La lista más votada

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Hay tres frases recientemente pronunciadas que definirán el futuro gobierno de España.

Rajoy dijo al inicio del debate, y lo repite día a día, que no habrá nuevas elecciones si se deja gobernar a la lista más votada. Es fácil suponer que, además de ser una frase de sentido común, tiene claro que el más votado será él.

Jordi Sevilla, de lo mejorcito que tiene ahora el PSOE, ha calentado la campaña electoral con un breve tuit: «Para evitar terceras elecciones, si no hay mayorías, debería dejarse gobernar al candidato que consiga mayor apoyo parlamentario”.

Tanto Rajoy como Sevilla coinciden en aparcar el concepto de mayoría absoluta y hacen bien. Si algo parece que se mantendrá en este segundo round, es el hecho de que ninguno alcanzará una mayoría para poder investirse en solitario, y la única opción será que alguno ceda para que el más, o votado o apoyado, gobierne. A pesar de la interpretación de puñalada trapera que algunos socialistas han hecho del tuit de Sevilla, entiendo que de la misma manera que aboga por dejar gobernar un PSOE con C’s, si Rajoy está solo; también posibilita que el PSOE no obstaculice un posible pacto C’s apoyando al PP.

De todos modos la frase más relevante la dijo Sánchez a Susana Griso. Textualmente comentó: “La gente me paraba en la calle y me decía: Pedro yo no te he dado mi voto para que pactes con el PP… ¿Sabes lo que me dicen ahora? Con Iglesias a ningún lado… Mis votantes tienen un cabreo con Iglesias que no te puedes imaginar”. Las tres frases conducen al mismo final: Si gana el PP gobernará el PP.

No entiendo nada. Para que gobierne Rajoy habrá hecho falta que gané dos elecciones seguidas, ¿acaso era necesario que el PSOE pudiera culpar a Podemos de que siga gobernando la derecha por no haberse sacrificado Iglesias haciendo a Sánchez Presidente? ¿Alguien me lo explica?

Brexit

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No sé tanta economía como para hacer un sesudo análisis de los efectos del previsible Brexit sobre la economía española y la Unión Europea en general. No se por tanto si, por razones económicas, a España le conviene el sí o el no Británico. Primero por que no todo es economía y segundo por que ni siquiera un buen negocio puede mantener una relación en la que una de las partes, o las dos, no quieren tenerla.

Lo que parecía un simple referéndum de trámite como promesa electoral de un primer ministro, Cameron, cuyas encuestas le hacían peligrar la victoria, se ha convertido en una auténtica pesadilla. El próximo 23 de junio los ciudadanos del Reino Unido dirán si quieren permanecer en la Unión en un marco que, gracias a la amenaza del Brexit, consolida e incluso aumenta su situación de excepcionalidad en la manera de ser europeos.

Cabe la opción de que quieran seguir en la UE en las nuevas condiciones pactadas o cabe, y cada día es más probable, que voten por el adiós definitivo, con la esperanza de negociar algún tratado que minimice los efectos negativos y les permitan seguir gozando de lo que para ellos, especialmente para su economía, son las ventajas.

Cuando más me hablan de las ventajas que suponen para ellos las nuevas condiciones para seguir en la Europa comunitaria, más sensación de idiota se me pone al seguir siendo europeísta. Salga sí o no, el precedente para la UE es nefasto y es probable que suponga una estocada definitiva a lo que pudo ser y ya difícilmente serán los Estados Unidos de Europa.

No entiendo nada. La UE es una Unión de Estados inicialmente económica con vistas a ser una unidad política real, ¿caben excepciones antes de acabar definiendo la regla? ¿Alguien me lo explica?

Tres contra uno

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Tengo que reconocer que he visto los tres debates: El de las mujeres, el económico y el de los líderes. El motivo es bien simple, pura profesionalidad; yo, la verdad, estoy tan o más harto que ustedes del devenir político de nuestra España, pero amén de que me gusta la política, mi trabajo me obliga a no perderme este tipo de acontecimientos.

¿Qué debate me ha gustado más? Probablemente el económico, por ser el menos rígido y porque objetivamente todos sabían de lo suyo. ¿Qué personajes destacaría de los tres? Del primero, el de las féminas, me pareció que Inés Arrimadas sobresalía sobre las demás, en el de los economistas destacaría a De Guindos por solvente, templado y preparado; de ambos debates me chocó que el PSOE estuviera representado por antiguas glorias, Robles y Sevilla, sin duda pesos pesados, que pertenecen a otra generación política y ponen en evidencia el vacío, incluso en representantes, del PSOE de Pedro Sánchez.

