Rocío Dívar: ‘Impedir el despido no es una buena solución’


Conversación tranquila de @jmfrancas con Rocío Dívar (@rociodivcon), letrada de la Seguridad Social y ex directora adjunta de gabinete de Fátima Báñez en el Ministerio de Empleo y Seguridad Social y participante en MIRADAS ANTE LA CRISIS DEL COVID-19 organizadas por Club Tocqueville.

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JMF: ¿Cómo saldremos después del primer ataque del virus?

RD: Creo que estos dos próximos meses van a ser un limbo desde el punto vista de empleo… La gente tiene muchas ganas de reactivarse y los ERTE van a diferir los efecto reales que creo que podremos ver con toda su crudeza a finales de septiembre, después de la campaña de verano.

JMF: Limbo, ¿en qué sentido? ¿Serán dos meses de paréntesis?

RD: Creo que sí. Muchos trabajadores se están reincorporando a sus puestos, saliendo de los ERTE. Por otro lado, el sector servicios y la restauración tirarán del empleo estos meses y puede que atenúen la caída. Pero entiendo que hay dos factores que influirán en septiembre; el estacional, que acabará con muchos empleos después de la campaña de verano; y la prohibición de despedir que antes o después tendrá que levantarse. En ese momento el paro aumentará me temo que con fuerza.

JMF: ¿Con fuerza son 8 millones de parados?

RD: Creo sinceramente que es pronto para decirlo… Pero no podemos olvidar que en la pasada crisis tuvimos en torno a 6 millones de parados y no parece difícil que volveremos alcanzar esa cifra. Yo yo no soy experta haciendo este tipo de previsiones, pero los servicios de estudios más prestigiosos van por ahí… Todavía estamos a tiempo de salvar puestos de trabajo con las medidas adecuadas: Más flexibilidad en el empleo y liquidez para las que las pequeñas y medianas empresas puedan evitar la quiebra.

JMF: Y, siguiendo a Bildu, derogar la reforma laboral…

RD: Eso es exactamente lo que no hay que hacer. Ni siquiera amagar, porque se manda un mensaje nefasto a empresarios e inversores. Los empresarios necesitan certezas y todo el apoyo para superar la situación y volver a crear empleo.

JMF: ¿Qué molesta tanto de aquella reforma?

RD: Las dos medidas que, desde luego, menos gustaron a ciertos sectores son las que tienen que ver con la negociación colectiva. En particular, acabar con la ultractividad, que implicaba que los convenios colectivos pudieran estar años en vigor sin posibilidad de cambio. Y también el ámbito mismo de la negociación, que dejó de ser prioritariamente sectorial para ser de empresa. Se descentraliza. En resumen, una pequeña empresa (pongamos del sector manufacturero) puede, gracias a esa reforma, adaptar el convenio a sus circunstancias empresariales. El convenio de sector, que es el negociado por los sindicatos, era un traje que podía venirle grande o pequeño al empresario, y no era posible ajustarlo. Con la reforma sí; la negociación colectiva como instrumento y no como obstáculo en las relaciones laborales.

JMF: ¿Y eso sigue vigente?

RD: Sí. Eso es lo que se pretende derogar por ciertos grupos.

JMF: Me has hablado de que habría que flexibilizar en empleo ahora para evitar paro por efecto del covid, ¿en qué sentido, qué sugieres?

RD: Creo que los ERTE han demostrado ser una medida flexible y positiva. Pero pueden flexibilizarse aún más, extendiéndolos en el tiempo todavía unos más de los previstos. Por otro lado, y sé que esto no es muy popular, impedir el despido no es una buena solución. Creo que ahí también deberíamos ser más flexibles permitiendo la aplicación de la regulación laboral ordinaria. Debemos ser conscientes de que el empresario no despide por gusto o por afición, sino por necesidad. Impedir el despido de un trabajador hoy puede suponer que el empresario tenga que acabar cerrando una pequeña empresa mañana.

JMF: Hablas de los ERTE que se pagan o los que no se pagan… Menuda inutilidad, ¿no?

RD: Yo aquí rompo una lanza a favor de los trabajadores del SEPE que han estado sobrecargados con plantillas muy escasas. Otra cuestión es la incapacidad del gobierno para dar solución a los problemas que se han venido produciendo. Es imperdonable que haya trabajadores que lleven meses sin ingresar un euro.

JMF: Sin duda si la gente de SEPE no puede, será porque el gobierno les ha cargado con lo imposible, ¿no hubiera habido maneras de hacerlo sin tanta burocracia?

