Hoy, en una convocatoria extraordinaria del Consejo de Ministros, se aprobará el decreto de disolución de las Cortes y la convocatoria de las próximas elecciones para el 20-D. Si bien la campaña electoral empezará el viernes 4 de diciembre, nadie duda que llevamos desde las europeas en permanente campaña. Es bien conocido que las elecciones están pensadas fundamentalmente para revalidar o mandar a paseo al que gobierna, según el grado de aceptación de lo que ha hecho a lo largo de su mandato. Es también conocido que el efecto inmediato es elevar al poder al que regirá los destinos del país los próximos años. Un voto no es nada, pero la suma de todos ellos lo es todo. No deje que los demás decidan por usted, sea protagonista.

Toca hacer balance y una manera de hacerlo es ver si España, con Rajoy, ha mejorado. Es evidente que estamos algo mejor que al principio de la legislatura, pero también es verdad que han pasado cuatro años y en este largo tiempo poco hemos cambiado.

No entiendo nada. Lo mejor de Rajoy, en una primera evaluación, es habernos librado no solo del socialismo, la ideología que solo gasta, sino del zapaterismo, la que además de gastar nos envilece. Pero ¿es suficiente mérito ser menos malo que el más malo de los presidentes de España? ¿Alguien me lo explica?