Ignacio Baixauli: ‘El PSOE debería haber tenido 557 mil votos menos, Podemos 165 mil menos, PP 300 mil votos más y Vox 192 mil más’


Conversación tranquila de @jmfrancas con Ignacio Baixauli (@ibaixauli), responsable informático de la Plataforma Elecciones Transparentes.

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JMF: ¿Qué tiene que ver la informática con el recuento electoral español? ¿Estamos ante unas elecciones digitales ya?

IB: Si hablamos de recuento electoral español, debemos diferenciar entre el recuento provisional y el escrutinio general. Otra cosa son las votaciones, de lo que luego podemos hablar. El recuento provisional, mencionado en el artículo 98.2 de la LOREG, es el que se hace la misma noche electoral y está informatizado por una de las empresas tecnológicas más punteras del mundo, aunque en materia electoral haya tenido algunos problemas serios con la justicia. Para el soporte informático y logístico del recuento provisional, el Ministerio del Interior dedica casi siete millones a este menester, aunque los diputados, senadores, europarlamentarios y ediles no deberían salir de ese recuento provisional, para esto la ley regula el escrutinio general, que es de donde deben salir los electos, el problema es que de forma incorrecta y contraria a la ley, se toman los datos del recuento provisional como base para el escrutinio general, y según testigos, sólo se procede a la comprobación de aquellas actas reclamadas por los partidos políticos y en el mejor de los casos a un muestreo estadístico que rara vez supera el 5% del total de las actas del Congreso y un 0% en las del Senado. El artículo 105.5 de la LOREG indica qué “El Secretario de la Junta dará cuenta de los resúmenes de votación de cada Mesa, y el personal al servicio de la Junta realizará las correspondientes anotaciones, si fuera preciso, mediante un instrumento técnico que deje constancia documental de lo anotado” pero inexplicablemente, la empresa encargada para el recuento provisional está presente en el escrutinio general y son ellos los que hacen estas anotaciones y no la Administración Electoral. Resumiendo, el presupuesto informático total se dedica al recuento provisional y cero euros al escrutinio general, por lo que todavía no estamos ante unas elecciones digitales. Ni los recuentos provisionales ni los generales son auditables, cosa que sí permite el escrutinio popular de la Plataforma Elecciones Transparentes, por lo que en materia informática aun le queda mucho por recorrer a la administración, a la que estamos dispuestos a asesorar si nos lo solicitan.

JMF: Las elecciones digitales, al menos a mi, no me gustan nada. Tienen fama de fraude fácil…

IB: Si la informática ayuda a la transparencia y auditabilidad del proceso electoral, bienvenida sea, si es para todo lo contrario, mejor continuemos con el papel. El problema es que la informática aplicada a procesos electorales se asocia con modernidad y rapidez y eso vende mucho, pero si no analizamos en profundidad las consecuencias de una excesiva informatización no podremos darnos cuenta de que la informática puede convertirse en parte del problema y no de la solución. En países como Alemania u Holanda han vuelto al voto en papel justificando inconstitucionalidad, ya que el voto electrónico vulnera el derecho del ciudadano a auditar los resultados y pone en serio peligro el secreto del voto. Soy pionero en manejo de sistemas de bases de datos, Internet o Blockchain y desaconsejo totalmente la implantación del voto electrónico. Hay abiertas algunas vías de investigación del voto con Blockchain, pero todavía esta muy verde el tema y no acaba de cubrir todas las características necesarias para realizar unos comicios con garantías. En la Plataforma Elecciones Transparentes hemos puesto la informática al servicio de la transparencia con gran éxito allá donde la Administración no llega, pero estamos en contra del voto electrónico por que convertiría en opacas las pocas zonas transparentes que aun nos quedan en nuestro sistema electoral.

JMF: Los procesos electorales españoles, ¿tienen zonas opacas?

IB: Sí, muchas e importantes. La correcta elaboración del censo electoral o la correcta custodia del voto por correo se convierten en puros actos de fe para el ciudadano de a pie, ya que resulta difícil para cualquier votante comprobar la correcta elaboración del censo o confiar en que los votos por correo estén siendo correctamente custodiados, siendo que se le retiró el encargo de esta labor a la Guardia Civil en 2015. Desde entonces, la custodia de las sacas del voto por correo las hacen funcionarios de correos, honestos y aplicados, pero no son profesionales de la vigilancia y custodia. Ahora que recuerdo, el director de Correos fue uno de los primeros cargos que designó Pedro Sánchez nada más llegar a la presidencia del gobierno. La imposibilidad de auditar las elecciones también es una clara expresión de opacidad, ya que ningún ciudadano puede contrastar las actas con el recuento que se ha hecho de ellas. Si además, el derecho a la información nos es reconocido pero no se materializa, está claro que en materia de transparencia hay mucho que hacer en los procesos electorales españoles.

JMF: ¿Somos como un país tercermundista?

IB: Todavía no, pero estar tonteando un día con el G7 y cuando menos te lo esperas convertirte en una república bananera es cuestión de tiempo, y debemos poner el máximo empeño todos en que esto no ocurra. No pretendo asustar a nadie, son mis amigos venezolanos, de los que cada mes hago unos cuantos en Valencia, los que me cuentan aterrados las similitudes del proceso que han vivido en su país de origen con algunas cosas que están ocurriendo en España. Una involución democrática sería el primer síntoma de un proceso difícilmente reversible. Está claro que no tenemos el mejor sistema electoral del mundo, pero podría ser mucho peor. Cada uno de nosotros debemos tomar conciencia del problema, de dónde nos puede llevar y preguntarnos qué podemos hacer por evitarlo. El próximo 5 de abril de este mismo año, tenemos elecciones en Vascongadas y Galicia, creo que sería muy bueno entrar en eleccionestransparentes.org y ver todas las formas que hay de colaborar con la Plataforma para luchar por un sistema electoral más limpio y transparente.

