El hecho, que recordamos todos, fue la actuación del nuevo Curro Jiménez en un supermercado de Estepa. El alcalde de Marinaleda y parlamentario de Izquierda Unida, Juan Manuel Sánchez Gordillo, al frente de una treintena de sindicalistas llenaron, como protesta por la crisis, diez carros de la compra y consiguieron llevarse de balde nueve carritos repletos, amenazando a los responsables de Mercadona con volver al cabo de unos días «a tirar por el suelo productos y artículos en venta». Hoy el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha archivado la denuncia al Robin Hood andaluz por considerar esta acción como parte del derecho a la huelga y a «afear» su comportamiento a quien no la secundase.

Manda huevos, según el ínclito tribunal las acciones se supeditan a las intenciones. Un presunto delito deja de serlo cuando la intención es la protesta. Bueno es saberlo. Para protestar por la subida de la gasolina puedo enajenarme un Ferrari. Escandalizado por la sinvergonzonería de algunos banqueros expropio su caja fuerte. No digamos ya si lo que pretendo es acabar con el hambre en una zona o el frío de la intemperie, vacío el Corte Inglés de una tacada. Me vienen a la memoria las imágenes de Chávez en Venezuela preguntando de quién era una casa y gritando: Exprópiese. ¿Hemos importado acaso jueces venezolanos? Pedro Pacheco, otrora alcalde de Jerez, declaró indignado que la justicia era un canchondeo. Ya ven: lo era y sigue siéndolo.

El hecho es que el gobierno alemán de Angela Merkel ha presentado un proyecto de ley, que deberá ser ahora ratificado por el Bundestag, donde establece que los altos ejecutivos bancarios y de compañías aseguradoras podrán ser demandados por la vía penal si llevan a sus empresas a una situación crítica por incumplir sus obligaciones en la gestión de productos de alto riesgo. Las penas que se contemplan en el proyecto llegan hasta los cinco años de cárcel.

A mi no me gustan nada los estados superlegislados. Es más, pienso que pocas leyes y claras son lo mejor. Para mí los parlamentos deberían dedicar una buena parte de su trabajo en reducir leyes simplificando las normativas. Donde habría que esmerarse es, desgraciadamente, en actualizar constantemente el código penal. La imaginación delictiva del personal es todopoderosa y, ya me fastidia, los malos no paran de trajinar y son de diez en lo suyo. El objetivo de un código eficaz es muy fácil: nunca debe compensar el delinquir: si te llevas diez, pagas veinte.

Curiosamente mientras seguimos fabricando leyes y decretos hemos dejado impunes los nuevos delitos que han causado o han nacido alrededor de la crisis que nos machaca. Es del todo necesario que los que toman decisiones que al final nos afectan a todos: políticos, banqueros, organismos reguladores y demás, tengan claro que a más poder más responsabilidad y que esta se asume y se paga por ello cuando no se está a la altura. Alemania se ha adelantado. Convendría seguir sus pasos.

El hecho es que a raíz de la «operación Campeón», supuestos arreglos entre Pepiño Blanco y el empresario Dorribo, apareció el llamado «caso de las ITV» con el presunto delito de tráfico de influencias de Oriol Pujol Ferrusola, secretario general de Convergència Democrática de Cataluña. Fruto de las investigaciones la Fiscalía Anticorrupción ha solicitado la imputación del portavoz de CiU en el Parlament de Catalunya.

La respuesta del heredero in pectore del ínclito Jordi Pujol, ni corto ni perezoso, ha sido la del manual del político acusado: relacionar su imputación con la defensa de Catalunya y, como no, con “el proceso histórico —de soberanía— que ha iniciado CDC”.

