Mucho hecho aislado

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Primero fue el líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro, el que sufrió violencia, ahora han sido el ministro Montoro y la presidenta del PP de Catalunya Alicia Sánchez Camacho. En un lapsus pequeño de tiempo dos actos extemporáneos que lógicamente, el primero más que el segundo, han merecido una condena unánime y poco más. Un grano no hace granero y probablemente dos tampoco, pero cuidadito que ha habido muchos más. Curiosamente algunas sedes de determinados partidos también han salido malparadas. ¿Son hechos aislados? Es probable que sean multitud de hechos aislados que, fruto de la casualidad, solo afectan a los partidos que hoy por hoy se enfrentan a la independencia. De mi etapa de educador recojo el siguiente aprendizaje: cuando en el mobiliario nuevo de un colegio aparece el primer manchón provocado hay que correr a borrarlo y llamar la atención de la gravedad del suceso. Si no se actúa así, el segundo, tercero y demás manchones son casi instantáneos. O la justicia actúa de inmediato o los manchones se extienden y ya no se llegará a tiempo. La violencia es una línea de lo más roja que si nos separa en buenos y malos.

No entiendo nada. ¿Hay alguien en su sano juicio que piense que la violencia ayuda para algo? Los no afectados de momento por ella, ¿no se dan cuenta que tarde o temprano el que no acata dócilmente determinados postulados también será atacado? Democracia supone estado de derecho y esto implica que todos deben cumplir la ley y el que no la cumple debe sufrir sus democráticas consecuencias, ¿no ven que la excepción conduce siempre a la ley de la selva? Alguien me lo explica.

¡Socorro!

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 Alicia Sanchez Camacho acaba de proponer un nuevo modelo de financiación para Catalunya. Lo poco que hasta ahora sabemos de tan novedosa propuesta es que quiere más euros, limitar la solidaridad con el resto de autonomías y que la financiación catalana sea de hecho un traje a medida.

La respuesta, al menos en apariencia, del propio PP ha sido demoledora: La Secretaria General ha dicho que nones y diversos barones, como en fila india, la están poniendo a caer de un burro. Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, casi se ha plantado. El mismo que no hace mucho habló con Mas de un frente común para mejorar la financiación, ha amenazado con romper la baraja.

En privado te dicen que un guante financiero para Catalunya no solo no resolvería el órdago de Mas, sino que les dejaría a ellos al pie de los caballos. Camacho de hecho propone algo específico porque pide socorro, ¿Cómo va a sobrevivir en Catalunya si no es batallando frente a sus correligionarios nacionales por más euros? Una cosa es no ser independentista y otra muy distinta es no querer más financiación para salir de la bancarrota. ¿Cómo no va a pedir más para los suyos si es catalana igual? ¿No hacen todos los demás lo mismo para su Comunidad?

Hace poco Esperanza Aguirre, muy separatista no parece, decía en Barcelona que el café para todos no complace a los catalanes, no contenta a nadie y no es buena solución. Todos los padres saben que hay que tratar distinto a los hijos distintos, pero saben también que no pueden negarle a uno le que han concedido a los demás. ¿Cómo resolver el dilema? Sé que no es fácil y sé también que Alicia Sánchez Camacho pone el dedo en la llaga en algunas interesantes cuestiones: no puede ser que el sistema de financiación castigue al que más genera y prime al que no se espabila; no puede ser que el que gasta no se lleve el coscorrón de tener que pedirlo a sus ciudadanos y viva de otros.

Probablemente el ejemplo del café no es mal ejemplo. Vas con cuatro personas al bar y en total se piden seis cafés distintos y nadie se molesta, es legítimo tener gustos distintos. Cuestión distinta es si uno se demarca y pide un café irlandés que le pagan entre todos. Si se lo paga él… pues nos callamos. Pienso que la única solución es proponer varios niveles de financiación, a los que cada comunidad se pueda apuntar libremente si cumple ciertos requisitos, que primen -sin perder en solidaridad- al que más produce para que pueda seguir produciendo más. Probablemente la solución pasa por aclarar muy bien que impuestos gestiona cada uno y que se lo gaste como desee. El Estado con su cuota que se dedique a asegurar que todo español goza de los mismo servicios básicos…

No es fácil, ya lo sé. Lo que no se puede es ventilar el tema hablando de igualdad sin más, cuando la propia Constitución consagra la desigualdad del País Vasco y Navarra, ¿le suena a Cospedal? Lo que tampoco se puede es, por unos cuantos o unos muchos independentistas, castigar financieramente a todos los habitantes de una comunidad por muy díscolos que sus dirigentes sean. Urge buscar soluciones, no solo es Catalunya la que se queja, Madrid está que trina y con ella Baleares, Valencia… ¿Qué hacemos?

Las malas compañías

5d18e472427c9259000400665f06453dLa presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, ha renunciado al servicio de escoltas de los Mossos d’Esquadra y ha decidido sustituirlo por agentes de la Policía Nacional. El motivo que aduce no es la falta de confianza en la profesionalidad de los Mossos, sino la desconfianza hacia Manel Prat, director general del citado cuerpo, y explica que esta pérdida de confianza viene del hecho de que el citado director recogió en su coche a una periodista que acababa de entrevistarse con el director de la famosa agencia que ha espiado hasta al lucero del alba, método 3 Francisco Marco, horas antes que le detuvieran. La periodista, Mayka Navarro, ha aclarado los hechos tachándolos de coincidencia ambos encuentros. El director de los Mossos ha hecho lo propio y según ellos aquí paz y después gloria, y según la líder del PP catalán hay tema y dará que hablar.

Entiendo que aquí nadie duda de la capacidad de los Mossos para proteger a la señora Camacho, ni siquiera ella misma. La duda que supongo que se plantea es si además de custodiar se la espía. El affaire revela que una líder política entiende que si la vigila un cuerpo autonómico todo lo que haga y deje de hacer será informado convenientemente al director político del citado cuerpo. Ya puestos hay que suponer que si la protección se la da la Policía Nacional podrá ocurrir lo mismo, pero el Ministro es amigo o al menos es del mismo partido. Entendiendo así la cuestión se me plantea: ¿es tan evidente para los partidos que la policía obedece a sus jefes políticos hasta el extremo de ‘espiar’ a los vigilados? ¿para qué se necesitan ahora mismo vigilancias y contravigilancias para tanto cargo público? ¿Tan habitual es este mafioseo del espionaje y el chantaje en la política? ¿Se te ocurre a ti alguna cuestión más? Te agradeceré la comentes