JMF: ¿Qué sabes de un algoritmo y los resultados electorales de abril de 2019?

IB: Sólo sé que se dieron extrañas casualidades entre la relación de escaños fruto de las elecciones del 28 de abril, algo que nunca se había producido hasta entonces. Este hecho despertó las suspicacias de mucha gente, y sumado a lo inesperado de los resultados para muchos, ayudó a crear la sensación de pucherazo, algo que ya estaba en el aire. Como informático he de ser escéptico y basarme sólo en pruebas y no casualidades, pero reconozco que si un informático aceptara una gran suma de dinero por alterar un resultado electoral pero a la vez no estuviera tranquilo con su conciencia, quizá dejaría que el resultado satisficiera a quien le paga pero a la vez llamara la atención e hiciera sospechar del fraude.

JMF: ¿Qué es la Ley Benford aplicada al fraude electoral?

IB: La Ley Benford o Ley Newcomb-Benford, es una curiosa ley matemática descubierta por pura casualidad, que viene a decir que cualquier serie de cifras creada de forma natural, sin artificios ni sesgos, tiende a que la cantidad de cifras que empiecen por 1 en la lista sea un 30,1%, las que empiecen por 2, un 17,6% y así de forma descendente hasta llegar al 9, con un porcentaje de 4,5%. Esta ley se cumple por ejemplo para un listado de cifras de longitudes de ríos de Europa, tanto si las cifras las damos en kilómetros, metros o yardas, para la lista de habitantes de todos los municipios de España, etc. Cuanto mayor sea la muestra, más aproximación hay a los porcentajes Benford. Esta ley tan mágica, magia solo comparable al uso que hace del número Phi la naturaleza, aparentemente irrelevante para el tema que nos ocupa, resulta que se usa para la detección de fraudes relacionados con cifras, por ejemplo los fraudes fiscales. Si los totales de las facturas de una empresa tienen una desviación considerable con lo que marca la Ley Benford, la inspección está casi asegurada y las probabilidades de sanción también. En Brasil, la Ley Newcomb-Benford se aplicó con éxito al fraude electoral, por lo que también funciona para este tipo de delitos. Nosotros hemos aplicado la Ley Benford a nivel de votos por candidatura-provincia a nuestros datos y a los oficiales, y pese a que nuestra muestra era menor, la desviación Benford era superior en los datos oficiales que en los nuestros, tanto a nivel de primer dígito como de segundo, dando a entender que nuestros datos son más fiables que los oficiales y que no tienen sesgo. Pese a todo, la mejor auditoria es poder sumar las actas una a una, mientras tanto habrá que contar con la buena voluntad de la gente que en las elecciones del 10N nos han hecho llegar 3800 actas que ya tenemos contadas.

JMF: Y con las que os han hecho llegar, ¿qué concluyes?

IB: Saco muchas conclusiones y no necesariamente sobre los resultados de nuestro recuento, que también. Concluyo que la enorme voluntad demostrada por los españoles por saber la verdad es inversamente proporcional a la voluntad de la administración por desvelarla. Concluyo que el esfuerzo de miles de personas trabajando en equipo de forma espontánea y desinteresada ha de tener un premio merecido en forma de transparencia, conocimiento de la verdad y suma de esfuerzos por parte de la administración, asociaciones, partidos políticos y más ciudadanos que se unan en una causa justa como es la salvaguardia de la soberanía y la voluntad de los ciudadanos de una gran nación como es España. Y ahora sí, los resultados auditables de nuestro recuento dicen que extrapolando los porcentajes de nuestros votos y los oficiales, PSOE debería haber tenido 557 mil votos menos, Podemos 165 mil menos, PP 300 mil votos más y Vox 192 mil más, lo que traducido a escaños, aplicando la ley D’Hondt a nuestros datos por provincias, supondría 5 escaños menos para el PSOE, uno menos para Bildu y cuatro más para Vox, entre otros bailes de escaños menos llamativos.

JMF: ¿Intentáis analizar todas las actas?

IB: A cuales te refieres, ¿a todas las que nos llegan (de momento 3.800) o todas las existentes (60.000)?

JMF: A todas las existentes, ¿vais a por ellas?

IB: Por supuesto que las queremos contar y analizar todas, es la única manera de hacer las elecciones auditables para cualquier ciudadano y dar a conocer la verdad, lo que pasa es que esto no depende ahora de nosotros. Ignacio Vargas, a quien entrevistaste recientemente, lleva todo el tema de la petición de actas y ha conseguido que se le reconozca el derecho a tener esa información, pero de momento le han comunicado que esas actas todavía no están en su poder y no se las pueden proporcionar. Ahora cabe exigir la ejecución de ese derecho por parte de quién corresponda. Si consiguiéramos todas las actas nos esperaría un trabajo de chinos, con todo el respeto y ánimo para los chinos, pero tendríamos que hacerlo. Lo apropiado sería que la administración proporcionara las actas y pusiera los medios para su recuento, en un alarde de transparencia y reconocimiento hacia los ciudadanos a los que les deben todo.

JMF: Gracias Ignacio, ya me contarás si os facilitan las actas. Un abrazo.

IB: Buenos días Josep María, Gracias a ti. Te mantendré informado.


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