RD: Esos controles son necesarios siempre, de lo contrario acaban percibiendo esas ayudas quienes no tienen derecho a ellas. Creo que hemos vivido una situación sin precedentes y habrá que sacar conclusiones para el futuro.

JMF: ¿Qué controles?

RD: Los trabajadores del SEPE y la Inspección de Trabajo han examinado cada ERTE presentado para asegurarse de que cumplían con los requisitos. Estas condiciones las establece la ley y la ley hay que cumplirla. Otra cosa es, como decíamos antes, las revisiones de procedimientos que puedan hacerse en el futuro para situaciones extraordinarias.

JMF: También me has hablado de liquidez para las empresas, ¿se está haciendo eso?

RD: Se han arbitrado varios mecanismos, comenzando por los préstamos ICO garantizados al 80 % por el Estado. Por otro lado, creo que sería un buen momento para recuperar una medida que se puso en marcha en el año 2012 que es el Plan de Pago a Proveedores, para que las administraciones no dejen de pagar a ningún empresario por falta de liquidez. No podemos volver a asistir a esa situación en el que la administración era la mayor deudora de España. Y por último, creo que los mecanismos que se arbitren en la Unión Europea irán precisamente encaminados a este propósito. El gobierno debería trabajar en esa dirección.

JMF: ¿Ves a este gobierno preparado para no hundirnos con gasto y más gasto?

RD: Está claro que las políticas que se apliquen en los próximos meses pueden, o bien ayudarnos a salir adelante, o contribuir a hundirnos un poco más. El aspecto positivo de las negociaciones con la UE será precisamente que las ayudas irán condicionadas a ciertas políticas y permitirán sanear nuestras cuentas públicas.

JMF: Pero gente del gobierno habla de subir impuestos… y de gastar más, véase la renta mínima o ingreso mínimo vital…

RD: Creo que desgraciadamente sufriremos una subida de impuestos en los próximos meses. Y en efecto, el ingreso mínimo vital supondrá un gasto anual nada menos que de 3.000 millones de euros.

JMF: O sea hundir a pequeñas, medianas y grandes empresas…

RD: Cualquier subida de impuestos puede ser la puntilla para cientos de empresas a corto plazo. Sin ninguna duda. Por eso es tan importante procurar garantizar su liquidez.

JMF: ¿Por cierto entiendes por qué la renta mínima ahora se llama ingreso mínimo?

RD: Sí, es un cambio que además no es nada cosmético. Se trata nada menos que la diferencia entre la pensión universal que defendía Pablo Iglesias y la fórmula que acabado triunfando que es la del ministro José Luis Escrivá. El ingreso mínimo supone que el Estado fije una cantidad por debajo de la cual una familia no puede vivir dignamente. Una persona en situación de necesidad deberá acreditar cuáles son sus ingresos y el Estado lo completará hasta dicha cantidad. Para tener en cuenta esos ingresos además computarán todo tipo de ayudas autonómicas y por supuesto los ingresos del trabajo. Por eso es compatible con un empleo. Como digo un cambio nada sutil que supone que se salga con la suya el actual ministro de Seguridad Social.

JMF: ¿Peligran las pensiones?

RD: Las pensiones están garantizadas con todos los ingresos del Estado. Yo lo repito siempre. Pero evidentemente no hay ingreso que esté totalmente blindado a la situación que vamos a atravesar… El gobierno puede perfectamente decir que no se revalorizan las pensiones por ejemplo. Y por supuesto está la UE que podría imponer condiciones que no creo que se dirijan a reducir su cuantía pero si a alguna reforma estructural.

JMF: ¿Estructural? ¿Alguna pista?

RD: Ya nos ocurrió en 2011 cuando Zapatero tuvo que alargar la edad de jubilación por ejemplo. Los organizamos internacionales nos recomiendan medidas que garanticen la sostenibilidad a medio plazo.

JMF: ¿Qué medidas?

RD: Aliviar a la SS de gastos impropios, Tener en cuenta un mayor número de años para el cálculo de la pensión, acabar con ciertos coeficientes reductores, bonificaciones…

De todas maneras, no hay mejor medida que contribuya a los ingresos de la Seguridad Social que el aumento del empleo. El empleo es la mejor política social.

JMF: Mil gracias Rocío, ojalá esto tan evidente también lo piense el gobierno. Un beso.

RD: Muchísimas gracias a ti!!! Un beso.


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