Como es bien sabido la gran reforma económica del actual gobierno del PP se traduce en buscar los modos y maneras de estrujar más y más al ciudadano a base de impuestos. La famosa promesa electoral de bajar la carga impositiva se ha traducido por mor de una repentina conversión a la socialdemocracia de los líderes del liberalismo, en un continuo trajinar de quitar exenciones fiscales y buscar nuevas tasas: todo es susceptible de impuestos y todo impuesto es susceptible de ser subido. Lejos quedan aquellas ideas peperas de que bajar impuestos era ingresar más, dado que se aceleraba la economía. La frase de que donde mejor está el dinero es en el bolsillo de los ciudadanos ha pasado de ser una premisa de la política económica del PP a un deseo para la otra vida.

El Senado está discutiendo la supresión de las bonificaciones fiscales que en la actualidad rebajan la factura en el IRPF de las plusvalías generadas por la venta de bienes patrimoniales, como inmuebles y acciones, comprados antes del 31 de diciembre de 1994. Esta supresión, de aprobarse, supone un garrotazo impositivo sin precedentes que hará que lo que ahora costaba 6.000 euros de impuestos pasa a costar unos 26.000 euros de nada. ¿Bajada de impuestos para 2015? Anda ya.

No entiendo nada. Rajoy y su PP quieren que notemos en nuestros bolsillos una bajada de impuestos en año electoral próximo. ¿Cómo pretenden que bajando algo el IRPF y subiendo la carga total impositiva seamos tan necios de aplaudir con nuestros votos semejantes estocadas? ¿Alguien me lo explica?