Recorrido diario: martes 23 de febrero, manifestación sindical.


Sigue el pataleo de El País. Llama a la TDT “Trinchera Digital Terrestre” y a nuestros telespectadores les tacha de renunciar a pensar por sí mismos, dice: “Sólo pueden repetir consignas inflamadas de desprecio inicial  y que suelen acabar, la mayoría de las veces, en odio irracional hacia el adversario, el distinto, el opositor”. En fin, sobran las palabras. Recogen esta polémica tanto Libertad digital (también ellos están según El País en el mismo saco) y El Semanal Digital. Nosotros a lo nuestro. Trabajando y sacando a la luz exclusivas como la que recoge Periodista digital sobre la hipocresía de los sindicatos al gestionar planes y fondos privados de pensiones. Víctor de la Serna en El Mundo nos reprocha un spot, pero el mismo se contesta. El lenguaje simple y breve de un anuncio no es un tratado de filosofía política. Los diarios deportivos, siguen a lo suyo, pero nos dan una lección muy trasladable al mundo político y mediático. En Marca se citan unas palabras de Messi, donde entre otras cosas alaba el juego del Madrid y especialmente de su gran competidor, Cristiano Ronaldo. La victoria del Valencia también es noticia y con ella Villa, que vuelve a ser el pichichi de la Liga española.

No entiendo nada. A priori hoy es el día de las grandes manifestaciones sindicales. Después de que nuestro país siga asombrado al mundo por su capacidad de caída libre y su incapacidad de reacción, los sindicatos más de dos años después han dicho basta. Pues no, ni las manifestaciones son portada en la prensa, huelen a tongo, ni los sindicatos han dicho basta sino más bien hasta ahora. De la prensa de hoy destaco textos de opinión y me quedo con el estacazo de Aguilar al actual Gobierno, el análisis acerca del infantilismo de la izquierda con la Monarquía de Gistau. El deseo de Roca de que aprendamos lecciones de la crisis aunque creo que se ha quedado corto si la más importante es la prioridad de la formación profesional; esperaba más de Roca. De Marco Schwartz me quedo con que la verdadera prueba de Zp está por venir y de Bolaño me quedo con su esperanza. Si tiene paciencia lean y si tienen más coméntenme mejoras.

Quiero destracar de la prensa de hoy:

El País. Miguel Ángel Aguilar. «El último Gobierno»: El presidente además debería recuperar algunos grados de libertad, perdidos en anteriores ocasiones. Porque si la composición del Gobierno siguiera sujeta a las actuales rigideces -mitad mujeres, mitad varones, de edad inferior a los 35, de procedencia regional certificada, de diferente orientación sexual y estado civil- sucedería, otra vez, que llegado el momento, el equipo carecería de sostenibilidad por la falta de talento y de condiciones para tan delicado oficio. Las circunstancias requieren ahora sumar pesos pesados con criterio bien formado. Veremos.

El Mundo. David Gistau. «Caña a España si se asoma»:  Ignoro si el Rey cayó en una trampa porque quisieron incorporarlo a la evangelización normalizadora que tiene a Patxi López repartiendo comuniones constitucionales en las selvas del Norte, como Jeremy Irons en La misión. Si es así, acabó en la marmita. Todo era bastante previsible, y más ante una grada. No lo era tanto la comprensión, cuando no la identificación morbosa, de una parte de la izquierda en teoría nacional que aprueba todo desgaste a la Corona sin calibrar de dónde viene el ataque, ni qué Franskenstein libera la complicidad. No es novedad que, incluso ante ultras, España quede inerme porque aún arrastra, desde el post-franquismo, una absurda acepción derechista contra la cual el nacionalismo ha levantado su razón moral. Y eso aún cuela en la izquierda más infantil.

La Vanguardia. Miquel Roca. «Podemos hacerlo»: Podemos llegar a comprender e incluso justificar la crisis. Pero no deberíamos permitirnos ignorar sus consecuencias y sus nuevas exigencias. Y lo más importante será entender que el futuro está en nuestra formación y, sobre todo, en la formación profesional. En otras muchas cosas, no todo depende de nosotros; el marco global de la economía nos impone sumar nuestros esfuerzos a los de otros países. Esto no sería excusa para dejar de hacer nuestros deberes, con rapidez y, sobre todo, con eficacia. Singularmente, en el campo de la formación profesional tenemos un objetivo prioritario.

Público.  Marco Schwartz. «Zapatero y la paradoja de la crisis»: La verdadera prueba para Zapatero está por venir. El presidente tendrá que conducir el debate en asuntos sensibles como el recorte del déficit, el mercado laboral, el sistema financiero o el futuro de las pensiones. El liberalismo presiona con fuerza por el recorte del Estado del bienestar. Exige menos gasto social, despidos más baratos. Zapatero se encuentra ante la disyuntiva de guardar coherencia con sus principios políticos o ceder ante el empuje los mercados, en cuyo caso se rendiría ante la paradoja que con tanta valentía ha denunciado.

La Razón. Toni Bolaño. «La esperanza»: En pocas horas, Rajoy maniobró para evitar males mayores. Primero, operación de distracción. Echando mano del viejo divide y vencerás se siembran dudas sobre el papel de la vicepresidenta De la Vega. Segundo, movimiento táctico. El PP acudirá a la negociación. Tercero, movimiento estratégico. Rajoy está harto de ser acusado de no tener alternativas, o de tenerlas y no enseñarlas porque pueden no gustar. En Barcelona, por fin, las hizo alto y claro. Impuestos, pymes, parados, despidos, morosidad fueron desgranados en una puesta en escena destinada a ponerse de nuevo en el partido. Dar patadas en la espinilla del contrario es casi una obligación en política, pero no únicamente, también hay que jugar. Rajoy lo ha entendido y ha cambiado el tercio. Si estos son los efectos del debate, bienvenidos sean. Ahora ya sólo nos queda esperar que gobierno y oposición tengan voluntad de discutir. Si además alcanzan acuerdos, será la pera. No pierdo la esperanza.


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