Ya estamos como siempre, recuerden el guión. Primero recordar que imputado no es culpable, lo cual es cierto. Segundo proclamar la inocencia amenazando al mensajero, es decir la prensa. Tercero hablar de conspiración, alguien me -nos- quiere mal. Cuarto envolverse en una causa política totalmente altruista y general -con otros muchos-, la soberanía catalana…

Si el proceso se enlentece o entra en vía muerta, no se habla más, ya ni media. Si el íter judicial sigue, primero uno aguanta en los cargos y cuando el enroque es ya insostenible se declara que, para no manchar a la causa y poder uno defenderse mejor, se aparta temporalmente de los cargos públicos que hasta ahora ostentaba. Al final… todo da igual. El personaje ya no pinta nada.

Recordemos que en este caso se trata, ni más ni menos, que de la persona designada para dar continuidad a la saga Pujol como Presidente de esta nueva nación de la UE que sería su Calalunya independent.

Cómo resalta el saber que el ministro británico de Energía, Chris Huhne, ha dimitido después de que la Fiscalía informase de que será procesado por intentar ocultar en 2003 una infracción de tráfico.

¿Entienden lo que nos pasa?

El hecho es que hoy se ha presentado un estudio de la consultora KPMG donde se explicita que “España es el país del mundo que más ha subido el IVA en 2012”. Maldito récord el Español, después ¿nos extrañamos de que disminuya el consumo y por consiguiente el empleo?

El mismo informe hace un repasito al impuesto de sociedades; si bien este impuesto no ha sufrido ningún incremento en España durante el 2012, ¡oh milagro!, el tipo general que tenemos del 30% supera a la media de la UE, es del 20,5% e incluso al promedio mundial que está fijado en el 24,43%.

¿Quiere nuestro gobierno ideas para impulsar la economía? ¿Necesita nuestro ejecutivo alguna propuesta para crear empleo? Se la brindo gratis y sin sobresueldo: bajen el IVA al nivel de Japón o Canadá que tienen el 5% y bajen el impuesto de sociedades al 20%. Inmediatamente verán incrementar el consumo, colas de europeitos entrando por fronteras y aeropuertos y en simultáneo los autónomos y pymes repoblarán España con la consiguiente creación de empleo. Mientras lo hagan al revés, ya saben: recesión permanente.

El hecho se narra en El Lazarillo de Tormes. Ahí va el diálogo de la escena en la que se reparten el racimo de uvas con la condición de que ambos comerán una a una.

-Lázaro: engañado me has. Juraré yo a Dios que has comido las uvas de tres a tres.

-No comí -dije yo-; mas, ¿por qué sospecháis eso?

Respondió el sagacísimo ciego: -¿Sabes en qué veo que las comiste de tres a tres? En que comía yo dos a dos y callabas.

Recuerda mucho este hecho el recriminar de nuestros políticos. Ya no es que se defiendan con el consabido: tu más. Es que actúan pensando que tonto el último.

Por supuesto que los partidos como organización no tiene ninguno autoridad moral. Todos los que han gozado de gobierno, repito todos, han tenido en su seno corruptos a los que han tapado y defendido hasta que estéticamente no podían más.

Y, a  nivel individual pasa tres cuartos de lo mismo con muchos de ellos. ¿Qué le recrimina Rubalcaba hoy a Rajoy? El rey del Faisán y secretario general de un partido cuyo presidente, Griñan, está liado con la cuestión de los EREs de Andalucía que solo malgastaron algo así como mil millones de euros? ¿A quién echará en cara Artur Mas comportamientos corruptos si tiene la sede de su partido embargada por el caso Palau y su secretario general, Oriol Pujol,  está a puntito de ser imputado por las ITV? ¿Cómo exigirá Rajoy a sus oponentes limpieza si el acusado de sobresueldos en dinero negro solo sabe decir no y enseñar sus declaraciones de hacienda donde, lógicamente, solo figura lo no opaco?

Solo hay una solución: desaparecen todos o se ponen de acuerdo para limpiar a fondo y se salvan ellos. Componendas, echarse conductas en cara y operaciones de estética ya no valen. Asi de simple: no nos fiamos.

