Me dice Enrique Villanueva, catedrático emérito de Medicina Legal


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La eutanasia es la muerte de otro

Se ha aprovechado un momento de debilidad democrática, con derechos suspendido por el estado de alarma, y el pueblo contenido en sus desgracias, para legislar de urgencia, en forma de decretos leyes y no precisamente en favor de los más desfavorecidos por la pandemia. Se ha aprovechado el momento para acelerar leyes innecesarias e injustas, una en concreto: la ley de eutanasia. Esta ley, que genera un derecho ex-novo, el derecho a solicitar la muerte, impone a los servidores públicos- los médicos- obligaciones imposibles de cumplir. La eutanasia, por definición, es la muerte de otro. Esta es la esencia del concepto y en esta ley se pretende que este privilegio recaiga, en monopolio, en un médico . El sujeto activo, el que mata, no importan las circunstancias, será un médico. Ello nos forzará a la siempre ingrata y lesiva tarea de la objeción de conciencia.

Enrique Villanueva Cañadas. Catedrático Emérito de la UGR. Académico de la Real de Medicina de Andalucía Oriental 


5 comentarios en “Me dice Enrique Villanueva, catedrático emérito de Medicina Legal

  1. La profesión médica debe, si quiere seguir teniendo la confianza de sus pacientes, exigir que el doctor que quiera matar al enfermo este en una lista abierta y de libre acceso, de esta manera el enfermo sabrá si desea ponerse en manos del asesino con bata o no.
    El que una persona mayor tema por su vida cada vez que pisa un hospital debería ser castigado de forma severa, los médicos están para salvar vidas, no para matar a la gente y si el viejo sabe que el tío de la bata se lo va a cargar apoyándose en canalladas como la de la «Muerte Digna» en vez de en el de «la vida digna» debe saberse.
    Por lo demás los médicos deben reivindicar su profesión y señalar con dureza a aquel galeno que saltándose leyes de vida, normas naturales y juramentos Hipocráticos, decide matar a la gente porque no cumplen los estándares que dicho médico o el asqueroso de turno decida.
    Los españoles deben defender a sus ancianos y sus enfermos como sea, que cada cual decida como, porque si cae en manos de uno de estos matarifes y se lo cargan, también el será culpable

  2. 400 aJC el padre de la Medicina, Hipócrates, posiblemente republicano y que nada tenía que ver con ninguna derecha, en su célebre Código, ya prohíbe al médico practicar tanto el aborto como la eutanasia (no esos actos en si). Desde mi punto de vista, como médico, esos actos (de los que estoy en contra tanto como de la pena de muerte, por ser similares) de “muerte oficial” ya que se permiten, deben ser ejecutados, como siempre se ha hecho, por un profesional en el tema: el verdugo. El médico, en todo caso y ni siquiera eso, estaría para certificar la muerte de esos seres humanos.

  3. Totalmente de acuerdo con lo expuesto. La profesión Médica no puede convertirse en los Verdugos de esta ley. LA OBJECCION DE CONCIENCIA en este tema es algo a lo que deberíamos acogernos todos.

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