momento a la tradición del PSOE. Alinearse junto a Podemos en la guerra cultural contra lo que ellos denominaron “las tres derechas de Colón” para acabar absorbiendo a Podemos. Ahora ya en el Gobierno, el marcaje entre Sánchez e Iglesias es evidente (el presidente sabe que su vicepresidente tarde o temprano intentará saltar del consejo de ministros a la calle para liderar el descontento social), también que Podemos está logrando imponer su relato en esta crisis, pese a la resistencia de ministros como Margarita Robles y Nadia Calviño.

JMF: Luego, ¿Iglesias se comerá Sanchez?

IE: Creo que los dos acabarán siendo arrastrados por esta crisis.

JMF: Se ha publicado que nuestro “Gobierno accede a datos de consumo de las tarjetas para cuantificar la crisis”, ¿eso qué es?

IE: Y a nuestros teléfonos móviles. El Gobierno está empezando a traspasar unas líneas peligrosas. De hecho está haciendo aquello que las grandes compañías de Sillicon Valley llevan haciendo lamentablemente desde hace tiempo: controlar y utilizar nuestra huella digital para tener nuestro perfil, conocer nuestro conocimiento y anticiparse. Las novelas de Dick y Ballard hechas realidad.

JMF: ¿Democracia o totalitarismo?

IE: El oxímoron de la democracia totalitaria. O un totalitarismo blando como aplica eficazmente Putin en Rusia que ofrece a la clases medias una falsa sensación de seguridad y mantener unos niveles de confort que les permite seguir consumiendo, ¡endeudándose!, desde sus teléfonos móviles de última generación.

JMF: Mil Gracias Iñaki, Pedro y Pablo acabaran arrastrados por la crisis, pero se pueden llevar a España por delante… Un abrazo y hasta pronto.

IE: Gracias a ti.


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