Ante las preocupantes actuaciones del terrorismo islamista, que golpea constante, ayer fue en Túnez, aparece una información que, al menos para mí, es aún más inquietante. Una encuesta realizada por DYM Market Research con 62.398 entrevistas en 65 países del mundo por la Red de Institutos WIN nos revela que en la UE solo el 25% de los ciudadanos estaría dispuesto a ir a la guerra para defender a su patria y que entre los españoles, casi mejor decir los habitantes de España, solo un 21% estaría dispuesto a esta defensa.

Podríamos pensar que este fenómeno se da en el universo mundo porque nuestra evolución cultural desprecia la guerra y solo cree en la palabra y sería un logro a festejar, pero cuando en Oriente Próximo y en el Norte de África un 83% de ciudadanos si morirían matando, más bien revela como causa el adocenamiento de occidente. La guerra no es solución, pero el escurrir el bulto lo es mucho menos. Cuando un continente reniega de sus raíces, ¿qué puñetas tiene que defender?

No entiendo nada. Es evidente que a más cultura menos necesidad de convencer a bofetadas, pero cuando el 78% de los musulmanes sí combatiría por su país, mientras que solo un 50% de católicos y un 51% de judíos lo haría, ¿no es más lógico pensar que, amen del pacifismo reinante, prima el egoísmo y el vacío de ideales que motiven arriesgar la vida por su defensa? ¿Alguien me lo explica?