Me dice María José Cantón, española


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Yo hago nuevas todas las cosas 

Resumir lo que ha significado este año 2022 es tarea difícil, incluso peligrosa, diría yo; se deben seleccionar las palabras idóneas para encadenar frases que expresen un mensaje positivo, un mensaje de esperanza, debemos conjurar ese pesimismo generalizado inducido por la sucesión de acontecimientos extraordinarios que se han acumulado en los primeros compases del nuevo milenio.

Nuestra querida España parece empeñada en no acabar nunca de transitar, de consolidarse en una sociedad madura, unida y responsable, que asume su pasado sin complejos y sin mentiras; así, en España, lo más significativo de éste 2022 es la constatación de que aquel proceso que se inició formalmente el 4 de enero de 1977 con la Ley para la reforma política y que creíamos haber dejado zanjado con la Constitución de 1978, en realidad aún no ha concluido y, no nos engañemos, lo más probable es que no concluya jamás. 

En el contexto internacional ocurre algo ciertamente curioso, algo que no puede pasar desapercibido. Y es que así como la espantosa guerra civil que asoló a España entre los años 1936 y 1939, se reprodujo luego a nivel internacional, al menos en lo que se refiere al enfrentamiento extremadamente violento de ideologías opuestas, el aparentemente eterno retorno de la sociedad española al estado de transición, se ha reproducido en el ámbito internacional con la espantosa guerra provocada con la invasión de Ucrania por el ejército ruso, una invasión que parecía querer reproducir la invasión de Polonia por el ejército alemán el 1 de septiembre del año 1939, pero que, al igual que la vuelta a la transición en España, está resultando algo muy diferente, algo que bien podría evolucionar hacia una situación crítica que involucre el colapso de nuestra civilización.

Dirás: menos mal que el mensaje iba a ser positivo; pues sí, es un mensaje positivo; verás, hace unos años, se suscitó la cuestión de si era posible identificar de forma objetiva y racional, a la persona más relevante en la historia de la humanidad, se construyó al efecto un complejo algoritmo que identificó a Jesús de Nazareth como el ser humano más relevante de la historia. Resulta admirable que en apenas tres años de vida pública y sin haber dejado escrito conocido, alguien llegue a erigirse en la persona más relevante de la historia. El caso es que Jesús de Nazareth es la persona sobre la que más se ha escrito, tanto es lo que se ha escrito sobre él que es extraordinariamente difícil reconocer la esencia de su mensaje. Se suele poner el acento en el amor: amar al prójimo, rezar por quienes nos persiguen, poner la otra mejilla suelen citarse como aspectos esenciales del mensaje de Jesús de Nazareth, pero eso es un mandamiento, no es un mensaje, es la consecuencia de un mensaje. Para mí, el mensaje de Jesús de Nazareth se resume en un versículo del último libro, del nuevo testamento, el libro de las revelaciones, el evangelista Juan atribuye a Jesús el siguiente mensaje: YO HAGO NUEVAS TODAS LAS COSAS (Apocalipsis 21:5). Ahí lo tienes, el mensaje de esperanza más poderoso que yo conozco: pese a la perspectiva única impuesta por el empirismo determinista, lo cierto es que ningún ser humano tiene la capacidad de saber lo que está por venir, puede ocurrir cualquier cosa y eso que puede ocurrir no tiene por qué ser negativo: Dios hace nuevas todas las cosas.

María José Cantón, española, madre y ciudadana catalana.


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