Ayer no me gustó nadie: A Rajoy lo vi distante, a Pedro Sánchez absolutamente irreal, a Rivera disparando al bulto y a Iglesias falso y disfrazado. Supongo que todos gustaron mucho a su parroquia y poco a la de los demás. Si Rajoy iba a ganar, lo seguirá haciendo y si Sánchez está en la cuerda floja, ayer se mantuvo en ella.

¿Qué pasara después del 26-J según lo declarado ayer? Rajoy ganará y ofrecerá la gran coalición, Sánchez quedará tercero y dejará gobernar a Mariano, Rivera intentará no ser un excedente e Iglesias se comerá a toda la izquierda preparando su asalto en la siguiente legislatura.

No entiendo nada. Ayer eran tres, PSOE, C’s y Podemos contra Rajoy. ¿No sería más lógico que los tres hubieran sido PP, PSOE y C’s frente al que quiere romper la baraja que es Podemos? ¿Alguien me lo explica?

El Heteropatriarcado ataca en Orlando

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Los hechos son que un estadounidense de 29 años, Omar Mateen, de origen afgano y vigilante privado de profesión, irrumpió en el club ‘Pulso’ de Orlando y a pocos minutos de su cierre  armado, desató una masacre con 50 personas asesinadas y 53 heridos muchos de ellos muy graves.

El trabajo periodístico consiste ahora en escudriñar en todos los recovecos de la noticia acerca del personaje, su origen, entorno y demás y, como no, de sus intenciones al atentar en nombre del ISIS en un club de ambiente homosexual. Al final acabaremos sabiendo casi todo lo que ha rodeado a esta nueva matanza.

No soy de los que les gusta empaquetar a la gente, creo bastante más en el ser individual, la persona,  que en el grupo, el colectivo. Mi análisis por tanto no será sobre un representante del heteropatriarcado, según el diagnóstico de Garzón, atacando al colectivo gay, sino de un individuo, con sus filias y fobias, que en nombre de un grupo terrorista causa un holocausto.

Me cuesta dividir el mundo entre heterosexuales y homosexuales, lo mismo que entre hombres y mujeres, blancos y negros, españoles y el resto. De la misma manera que yo no represento a los heterosexuales blancos europeos católicos y con carrera universitaria, no me siento un conjunto homogéneo con ningún grupo de estos. Si tengo en cambio una clara línea roja, tan de moda ahora, entre violentos y no violentos. Todo aquel, individuo o colectivo, que tiene la violencia como un medio justificado para alcanzar cualquier fin, no es de los míos y me deberé defender de él.

No entiendo nada. Si el ISIS, al igual que todo el islamismo radical, usa como medio justificado la violencia, ¿por qué tenemos que enmascarar sus actuaciones y no atacarlo de frente? ¿Alguien me lo explica?

Puigdemont, ¿coraje o ganar tiempo?

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Cuatro comicios autonómicos en cuatro años y un gobierno heterogeneo, cuyos apoyos van desde la burguesía más rancia hasta los anticapitalistas tribales, dan idea de una sociedad que ha pasado del oasis a las cataratas del Niagara. La Catalunya del seny, de la iniciativa y del trabajo ha pasado a ser la Catalunya del aquí no hay quien se aclare.

Puigdemont es Presidente porque la CUP canjeó la cabeza de Artur Mas, por un apoyo al gobierno que les llevaría hacia la independencia. La CUP pensó que dejar colgado a sus compañeros de ‘proces’ en la aprobación de los presupuestos podía quedarse solo en un signo de identidad de ácratas y poco más. Puigdemont, más serio de lo que esperaba yo, ha reaccionado como haríamos muchos, ha perdido la confianza en quienes se comprometieron y le han dejado en la estacada. Puigdemont valora por tanto la confianza y es por eso que, lejos de capear el temporal y seguir como si no pasara nada, se ha plantado y pide formalmente una ‘cuestión de confianza’. Le alabo el gesto a pesar de que sé que no podía convocar elecciones, sería una debacle y no tiene partido, pero podía continuar sin hacer nada como vienen haciendo los suyos desde hace tiempo.

La Catalunya dividida entre derecha e izquierda es contradictoria con la Catalunya dividida por la fiebre independentista y esto hace casi imposible una solución si nadie cambia de postura. Hasta ahora, el antiguo partido de Puigdemont aprobaba sus presupuestos gracias al PP, ahora, junto con Esquerra y enrocado en la independencia, ¿con quién los quiere aprobar?