Si bien la frase ‘vaya tropa’ es harto conocida, la puso de moda el ínclito Rajoy en una de las trifulcas protagonizadas por dos estrellas del firmamento pepero: Esperanza versus Gallardón. Hoy, sin duda, podría aplicarse a la batalla Bárcenas versus responsables del PP que decidieron, al descubrirse el dineral suizo del ex gerente-tesorero, dejarle sin más a su suerte.

Se ha escrito mucho sobre el affaire sobrecitos, y lo que te rondaré morena, pero hoy me fijaré en otro matiz. Dicen que en España hay alrededor de 400.000 políticos de alguna manera profesionales. Es muy probable si sumamos los cargos electos, unos 65.000, y toda la cohorte de enchufetas que viven del erario público por su carnet político.

La verdad es que baratos no son; de ordinario están asimilados a funcionarios aunque han entrado a dedo y escapan a los estándares de retribución propios de la función pública. Muchos de ellos gozan de una curiosa prerrogativa: decidir su propio sueldo sin responder, al menos hasta ahora, a un baremo ni a un dueño que diga no. Otros ocupan plaza de asesores y demás cuya virtualidad también es la de que sus emolumentos son de alto standing.

Si, además de analizar su sueldo, medimos su eficacia, la cosa ya es de escándalo. Electos y enchufetas no necesitan ninguna titulación, ninguna experiencia previa, ni ningún curriculum de prestigio. Les basta con poseer un determinado carnet, ser amigos de un político, más o menos poderoso, ser sumisos y dóciles al protector y estar dispuestos a tragar todo tipo de sapos si vienen del jefe.

Visto el panorama: sueldos altos y capacidad profesional harto baja, se entiende que la frase de Rajoy sea extensible a miles de chupópteros que nos desangran, si además alguien les da sobres de sobresueldo ya ni te cuento. De esta realidad sale la ridícula productividad pública de España y la necesidad imperiosa de que antes de salir de la crisis todos ellos, una vez agradecidos los servicios por ellos tan gustosamente prestados, sean -en un sobre bien lucido- remitidos sin dilación a su casa.

El hecho es que, según, parece la Comisión Europea dará a España un año más para llegar a la meta del déficit del 3% del PIB. Este pequeño detalle hace que el objetivo del 4,5 que este año nos aplastaba se modifica hasta un más digerible 5,5, unos diez mil millones de euros menos del sangrante ajuste al que estamos ya tan habituados.

¿Me alegra? Depende. Si el Gobierno a pesar de esta prórroga sigue con el lifting previsto a la administración pública y aprovecha el receso para bajar impuestos, quitar tasas y así conseguir reanimar el consumo y en definitiva la economía, lo celebraré gustoso con cava. Si por el contrario nuestro ejecutivo no quita grasa al estado elefantiásico –sobran cargos políticos, instituciones, asesores y demás enchufetas-  y mantiene el agobio impositivo a los que trabajamos, habremos hecho sin duda un pan como unas tortas.

El hecho concreto es que Emilia Soria, el 24 de mayo del 2007 se encontró una cartera en el suelo de Requena que contenía una tarjeta de crédito y un DNI. Ni corta ni perezosa con 22 años, en paro y dos hijas a su cargo gastó tirando de la tarjeta 193 euros en comida y pañales. Cuando intentó repetir la fechoría levantó sospechas y fue detenida, juzgada y condenada a un año y diez meses de prisión y multa de diez meses, con cuota diaria de tres euros, por un delito continuado de falsificación en documento mercantil y otros seis meses de prisión por delito continuado de estafa, que sustituyó por seis meses de trabajos en beneficio de la comunidad y 900 euros de multa. Ahora, ya con tres hijas, debe ingresar en prisión (la condena supera los dos años). Su abogado ha solicitado el indulto que puede o no serle concedido.

Pienso que justo este es el tipo de casos que se ajustan a este derecho de gracia que es el indulto. Emilia esta cumpliendo con lo decretado por el juez, no ha tenido ningún altercado más con la justicia y su situación, tres hijas a su cargo, merece una atención especial. Entiendo que delinquió, entiendo que el juez debía aplicar la ley y proceder a su condena. Hasta aquí todo jurídicamente irreprochable; pero justo la figura para corregir el mal que puede producir la aplicación estricta de la justicia es el indulto y es por ello que me sumo a esta petición.

