Pablo Losada: ’El Ser Humano es tan natural como las gacelas’


Conversación tranquila de @jmfrancas con Pablo Losada (@Velardedaoiz2). Ingeniero.

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JMF: ¿Por qué estás en tuitter?

PL: Porque Twitter nació para mí. “Todólogo” de vocación, enciclopedia de estupideces, me encanta recibir información de cualquier tema que me interese, y descubrir a gente en el mundo cuyo conocimiento me era antes inaccesible. Además, permite interactuar con gente con la que de otra manera jamás podría hacerlo. Si además puedo influir con mis ideas sobre temas que considero importantes, tienes el cocktail perfecto.

JMF: ¿Qué temas consideras importantes?

PL: La Educación. La Pobreza. El comercio Global como algo enormemente deseable. Pragmatismo vs radicalidad. Y quizá, para los próximos años, me parece de importancia capital no sacrificar el desarrollo económico para “salvar el planeta”.

JMF: ¿Ves algún factor común tras esas preocupaciones?

PL: Sí. Movimientos proteccionistas, nacionalistas y neomalthusianos que, combinados, pueden no solo causar un empeoramiento de la calidad de vida de miles de millones de personas, sino conflictos bélicos de magnitud impredecible. Vivimos una excepción histórica desde hace 76 años, y no sé si mucha gente es consciente de esa excepcionalidad.

JMF: ¿A qué excepcionalidad te refieres?

PL: A la ausencia de conflictos bélicos globales o regionales significativos de manera abierta. La clave de la paz relativa que vivimos, especialmente en los últimos 30 años, viene apoyada por la mejora de las condiciones de vida de las regiones más pobres; mejora fundamentalmente sustentada por el comercio y la globalización. Es más difícil pelearte con tu socio económico que con alguien que bloquea tus oportunidades de mejora.

JMF: Pero eso es bueno ¿no? Mejor sin guerras, al menos cerca…

PL: Exactamente. Pero los movimientos que he descrito más arriba (nuevo auge de los nacionalismos, proteccionismos económicos en forma de aranceles o “impuestos al CO2 en frontera”, como se están diseñando, o ecologismo mal entendido que pretenda reducir el comercio por su huella medioambiental, o incluso que busque un “decrecimiento forzoso” para “salvar el planeta”), podrían estar poniendo las semillas para que esas guerras vuelvan, quizá antes de lo que nos gustaría a todos.

JMF: Esas guerras serían efecto colateral o un efecto buscado para ser ‘menos’, vuelve a hablarse de que en el mundo somos demasiados…

PL: Me fascina cómo, siglo tras siglo, hay gente que se ve en condiciones de decidir que “somos demasiados”. Y de predecir que si la población global no decrece estamos abocados a la miseria y el hambre. Llevan varios siglos errando (desde el Ensayo sobre el Principio de la Población de Malthus, en 1798, pasando por “la Bomba poblacional” de Ehrlich en 1968, y cientos de documentos similares), y continúan pontificando como apóstoles de la verdad suprema. La realidad: hoy hay casi 8.000 millones de personas que viven vidas más largas, de más calidad y con mejor salud que los 1.000 millones que vivían en la época de Malthus, o que los 3500 de 1968. Si se hubiera hecho caso a sus apocalípticos avisos, miles de millones de personas no habrían existido o habrían vivido mucho peor. La realidad es que la población mundial crece cada vez más lento, y posiblemente se estabilizará en unas décadas, quizá en torno a 10.000 millones. ¿Son demasiadas? No lo sé. Sí sé que el ingenio y la tecnología humanas, que es lo que todos los falsos ecologistas y malthusianos desprecian, serán la clave para afrontar los retos de la Humanidad. Como siempre.

JMF: «Ecologismo mal entendido que busca un decrecimiento forzoso para salvar el planeta…» ¿Estamos matando a la Tierra?

PL: La Tierra no es un ser vivo, no podemos “matarla”. Estamos causando impactos importantes en otras formas de vida en la Tierra, sin duda más importantes que ninguna especie en ningún momento anterior (aunque es interesante leer cosas sobre cómo los dinosaurios causaron un cambio total en sus hábitats hace muchos millones de años). El Ser Humano es tan natural como las gacelas o las avispas. Lo maravilloso es que somos la primera especie consciente de los impactos que causamos. Y somos las primeras generaciones que empezamos a pensar en lo que puede pasar en un futuro, nos preocupan los problemas que podemos causar e intentamos saber cómo prevenirlos. Y eso es bueno. Lo que no me parece tan bueno es identificar todo impacto como negativo, todo cambio como negativo, y plantear que lo ideal es un mundo “estático” (con una clima “estable”, con la misma población, sin alterar nada el estado natural actual). Y me parece aún peor arrogarse la sabiduría de conocer CÓMO se deben minimizar los impactos (por ejemplo, con qué tipo de energía, con qué tipo de transporte, reduciendo la movilidad, etc.). Dudo mucho que unos pocos decidiendo lo que les conviene a varios miles de millones sea la receta óptima para el bienestar y la felicidad de la Humanidad. La misión de los gobernantes no es decir lo que hay que hacer, y cómo, sino crear los incentivos adecuados para que la tecnología y el ingenio humanos resuelvan los retos futuros. Más I+D y menos planes quinquenales, por favor