No entiendo nada. Me gusta que Puigdemont valore en sus socios que sean de fiar, ¿se ha planteado él si es fiable para el resto? ¿Alguien me lo explica?

Qué coño es la CUP

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Recordando a Jordi Pujol cuando, tras su conocida exclamación de “qué coño es la UDEF”, desató rayos y truenos, no sin motivo, hacia su persona y entorno,  es lógico que cualquiera de mis conciudadanos no catalanes se haga la misma pregunta entorno a las siglas CUP. Uno sabe hasta qué es ‘Podemos’ a pesar de sus variables disfraces, pero de la CUP, pocos saben nada.

La CUP, Candidatura de Unidad Popular, es una organización política asamblearia presente en lo que ellos llaman Países Catalanes y que, partiendo del ámbito municipal, trabaja para una gran Catalunya independiente, socialista, ecológicamente sostenible, territorialmente equilibrada y no patriarcal. Es decir todos los tópicos de la nueva izquierda independentista juntos y bien mezclados.

Su primera aparición electoral fue en 1979. En el 2011 se presentó con un programa mínimo común y consiguió más de una alcaldía. En 2012 obtuvo tres diputados en el Parlamento catalán y ahora, ya con 10 representantes, es la fuerza independentista que posibilita que la lista conjunta de ERC y el antiguo partido de Pujol, ocupen el gobierno de la Generalitat.

Catalunya, aquella antigua tierra del seny, la iniciativa privada y el trabajo, es ahora gobernada por independentistas amantes de lo público apoyados por un partido, la CUP, de extrema izquierda, asambleario, partidario de la independencia, de la salida de la UE y la salida de la OTAN, encantados con nacionalizar lo privado, anticompresas y devotos de la vida tribal en comuna.

No entiendo nada. ¿Cómo pueden gobernar juntos la burguesía convergente, el republicanismo de Esquerra y el anticapitalismo de la CUP sin ser el caos? ¿Alguien me lo explica?

Etiquetas

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Nunca pensé que en este tiempo en el que se especula con el fin de las ideologías, que no me creo, en la política española nos enzarzaríamos en cuestiones de etiquetas políticas. Abrir, como tema de campaña, un debate sobre que lo que es y quien representa a la socialdemocracia, me parece petulante o incluso más bien vacío. No estamos ante la batalla filosófica del nominalismo, sino simplemente en una fiesta pública de máscaras. Aquí se trata de disfrazar al lobo poniéndole piel de cordero. Se trata de quitar aristas, de endulzar lo amargo, de dar en definitiva gato por liebre. Es curioso que la legislación castiga las falsedades en las etiquetas comerciales y en cambio en las etiquetas políticas todos nos llevan al huerto. Al ciudadano qué le importa como uno se disfrace para venir a su casa; lo que quiere saber es con que intenciones llama a la puerta. Ni siquiera vale para nada lo que uno al presentarse manifieste; dado que hemos moralizado el engaño, la única manera de discernir con quien nos jugamos los cuartos es aplicar la frase tan evangélica como universal de: por sus frutos los conoceréis. De la misma manera que la pregunta no es ¿qué propone el PP?, sino ¿qué ha hecho el PP?, la pregunta no debe ser ¿de qué se disfraza Podemos? sino ¿qué sabemos que quiere Podemos, con quién se identifica, qué han hecho sus conmilitones dónde mandan?

No entiendo nada. Cuando uno dice una cosa y hace otra, ¿es de fiar? Cuando uno se disfraza para llevarme al huerto, ¿juega limpio? ¿Merece entonces mi voto uno que actúa así? ¿Alguien me lo explica?

Renta básica

Suiza

Tres de cada cuatro ciudadanos suizos rechazaron ayer una medida que empieza a plantearse en diversos países de Europa: la renta mínima. La idea, llevada a esto tan habitual en el país helvético como son los referenda populares, consistía en aprobar que todo suizo, por el hecho serlo, recibiera del estado un estipendio que le garantizará una vida digna hasta la muerte. Las cifras de la medida, 2.300 euros por adulto y un total en un país que solo tiene un 3% de paro, de 22.000 millones de euros, las pensaban conseguir como siempre en base a subir impuestos. La verdad es que estos números para mí, son lo de menos; lo más importante es el concepto que hay detrás de estos dígitos. El ciudadano que produce, y por tanto el que paga impuestos, es esquilmado un poco más por el estado, para que el que no trabaja, no puede o no quiere, tenga la vida resuelta. Brillante idea para incentivar el esfuerzo. El estado de bienestar, no bienser, en su máxima expresión: estar y cobrar por hacerlo. ¡Alucinante!