Los indultos no están pensados para los amigos de los gobiernos, ni para aquellos que gozan de agendas con altos contactos. Están, a mi entender, para que, sin menoscabar la autoridad de la Ley y la del juez, se pueda corregir el mal desproporcionado que una sentencia, tan justa como se quiera, puede producir. De la misma manera y aprovechando aquello del Pisuerga añadiré que el aforamiento de los diputados está para que puedan cumplir su misión sin miedo a represalias ni a la justicia, no para robar, conducir ebrios, ni cometer fechorías de cualquier índole. Convendría, dada la pública preocupación que sin excepciones manifiestan ahora de palabra los distintos partidos políticos sobre la que llaman lacra de la corrupción, que legalmente aclararan y respetaran ambas figuras: el indulto y el aforamiento. Si no lo hacen seguiré sin creerme nada de sus lágrimas de cocodrilo.

El hecho es que la OCU ha publicado hoy un informe sobre 20 marcas de hamburguesas comercializadas en grandes superficies españolas. El resultado es demoledor, solo cinco marcas de hamburguesa aprueban, y muy justito, el examen; para completar el cuadro, dos de las marcas analizadas Eroski y Alipende (Ahorramás) contienen carne de caballo no especificada en la etiqueta.

Para mí, en un país donde prima más que la picaresca, el timo y el fraude, el tema no es menor. Corrupción política destapada por la prensa, corrupción alimentaria, dar gato por liebre lo es, puesta en evidencia por una organización de consumidores, la OCU. ¿Para qué puñetas sirve el Estado?

Dentro de los lujos que como ciudadano me permito tener, está el pertenecer a un Estado que me cuesta un congo, y ¿para qué? Yo no pago a la prensa si no la compro, yo no pago a la OCU si no me asocio a ella, sin embargo me defienden más, con las salvedades que correspondan que no son pocas, que toda la elefantiásica estructura estatal.

Pido y espero que, al que le corresponda esta responsabilidad, les meta un paquete de aupa a estas empresillas del timo de la hamburguesa que nos engañan con la calidad alimentaria. No estaría mal que, amén de la sanción preceptiva, como mínimo les obliguen una buena temporada a regalarnos las bolsas; ya tiene sus bemoles que sin haber abaratado ni un precio nos las cobren.

Son como niños, siempre quieren más -no va con segundas-, es como si les gustara estrenar un juguete distinto y nuevo cada día.
Parece que en la cuestión de la corrupción, España está a punto de derramar el vaso. Es difícil tragar, sin sufrir una grave indigestión, más casos. Pues bien, la solución propuesta por los políticos es hacer un gran pacto contra los corruptos. No les basta ni el código penal, ni aplicar la justicia, ni siquiera espolear a la fiscalía general y a la fiscalía antiocorrupción. El mejor pacto anticorrupción es aplicar, sin rebajas, el código penal.

España roza los seis millones de parados, el dato estremece y, lo que es peor, esta tormenta no amaina. La solución de los políticos: un pacto por el empleo. ¿No le sirve al PP su mayoría absoluta para gobernar? No les sirve a los partidos políticos un organismo, nada barato, como son las Cortes Generales, Congreso y Senado, para proponer medidas y, si les parecen adecuadas, votarlas? ¿Alguien recuerda un debate sobre el empleo en el Congreso?

Es todo un despropósito. La democracia tiene casi todos los mecanismos previstos, tiene todos los organismos bien dotados y para los profesionales de la materia -los políticos- todo esto no basta. Para cualquier problema hay que recurrir a inventos, nuevos juguetes. Son como niños, pero siendo ya adultos parecen malcriados. Agoten los recursos que tienen y así, como mínimo, aprenderán a usarlos.