Me dice José Luis Fernández Santillana (@jlfsantillana), director del Gabinete de Estudios USO


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Los datos de la EPA de este primer trimestre de 2020 prácticamente no están afectados por la crisis del COVID-19, ya que sus efectos solo afectaron a las últimas dos semanas de marzo y la EPA no contabiliza como parados a los afectados por los ERTES si estos son de duración inferior a tres meses. 

Los datos son un reflejo de la desaceleración que se venía produciendo en 2019, un PIB que creció menos de los esperado (1,8%) y que ha repercutido negativamente en el empleo. Obviamente agravados por la situación generada a partir de la segunda quincena de marzo donde prácticamente desaparece la actividad productiva.

El número de ocupados disminuye en 285.600 personas en el primer trimestre de 2020 y se sitúa en 19.681.300. La tasa de variación trimestral del empleo es del –1,43%. Es el mayor descenso desde 2013. En los 12 últimos meses el empleo ha aumentado en 210.100 personas (62.100 hombres y 148.000 mujeres). La tasa de variación anual de la ocupación es del 1,08%, mientras que el primer trimestre de 2019 esta alcanzó un valor del 3,16%, se ha reducido en 2/3 su valor.

Si consideramos ahora el paro nos encontramos que sube este trimestre en 121.000 personas. El número total de parados se sitúa en 3.313.000. En términos relativos, la variación trimestral del desempleo es del 3,79%. La tasa de paro aumenta 63 centésimas y se sitúa en el 14,41%.

Un dato especialmente significativo y preocupante, pero que ayuda a entender estos datos es el descenso en la población activa en 164.600 personas en el primer trimestre de este año y se sitúa esta en 22.994.200. 

La caída de la ocupación en este trimestre se ha traducido tanto en un incremento del paro como en un aumento del número de inactivos, debido fundamentalmente a la dificultad sobrevenida de buscar empleo en una situación de confinamiento y a la influencia que dicho confinamiento ha podido tener en la disponibilidad de empezar a trabajar en el caso de encontrar empleo.

La incidencia de la crisis sanitaria, que conlleva una profunda crisis económica, hace que los ocupados que no han trabajado en la semana de referencia en la que se realiza la EPA han subido este trimestre en 509.800 personas. Esta cifra no tiene precedentes en un primer trimestre del año. 

Hay algo claro, y es que las medidas adoptadas por el Gobierno han llegado tarde para muchos trabajadores y la actividad de gestión no se ha reforzado lo suficiente como para dar respuesta al aluvión de expedientes y solicitud de prestaciones que ha recibido. 

Esta EPA es un anticipo de que lo peor esta al llegar para el empleo, y nos deja un aviso dramático: en la primera semana del estado de alarma dejaron de trabajar más de medio millón de personas, todos somos conscientes de que la vuelta a una actividad normal y al empleo no se realiza con una publicación en el BOE y hay que pensar en cómo reactivar el crecimiento económico  y el empleo para que la caída de este -podemos superar el 25% de tasa de paro- dure el menor tiempo posible.


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