Pablo Sanz: ‘La UE es un gigante económico pero un enano geopolítico’


Conversación tranquila de @jmfrancas con Pablo Sanz (@PabloSanz07). Profesor de universidad y doctor en derecho’.

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JMF: Acabas de llegar de Vietnam. ¿Cómo ves esa zona del mundo?

PS: Vietnam y en general el Sudeste Asiático, China, etc., viven ahora un momento de esplendor y pujanza. Están apareciendo las clases medias y hay un dinamismo que transmite mucha vitalidad. Estamos ya en un Siglo Asiático, pero en algunos sectores de Occidente no se acaban de dar cuenta.

JMF: ¿Lidera China?

PS: China desde luego, pero el fenómeno es común a lo que se ha dado en llamar el Sur Global, es decir países emergentes que van coordinando y fraguando un orden mundial diferente al diseñado por Occidente, es decir, con instituciones y estrategias fuera del guión fijado por el Norte Global, que es el orden unipolar angloamericano que parece estar agotándose en los últimos años. 

Los BRICS son un síntoma de esta reconfiguración mundial frente a un mundo liderado por Estados Unidos y el G7. Los BRICS se extienden por un tercio de la superficie del planeta y albergan al 45% de la población mundial. El porcentaje de la asociación en el PIB mundial supera el 36%, y es mayor que el del G7 (Francia, EE.UU., Canadá, Japón, Reino Unido, Italia y Alemania), que se sitúa en torno al 30%. 

Recientemente los analistas de Bloomberg sugieren que para 2040 la cuota de los BRICS en el PIB mundial crecerá hasta el 45 %, mientras que la del G7 caerá hasta el 20%. Es decir habrán intercambiado su tamaño relativo entre 2001 y 2040. Esto significa una completa reconfiguración mundial que se transfiere de la esfera económica a la política. Hay que tenerlo muy presente para no quedarnos interpretando el mundo con análisis caducos o esquemas eurocéntricos.

JMF: Pero China y Vietnam, por ejemplo, son países de régimen comunista y eso con la clase media es difícil de casar ¿no?

PS: Ambos países son formalmente comunistas, en sentido de control político. En la práctica han abierto sus economías al mercado desde hace décadas (China desde los 80 con las reformas de Deng Xiaoping, y Vietnam desde los 90 con el Đổi Mới). El crecimiento que han tenido y siguen experimentando no solo hizo ricos a unos pocos, también permitió que millones de personas salieran de la pobreza y entraran en una especie de “clase media” urbana: gente que tiene vivienda propia, acceso a coche, viaja, consume tecnología, manda a sus hijos a la universidad, etc. 

Los gobiernos mantienen el control político (partido único, instituciones centralizadas), pero aceptan que en la parte económica haya mercado y desigualdad controlada, siempre que no ponga en peligro el poder del partido. En otras palabras: la ideología comunista se quedó en el plano político y simbólico, pero en lo económico se practica una mezcla de socialismo con economía de mercado que permite justamente que surja la clase media. Mientras la economía vaya bien, el sistema se legitima.

JMF: Tengo la sensación de que la UE no se entera del poder de los BRICS pero Trump sí…

PS: Efectivamente. La política comercial de Trump responde a esa urgencia porque los pilares que hicieron posible la hegemonía estadounidense están tambaleándose. El América First y el movimiento MAGA son un intento de preservar ese hegemonismo. Los trumpistas lo venden como una rebelión contra la globalización liberal, cuando en realidad fue justamente esa globalización liberal la que permitió que EE.UU. se convirtiera en la potencia dominante a partir del 45 a nivel occidental y ya de forma unipolar y mundial a partir del 91. 

El libre comercio, las cadenas de producción mundializadas y las finanzas globales dieron a Washington el poder de dictar reglas, colocar su dólar como moneda de reserva, sus bonos del Tesoro y así financiar y proyectar su fuerza militar (con un presupuesto equivalente a la suma de los 7 países siguientes). Entonces, quejarse de la globalización como si fuera la perdición es falaz: sin ella, el imperio estadounidense nunca habría alcanzado el nivel de hegemonía que tiene.

Pero Europa se ha quedado en fuera de juego con este viraje de Washington. Ha tenido que asumir un vasallaje demasiado oneroso que prácticamente se remonta al Plan Marshall. No ha sabido construir una política de autonomía estratégica. Ha hecho demasiado seguidismo a Washington desde el 45 y al final se ve muy comprometida por un cambio de reglas en el que no está participando.

La UE parece haber sido subsumida por la OTAN. La foto del otro día en la Casa Blanca, donde se ven a los líderes europeos como alumnos en el despacho del director del colegio fue muy elocuente. Se ha asumido un «eurovasallaje» que tuvo algunas comodidades históricas pero que ahora implica dejar que otros nos dirijan según sus intereses.

