Sara Climent: ‘La inclusión es la realidad. O convivimos todos o nos condenamos a vivir en guetos’


Conversación tranquila de @jmfrancas con Sara Climent (@climent_sara). Maestra de pedagogía terapéutica en centro de educación especial y ahora metida algo en política, porque es un ámbito que requiere que se le tenga en cuenta.

Tuitter: @jmfrancas Blog: noentiendonada.es Web: http://sinpostureo.com You tube: https://www.youtube.com/channel/UCUGcEzxyMJwuOCBNnjwPDxg?view_as=subscriber

JMF: ¿En qué consiste eso de ‘pedagogía terapéutica?

Sara Climent: Es otra rama de magisterio simplemente, maestra de educación especial o de pedagogía terapéutica, somos las personas que atendemos a los ACNEE (alumnos con necesidades educativas especiales), Personas de apoyo educativo en centro ordinario y personas que atienden grupos de alumnos (tutoras) en centro específico. Aunque la verdad, el trabajo es totalmente distinto en un centro que en otro. Nos formamos específicamente de forma distinta

JMF: ¿Quedan centros de educación especial?

Sara Climent: Sí claro, quedan muchísimos.

JMF: Está de moda cerrarlos… ¿Tú que opinas?

Sara Climent: No es una moda, es un precepto que viene de la unión europea de hace ya mucho tiempo. España incumple eso desde hace años y se tiene que poner las pilas. Los centros de educación especial tal y como los conocemos están obsoletos ya que atienden alumnos que deberían seguir en centro ordinario con apoyo educativo. Hay que ver cada caso, cada alumno. Hay dictámenes educativos, que los elaboran orientadores educativos, que dictaminan en qué tipo de centro deben escolarizarse y no se está haciendo bien en muchos casos porque no se apuesta por la educación realmente inclusiva. No deben cerrarse, ya que se dan terapias que en otros centros serían imposible hacer para alumnos con discapacidades graves y permanentes, pero no debe seguir el modelo que sigue ahora

JMF: Tú, ¿los cerrarías?

Sara Climent: No, todos no. Pero los reestructuraría.

JMF: ¿Qué ventajas le ves a la ‘inclusión’?

Sara Climent: Deberían estar junto otro centro ordinario, y que compartieran actividades comunes como patios e incluso alguna actividad extraescolar. Con eso nos ahorramos campañas de sensibilización y tener que explicar a un alumno que en su mismo colegio hay un aula de alumnos con TEA porque no lo sabían. Esas cosas pasan porque la comunidad educativa no está completamente implicada. Se debe hacer un trabajo desde todos los estamentos; debe ser cuestión trasversal.

JMF: Entonces no se quejarían de ‘segregación’ si los separas en algo…

Sara Climent: La inclusión es la realidad. O convivimos todos o nos condenamos a vivir en guetos.

JMF: ¿Así de claro?

Sara Climent: Hay alumnos que pueden seguir el nivel del curso con una adaptación del currículo; alumnos que conviven en el mismo centro, pero que tienen aulas diferentes pero hacen asignaturas comunes. Hay centros que lo hacen y centros que no. La inclusión es actitud, es convivencia, es sensibilización y es aceptar la realidad que nos rodea. Para que sea real y efectiva requiere de muchísimo apoyo institucional (sobre todo, muchos más recursos humanos) y adaptar los centros a estas realidades. Es muy complicado, no voy a decir que no, pero se deben dar pasos en ese camino.

JMF: Volver a los centros de antes en los pueblos, un maestro y todos los alumnos mezclados sería le inclusión total… y a las Universidades de la Edad Media: todos lo mismo el ‘trivium’ y el ‘quadrivium’: médicos, abogados, arquitectos…

Sara Climent: Jajaja, sería una manera. La educación en este país necesita un revulsivo, hay que empezar a mirar por el alumno, por la especificidad, lo de “si juzgas a un pez por como trepa un árbol…”; las inteligencias múltiples existen, está demostrado y hay que potenciar las capacidades, no centrarnos en lo que no se puede hacer.