JMF: Sin duda la Tierra no es un ser vivo, tampoco es un sujeto de derechos, ni las piedras, ni las plantas, ni los animales, pero se habla de derechos de ellos y pronto de lo demás… ¿Hacía dónde vamos?

PL: Menos mal que está entrevista es por whatsapp. De lo contrario habríamos vivido un silencio incómodo. Creo que estamos viviendo una época de contrastes. Por un lado, el 85% de la población mundial, sus gobernantes incluidos, viven el mismo marco mental que vivió siempre la Humanidad desde hace miles de años: el objetivo es vivir vidas más largas, con mejor salud, mayores comodidades materiales y, siempre que sea posible, mayor libertad. Es la parte de la Humanidad que acumula el 15% de la riqueza. Por otro lado, el 15% más rico del mundo, que posee el 85% de la riqueza mundial, y que podemos identificar como Occidente, parece haber perdido el oremus. Creamos debates artificiales e impostados que nos dividen, miramos acontecimientos y personajes de siglos pasados con nuestra óptica moderna, nos preocupan los sentimientos de los animales pero no tanto de los seres humanos, y nos llenamos la boca sobre cómo solucionar potenciales problemas futuros sin atender los enormes dramas que aún hoy existen para mucha gente (700 millones no tienen agua potable, y 1000 millones no tienen acceso a la electricidad). Quizá sea que hemos llegado a vivir demasiado bien, demasiado fácilmente, y se nos ha olvidado que para conseguir bienestar y libertad hay que trabajar muy duramente. O quizá sea que me hago viejo y no entiendo bien ya lo que sucede a mi alrededor.

JMF: ¿Por qué dices lo del silencio incómodo?

PL: Porque he tardado al menos un minuto en ser capaz de iniciar la respuesta a tu “¿hacia dónde vamos”?

JMF: Yo hubiera tardado más jaja. ¿Cómo ves la España actual?

PL: No soy particularmente optimista. España tiene un problema: el laboral. Definido en tres frentes: nivel de desempleo, temporalidad y bajos salarios. Especialmente en los jóvenes. Sin embargo, las autoridades se centran, fundamentalmente, en favorecer a otros colectivos (jubilados, funcionarios, etc.), y de otros problemas mucho menos importantes (igualdad de género, el Cambio Climático, etc.) olvidándose del asunto clave. Con una generación joven, bien titulada (formada quizá algo peor), que está frustrada porque no consigue incorporarse al mercado laboral de manera estable y en condiciones de iniciar un proyecto vital definido, y a la que se le “venden” más derechos y horarios que la necesidad de crear valor o la productividad, creo que tenemos la receta perfecta para lo que ya está pasando: la polarización política, de la que creo personalmente que no es fácil que surja algo positivo (aunque a veces el péndulo reaccionario puede ser necesario).

JMF: ¿No se ‘rebelará’ la juventud actual votando un cambio de color político?

PL: No lo sé. La pregunta es: ¿solucionará ese cambio, en caso de suceder -soy bastante escéptico, con el centro y la derecha divididos, y los nacionalismos periféricos radicalmente en su contra- el gran problema de fondo del que he hablado? No he escuchado nada en ninguna de las formaciones “alternativas” que me permita intuir que va a ser el caso. Nadie osa hablar de la necesidad de transformar por completo el sistema de pensiones, por ejemplo. La única posible excepción (y con muchas dudas y matices) sería el “fenómeno Ayuso”, pero como te decía antes, me hago mayor y un poco cínico como para tener fe en cualquier líder o partido político.

JMF: Mil gracias Pablo, no te quito más tiempo por hoy, seguimos en contacto y yo te seguiré por Tuitter dónde eres famoso y muy activo.

PL: Gracias a ti, Josep Maria. Saludos.


2 comentarios en “Pablo Losada: ’El Ser Humano es tan natural como las gacelas’

  1. El cuerpo se completa a los 21 añis. No debe tocarse antes de que termine de construirse. Cuandi antes se tenua lis 21 añis como frontera, era pir algo.

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