Como resultado del acuerdo que Von der Leyen firmó con Trump (en su campo de golf), Europa comprará 750.000 millones en energía a EE. UU. Invertirá 600.000 millones más en su industria militar (contratistas del Pentágono) y abrirá sus mercados sin aranceles a productos norteamericanos. Pero pagará 15% de aranceles por exportar lo suyo.

Los líderes europeos también han tenido que presenciar que Washington y Moscú restablezcan sus relaciones, como se vio en la cumbre de Alaska, y Rusia no ha quedado aislada a pesar de las numerosas rondas de sanciones europeas.

JMF: ¿Qué le falta a la UE?

PS: La UE es un gigante económico pero un enano geopolítico. Tiene demasiados países con intereses distintos, así que no habla con una sola voz en política exterior. En defensa depende totalmente de la OTAN, o sea, de EE.UU., y no tiene ejército europeo propio. En energía y tecnología también va por detrás: compra gas a los norteamericanos y chips a Asia.

Además, Bruselas suele ir a remolque de Washington porque carece de una estrategia geopolítica propia: prefiere “regular” antes que “liderar”. Por eso, aunque quiera ser potencia global, ha terminado subordinada a EE.UU. en seguridad, sanciones y hasta en el rumbo de su diplomacia.

El mismo Draghi ha dicho recientemente que la UE ha evaporado la ilusión de contar en el mundo, y que es un actor marginal y espectador. Ha criticado la irrelevancia de Bruselas en los grandes conflictos y ha reclamado una transformación política de la Unión.

Pienso que también es muy notorio el desprestigio de la clase política europea, tanto la afincada en Bruselas, como la de los principales gobiernos y partidos europeos. No hay estadistas. La mayoría son sujetos muy mediocres y con poca o nula visión de altura histórica. Antes Europa tuvo figuras como De Gaulle, Adenauer, Mitterrand o Kohl, con proyectos definidos y horizonte de largo plazo. Hoy la política europea parece dominada por gestores técnicos, burócratas y líderes más pendientes de encuestas, coaliciones frágiles y equilibrios internos que de marcar un rumbo histórico.

Nos hacen falta estadistas capaces de cooperar con EE.UU. cuando convenga, pero también de decir “no” y defender intereses propios, sobre todo en defensa, energía y tecnología. De Gaulle, por ejemplo, encarnaba la idea de una Europa soberana, no subordinada a nadie. Él defendía la famosa “Europa de las naciones” con autonomía frente a Estados Unidos y la URSS. Incluso sacó a Francia del mando integrado de la OTAN porque no quería que Washington dictara la estrategia francesa. En otras palabras, lo que falta hoy es ese tipo de liderazgo, independencia y visión de futuro, capaz de hacer que Europa decida por sí misma en lugar de aceptar siempre la tutela de EE.UU.

JMF: ¿Líderes? Está Sánchez…

PS: Con Sánchez, España ha seguido estando alineada y subordinada a las directrices que marcan Bruselas y la OTAN, pero sin participar activamente de ellas y hacerse valer para dirigirlas hacia sus intereses directos e inmediatos que tienen que ver con Marruecos y el Estrecho y muy poco o nada que ver con el Báltico o el Mar Negro. 

En economía, depende totalmente del BCE: sin su dinero barato y los fondos europeos, las cuentas públicas estarían mucho más apretadas. En política exterior y defensa, se ha reforzado el seguidismo a la OTAN, siguiendo la línea de Washington en Ucrania y aumentando el gasto militar para contentar a la Alianza. En la práctica, España ha renunciado a jugar con voz propia y se ha convertido en un socio disciplinado. Acata lo que dicta la UE en economía. 

España es un país servicial de intereses ajenos, que no ha dudado en lesionar su propia soberanía y que sigue al pie de la letra la estrategia atlántica que se hace desde Bruselas, Londres y Washington.

Ahora bien, con Feijoo en la Moncloa no cambiará este panorama en absoluto. PSOE y PP juegan al gato y al ratón en Madrid, pero en Bruselas votan casi lo mismo. Allí no hay tanta pelea: cuando se trata de economía, seguridad, OTAN o pactar con Von der Leyen, socialistas y populares van de la mano. De hecho, la Comisión Europea de Von der Leyen (PP europeo) no podría gobernar sin el apoyo de los socialistas, incluidos los eurodiputados del PSOE. Y a la vez, el gobierno de Sánchez en España se sostiene gracias a esa misma Comisión, que reparte fondos y da oxígeno financiero a Sánchez. En Bruselas, PP y PSOE están perfectamente coordinados y acatan la subordinación estratégica, aunque en Madrid se peleen de cara a la galería. Al final, Von der Leyen sostiene a Sánchez y Sánchez sostiene a Von der Leyen.

