Economía Gótica


Llegó el otoño, época del año en la que todo o casi todo va a peor: caen las hojas, se acorta el día, viene el frío… y se presentan los Presupuestos, los PGE, que son como los GPS de la economía nacional. Si los GPS están mal diseñados el conductor se pierde. Si los PGE están mal planteados –como es el caso- nos perdemos todos y España, ya es difícil, va a peor.

Estamos metidos de lleno en el tedioso debate pantomima de presupuestos que, como el del año pasado, será una gran perdida de tiempo. Necesitamos según Joan Ridao, portavoz de ERC, la ayuda de Santa Lucia para ver lo que quiere que veamos el Gobierno. Los aprobación de estos presupuestos se va a quedar en una “moción de confianza”, en un salvar al Gobierno, si este paga bien. Nadie duda, ni con Santa Lucia de vacaciones, que estos presupuestos se aprobarán, cuesten lo que cuesten y pidan lo que pidan los “lazarillos” del Gobierno. Gracias al PNV, el mismo que se manifestó  el sábado, dónde gobierna el PSOE, al lado de los abertzales y con Coalición Canaria, la misma que en Canarias, gobierna con el PP. No lo entiendo, o mejor dicho no veo que sea fácil de explicar.

Por cierto, el otoño también nos acerca a noviembre, mes de difuntos, y calaveras, y se anuncia en Madrid un acontecimiento, una cumbre, no se si planetaria, pero si “gótica”. Entre el 24 de octubre y el 1 de Noviembre, tendrá lugar la I Semana Gótica de Madrid, donde se reunirán “la flor y nata” de este floreciente movimiento. Después de analizar lo que algunos han llamado “generación crepúsculo” y empaparme, espero que sin contagio, de este estilo de vida, intuyo que no es coincidencia que el mismo otoño “soporte” también el debate de presupuestos. No solo vamos corriendo hacia la tumba sino ya sé que nuestro gobierno no es ni keynesiano, ni liberal,  ni na de na. Es, simplemente, el inventor de nuestra perdición: la economía gótica.


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