Me dice Enrique Calvet Chambon, presidente fundador de ULIS


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Preparar una reforma de la Constitución para reconstruir la democracia en España

 Evidentemente la pregunta lleva a una situación en que un nuevo Gobierno de España no sería otro Gobierno woke, friki, separatista declarado como el actual. Pero en ese caso, existen dos posibilidades. La primera, harto conocida, es que el Gobierno futuro siga dependiendo de Partidos separatistas de cualquier laya para “gobernar” los temas esenciales, incluso a corto, como los Presupuestos. Eso ha sido la historia de los últimos 35 años, al menos, y, en ese caso, lo que pueda hacer el próximo Gobierno para recuperar la democracia española y la igualdad, libertad y solidaridad es bien poco. Podrá gestionar un poco mejor la coyuntura y más o menos ralentizar el desguace de España, pero con visión histórica será más de lo mismo. No olvidemos que el famoso y supuesto bipartidismo no ha sido tal en España, sino que los Gobiernos han dependido de unos muy minoritarios Partidos separatistas que han impuesto las políticas torales de los Gobiernos “nacionales”. Incluso en raras épocas de mayoría absoluta, los Gobiernos de España se plegaban a las líneas rojas de los separatistas porque preveían necesitar sus votos en la siguiente legislatura. Ese escenario no representa ningún interés. La segunda posibilidad es que el nuevo futuro Gobierno no dependa de Partidos minoritarios separatistas… y decida no depender de ellos en mucho tiempo, si es posible nunca. Nos vamos acercando a algo tan irreal como interesante. En esta tesitura, en teoría, cabrían dos posibilidades. Una que ese Gobierno fuera de salvación nacional con fuerte participación de centro izquierda y centro derecha (e independientes técnicos si acaso), ambos totalmente conscientes de los males estructurales de España. En ese punto el Gobierno tendría como labor fundamental, además de gestionar lo menos mal posible los asuntos corrientes, el preparar una reforma de la Constitución para reconstruir la democracia en España, que deberá ser militante sí o sí, y volver a hacer posible una España de ciudadanos libres, iguales, solidarios y patriotas como en cualquier democracia consolidada de nuestro entorno europeo de más de 30 millones de habitantes. (España no puede gobernarse como una “Mickey mouse country”, por razones prácticas y técnicas evidentes).

Pero volvamos del planeta imaginario y acerquémonos a la realidad, y aceptemos en primer lugar que el centroizquierda ha desaparecido totalmente del panorama político y Partidario español; en segundo lugar el planteamiento subyacente a la pregunta catalizadora inicial, esto es que el Gobierno que venga sea “de derechas” en todo su arco salvo los racisto-reaccionarios del PNV ni los de “junts” por Cataluña. Y, en tercer lugar, sobre todo que el Gobierno no acepte someterse a ningún Partido separatista, ni ahora, ni nunca. Esta condición a mí me parece tan irreal como algunas que explicaba en el párrafo anterior, pero no rehuyamos la pregunta por ello con excusas de mal pagador. El Gobierno que llegue deberá tener el deber de interiorizar, y hacer conocer a los españoles, la emergencia en la que se encuentra la política nacional, la situación de a-democracia institucional (y real), la necesidad de recuperar la noción de bien común y de acabar con la ingobernabilidad. Deberá actuar como un Gobierno de salvación nacional sin serlo, teniendo en cuenta que la inmensa mayoría del voto ilustrado de centro izquierda probablemente haya caído en la abstención y el voto en blanco. Deberá tomar las grandes decisiones estructurales también contando con ellos. Por eso creo que las primeras medidas fundamentales, de cara a los problemas estructurales de la democracia española,  que deberá tomar son: a/ Un cambio en la Ley electoral, el autentico salmer sobre el que apoyar el arco de la recuperación de España como Nación democrática; b/ Unas leyes orgánicas para recuperar el mercado único en España, sin barreras interiores ningunas, y mucho menos las lingüísticas; c/ Una reforma en profundidad del sistema judicial y, paralelamente, del Tribunal Constitucional, que tienen que volver a ser exclusivamente profesionales y no partidisto/creativos y ch/ Una Ley de Educación Nacional digna de ese nombre que prepare a las futuras generaciones sobre bases de verdad, de valores democráticos perdidos como la igualdad y la solidaridad y las obligaciones constitucionales de trabajar por el bien común y un proyecto de convivencia común llamado España.

Puede que a alguien le extrañe que no sugiera ninguna medida económica (salvo la recuperación de la unidad de mercado) pero es que no me he centrado en las medidas de gestión, además de que la política económica será, afortunadamente, vigilada y “orientada” por la UE. Lo que sí deberá hacer el nuevo Gobierno es dejar de mentirle a la UE, en cuanto a su real situación económica, y sobre todo dejar de ocultarle sus gravísimos problemas estructurales en Justicia, Separatismo, Educación, Estado de Derecho, etc… para recabar ayuda.

 En cuanto a las políticas concretas de gestión, en todos los ámbitos son diversas y han quedado expuestas mucho más brillantemente en colaboraciones anteriores en este mismo blog. Sólo pretendía indicar que deberán o deberían someterse a un marco general de recuperación de la democracia y de una posibilidad de volver al bien común de unos ciudadanos libres iguales y solidarios. Gracias, por preguntar.

Coda: Si alguien, interesado por el tema, todavía se pregunta cuáles son los letales problemas estructurales de España, yo me rindo. Así no hay democracia que sobreviva. 

Enrique Calvet Chambon (@EnriqueCalvet), presidente fundador de ULIS y ex eurodiputado.


Un comentario en «Me dice Enrique Calvet Chambon, presidente fundador de ULIS»

  1. Ojala salgamos pronto de esta situación, aunque lo veo complicado

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