Votar para botar


No entiendo nada, casi podría añadir: no entiendo nada de nada. Si la ‘francesa’ del Fondo Monetario Internacional nos amenaza con la ‘recesión de las recesiones’ y Rubalcaba sabe -lo presentará esta semana- lo que hay que hacer si él gana. ¿Porqué puñetas hemos de esperar hasta el 20 de Noviembre para votar nuevo presidente y botar al que ahora tenemos? Si alguien lo entiende y le parece correcto, que me lo explique o se lo ‘haga mirar’.
Pero hoy, lo que no entiendo va por otro lado. El sábado mi cuerpo avisaba de que mi ‘costipadillo’ iba a más: de la nariz a la garganta… Fui a la farmacia a pedir antibiótico y me dijeron, creo que con buen criterio, que necesitaba una receta del médico para ello. Pues nada, me voy al centro de salud mas cercano. Entré, era lo único abierto, por Urgencias en busca de mi receta. El médico me vio, me revisó y, sobre todo, con mirada escrutadora investigó mis amigdalas… Estaba fatal, me diagnosticó muy enfermo y me entregó un papel oficial donde decía lo que tenia que tomar: Ibuprofeno cada ocho horas y antibiótico desde ya. Pregunté por las recetas, estoy en la Seguridad Social desde mediados del siglo pasado, y me dijo con sorna: ‘aquí no damos recetas, ni bajas, ni altas… Vaya a la farmacia con esto (papel oficial) cuídese y tómeselo. Fui a la farmacia, me dieron (me vendieron, quiero decir) el antibiotico por compasión y me cobraron todo el importe de las dos cosas, textualmente me dijo el farmacéutico: ‘esto que le han dado son las instrucciones para su medicación, no sirve para nada más…’
No entiendo nada, ¿para qué puñetas tuve que ir al centro de salud por urgencias si el médico lo que me da no sirve para que la farmacia me puede dispensar un antibiótico y, ni siquiera, para que la sanidad pública se haga cargo de la parte habitual del coste de mis medicamentos? No entiendo nada.


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