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Es muy conocido que las leyes andan detrás de la vida. No existe ley que contemple toda lo que podrá llegar a acontecer sino que según la sociedad evoluciona, avance o retroceda eso es otra cuestión, aparecen lagunas legales que se intentan taponar actualizando la legislación o haciendo nuevas leyes. Así ha ocurrido con la mayoría de delitos propiciados por las nuevas tecnologías. También habría que añadir que el ‘hecha la ley hecha la trampa’ obliga bastante a retocar las legislaciones en los diversos países. Si es posible una investidura virtual y un gobierno por Skype ya lo dirán los juristas a pesar de que el sentido común tenga claro la ridiculez de semejante planteamiento.

El ‘procés’ en Catalunya hace tiempo que superó los márgenes de la normalidad, la legalidad y el sentido común y, ya puestos, puede superar incluso la imaginación  ‘lsdeica’ del que lo ha ‘fumado’. Una vez superados los controles, como se hizo, de los informes del Consell de Garanties Estatutàries, cabe todo aquello que una mayoría de diputados pueda proponer. Somos hijos de Roma dónde Calígula quiso hacer Cónsul a su caballo ‘Inciatus’ y así acabó el, y más temprano que tarde, el propio Imperio Romano.

No entiendo nada. Ser prófugo de la justicia, ser nombrado Presidente a distancia, gobernar desde otro Estado, es cuanto menos esperpéntico, pero al igual que Caligula, que parece no lo consiguió, necesitaría los votos de una mayoría de diputados. ¿Habrá tantos electos que hayan perdido su sano juicio? ¿Alguien me lo explica?