JMF: China frente a USA. ¿Rusia dónde estará?

PS: Entre China y Estados Unidos, Rusia actúa como un actor que intenta maximizar su independencia y retomar las viejas áreas de influencia rusa. No puede competir con ninguno de los dos de frente, así que busca construir su propio espacio en Eurasia y dentro de bloques como BRICS, la Organización de Cooperación de Shanghái y la Unión Económica Euroasiática, manteniendo relaciones estratégicas flexibles que le permitan negociar sin quedar subordinada.

La UE en los 90 perdió la oportunidad de integrar a Rusia como socio estratégico en energía, transporte e industria, optando por alinearse únicamente con Estados Unidos y priorizar la expansión de la OTAN. Proyectos energéticos y corredores logísticos euroasiáticos fueron bloqueados bajo presión de Washington y Londres, impidiendo la construcción de un eje europeo-eurasiático autónomo que hubiera permitido un orden mundial tripolar (Anglosfera, China y polo Euroasiático)

No perdamos de vista que la UE geográficamente ocupa una pequeña península de Eurasia. Al no generar sinergias con Rusia, Europa se volvió dependiente de la política estadounidense, mientras Moscú buscaba alternativas con China, India, Asia Central y el Sur Global.

JMF: ¿Qué futuro geoestratégico prevés?

PS: En una parte dependerá en gran medida del rumbo económico de Estados Unidos y si Trump tiene éxito en su segundo mandato con esta política comercial que está Implementando. No olvidemos algunos datos claves: la deuda total de Estados Unidos ha superado oficialmente los 37 billones de dólares por primera vez en la historia. Esto eleva la deuda total de Estados Unidos a más de 780.000 millones de dólares desde que se elevó el techo de la deuda tras la firma de la ley «One Big Beautiful Bill Act» el pasado 4 de julio. Para hacernos una idea, esto representa un aumento promedio de más de 22.000 millones de dólares al día. Sólo la semana pasada, el gobierno de Estados Unidos emitió y colocó 724.000 millones de dólares en bonos del Tesoro a través de 10 subastas. Este tema financiero está en el centro de cualquier cuestión geopolítica, geoeconómica y geoestratética.

EE.UU. necesita encontrar una solución a su déficit fiscal y a su déficit comercial, o no podrá competir contra China a medio y largo plazo. Necesita «capturar» totalmente a la UE, hacernos comprar su energía, armas, productos y tecnología sin competencia china, y por supuesto endosarnos la factura ucraniana y quedarse con el control de sus activos minerales, aquellos que no queden bajo el control de Rusia tras la firma de un futurible armisticio. 

No obstante, EE.UU. sigue endeudándose a un ritmo trepidante y China está vendiendo progresivamente bonos del Tesoro estadounidense a razón de 3.000 millones de dólares a la semana aproximadamente. China ya liquida el 50% de su comercio transfronterizo en su moneda, sobre todo con países del Sur Global. Es pronto para hablar de desdolarización pero ya hay algunos indicios o síntomas de que la Pax Americana va poco a poco debilitándose.

Estamos en una fase de transición y por eso hay este alto grado de incertidumbre. Trump quiere rediseñar, reajustar el orden comercial internacional para preservar la hegemonía estadounidense frente al ascenso chino. El sistema Bretton Woods puede dar paso a lo que se ha empezado a llamar «Sistema Turnberry» (por el nombre del campo de golf de Trump en Escocia donde se ha esbozado). Esta es una estrategia de incentivos, en la que el incumplimiento de sus socios comerciales se traduce en el palo de aranceles más altos. La zanahoria, por su parte, es simplemente la oportunidad de vender productos en el mercado más grande del mundo. 

Recomiendo leer la columna que se publicó el 7 de agosto en el New York Times, de Jamieson Greer, Representante Comercial de Estados Unidos, titulada «Por qué rehicimos el orden global». Explica perfectamente la estrategia actual de Estados Unidos. Otra cosa es si tendrá éxito. De momento, como dije antes, Von der Leyen fue al campo de golf de Trump a finales de julio para doblegarse.

EE.UU. nos ha metido varios goles a la UE: un 15% de aranceles, le aseguramos compras de energía y armas, y no nos beneficia en nada a nosotros, al revés, su coste se repercutirá al consumidor y empresas europeas. Y encima tenemos que escuchar a Von der Layen que «va a hacernos más competitivos». Trump será lo que queramos, pero de negocios sabe mucho y además si tiene a ineptos delante gana por goleada.

JMF: Muchas gracias Pablo, un abrazo y seguimos en contacto

PS: Muchas gracias a ti, Josep.


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