Es curioso que esta peregrina idea haya partido de la izquierda que se supone nunca acepta la caridad sino que procura al ciudadano la igualdad de oportunidades para superar su ‘clase’ de nacimiento. El planteamiento es parecido a este tan hispano de suprimir notas en la educación para no traumatizar al que no pega ni sello, de no hacer públicas las evaluaciones de las entidades públicas, colegios incluidos, para no estigmatizar al que trabaja peor y un largo etcétera de medidas que, socapa de democratización y de protección al ciudadano, lo que hacen es matar el esfuerzo y desterrar la eficiencia de la sociedad.

No entiendo nada. ¿No será que, con el dinero de otros, lo que se pretende es que los que mandan nos protejan de todo mal y esfuerzo para que así no destaque nadie y les joda el invento? ¿Alguien me lo explica?

Presunción, si; mal olor, también

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Manuel Chaves y José Antonio Griñan, y multitud de cargos de la Junta de Andalucía, han sido ‘imputados’ por el viejo caso de los ERE. Recordemos que esta semana los dos han tenido también que rendir cuentas de otro caso, los cursos de formación, que judicialmente aún se está instruyendo. Puestos a ser justos, la presunción de inocencia rige para diestra y siniestra y  por tanto serán presuntos hasta que el Juez juzgue. Pero ser justos no implica ser idiotas y de ambos casos se puede extraer sin ninguna duda que alguienes, muchos, desde la Junta de Andalucía distribuyeron millones de euros, alrededor de 4.000, a su antojo. Desde la Junta, cargos puestos por el PSOE andaluz, usaron dinero público, euros de todos, destinado a los parados, para, en palabras de la Juez que instruyó inicialmente ambos casos, la ‘financiación ilegal del electorado’. Sin faltar a la presunción de nada, no culpo a nadie en concreto, puedo deducir que la Junta andaluza usó discrecionalmente dinero de todos dándoselo a quien no tocaba.

No me corresponde a mi juzgar a nadie, ni a Chaves, ni a Griñán, ni tampoco a Bárcenas, ni a Granados y ni siquiera a los Pujol. Presunción de inocencia para todos aunque cueste. Pero lo que nadie pretenderá es que niegue la existencia de indicios, pruebas, dinero aparecido y dinero que ha volado.

El comportamiento que se desprende de todos estos casos es del todo infumable. Con enriquecimiento personal o no, la realidad es que algunos desde su puesto de servicio a la sociedad, nos han robado a manos llenas para simplemente usar el dinero en su provecho. Deleznable sin más.

No entiendo nada. Después de todo esto, ¿es legítimo identificar corrupción solo con el PP? ¿Alguien me lo explica?

Impuestos electorales

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En plena campaña del IRPF, en pleno juicio de Messi y, aún con los afectos colaterales de los ‘papeles de Panamá’, aparece la noticia de que las cuentas del Reino de España vuelven a estar tiesas porque la rebajita gubernamental de impuestos preelectorales ha hecho un roto en las arcas públicas. Por si fuera poco, el eterno candidato popular, Mariano Rajoy, ha planteado como medida importante de su nuevo programa electoral, la bajada de IRPF a todos y todas, al tiempo que, sometido a Bruselas, está dispuesto a recortar lo que toque para cumplir con el déficit al que le obliguen.

¿Rizar el rizo? Quizás. ¿Vendernos motos? Es muy probable. El resto de partidos han lanzado al grito al cielo ante semejante atrevimiento. Podemos y el PSOE subirán impuestos lo que haga falta y Ciudadanos, que hasta ahora quería bajar algún IVA, ya ni eso. Todos son partidarios de cosernos a pagos; eso sí, apelando a la necesidad de no retroceder ni un ápice en el ‘estado del bienestar’. Tendremos la mejor sanidad pública, la más extensa red de colegios y sin duda las mejores promesas sobre la ayuda a la dependencia, pero euros en nuestro bolsillo, ni uno.

El problema de la promesa de Rajoy no es la teoría económica, es bien conocido que bajar impuestos incrementa la recaudación al igual que si bajas un poco el precio vendes más y por tanto facturas el doble, el problema es quién lo promete. Rajoy prometió lo que prometió, gracias a ello ganó, y de lo prometido nada. ¿Por qué hay que creerle ahora?

No entiendo nada. La batalla de las cuentas públicas sigue librándose en la tasa impositiva, ¿Será que las páginas donde se habla de bajar gastos y de ganar en eficiencia ya no están en los manuales de economía? ¿Alguien me lo explica?