JMF: Pero la mejor enseñanza sería la ‘individualizada’…

Sara Climent: Hay que individualizar más, claro. Potenciar ramas específicas; este sistema tal como está diseñado está demostrado que no funciona. Tenemos una de las tasas de abandono y fracaso escolar más altas de toda Europa, hay que cambiar y ya que cambiamos el sistema, apostar por la inclusión real. Yo le digo, por ejemplo, que en el barrio donde trabajo no saben que existe un centro de educación especial. Los mismos vecinos no lo sabían hasta hace poco que fue el 25 aniversario. Esas cosas no son de recibo, son realidades que no existen y son realidades que podemos vivir todos, sin excepción.

JMF: Mi experiencia es que la inclusión hace que el ritmo sea el del más lento y el ambiente el del que tiene la peor actitud y así vamos…

Sara Climent: Bueno, hay ejemplos de inclusión muy buenos. Pero evidentemente, tal como está planteado hace que lo que usted comenta pase. ¿Sabe lo qué pasará si la cosa no cambia? que los centros de educación especial se cerrarán, casi de la noche a la mañana, y los alumnos con posibilidades de integración (que no inclusión) se meterán con calzador a centros ordinarios, lo que puede dar muy malas experiencias, y los que estén muchísimo más afectados, por pura humanidad y sentido común, o volverán a sus casas o estarán en centros de día. Y volveremos un paso de 30 ó 40 años atrás. Hay que empezar poco a poco, desde los más pequeños, con atención temprana, con inclusión en centros de educación infantil. Y que esa realidad sea parte del día a día y que se vayan adaptando los recurso según se especifiquen.

JMF: Hay resistencia de familias y profesionales para que no se cierren, ¿por qué no dejarles mientras se reforma?

Sara Climent: No creo que se “cierren” del todo, pero sí se necesita su reestructuración como he dicho. De momento, los alumnos supongo que seguirán tal y como están pero se necesita un plan de acción mirando de aquí a 10 ó 20 años.

JMF: Espero que no lo diseñen más ‘psicopedagogos’ me dan pánico.

Sara Climent: Hay que hacerlo con mucha sensibilidad y pensando en las familias, los profesionales, evidentemente! y sobre todo en el alumno. Pero es que no se ha explicado nada bien. Quiero decir que no es cerrar o no cerrar. Hay muchos matices en medio, pero hay que tener en cuenta que sí sobreprotege mucho a ciertos alumnos, cuando sean mayores no van a saber valerse y pueden tener verdaderas oportunidades laborales. Entiendo a las personas que hayan tenido una experiencia horrible en centro ordinario y no quieran saber nada de la inclusión, pero se pueden hacer las cosas bien y hay que ir por ese camino. Claro que esto solo es una opinión.

JMF: ¿Cuál sería entonces tu modelo ideal?

Sara Climent: Desde mi punto de vista, todos los alumnos deben tener dictamen de escolarización, no solo los que tengan una discapacidad o necesidad evidente. Después, el modelo de agrupación me lo tendría que pensar mejor, pero sería una educación mucho más individualizada, sí. Hay muchos proyectos en los que hemos visto que el maestro hace que cada alumno se sienta único y especial, potenciemos eso y premiémoslo! Después, realizaría cada centro de educación especial compartiendo patio con centro ordinario y, aunque tengan en ese centro las terapias específicas, podrían compartir muchas experiencias con los demás alumnos. Eso nos enriquece como seres humanos y es parte de nosotros, hay que aprovecharlo.

JMF: Me perece buen plan, mil gracias Sara y ánimo con la política. necesita de gente que sepa de algo. Un beso.

Sara Climent: Muchas gracias a ti. Y gracias por tu paciencia. A ver si puedo aportar mi humilde experiencia. Un saludo.


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