La puñetera camiseta

Se acaba de presentar la camiseta oficial que lucirá la selección española de fútbol, esa que hasta hace poco era la única realidad -cuando ganaba- que despertaba el sentimiento España, en el Mundial de Moscú. Y se ha liado y gorda. La camiseta, aprobada por el ahora innombrable Villar, amaga, como si fuera publicidad subliminal, las banderas republicana y catalana y, como se comprende fácilmente, en los tiempos que corren solo nos faltaba eso.

¿Ha sido intencionado? ¿Ha sido mala suerte? Como mínimo ha sido una torpeza y muchos aficionados, no los Podemitas de Iglesias, han reaccionado fatal y no quieren la puñetera camiseta. ¿El tema es una idiotez? No lo parece y, aunque lo fuera, tiene la virtualidad de que es una cuestión real, no como la República catalana que es una quimera, y que incluso podemos opinar ya que la Constitución no lo prohibe para nada: opinaríamos todos y eso es del todo legal dado que no pondría en duda para nada la universalidad de todos los españoles como sujetos de soberanía.

Sería bueno que la Federación Española de Fútbol se replanteara el tema y, contando que faltan más de 200 días para el susodicho mundial, no nos hiciera tragar con un diseño, cuanto menos polémico, si es que a muchos aficionados les altera;  los españolitos necesitamos sosiego,  que llevamos una larga  temporada mas que estresados.

No entiendo nada. Con la cantidad de opciones que tiene el diseño de una camiseta, ¿no es posible hacer una,  combinando los colores tradicionales, que no levante ampollas y una vez más nos divida? ¿Alguien me lo explica?

Papeles del Paraíso de muchos caraduras

Después de la llamada ‘lista Falciani’ y los ‘papeles de Panamá’ ahora entramos en el tiempo de los ‘Paradise Papers’ listados otra vez, presunción de inocencia incorporada, de un elenco de ‘pájaros’ poderosos que supuestamente han buscado derroteros mas opacos y baratos para guardar sus caudales. Tener dinero fuera no es de por si delito, siempre y cuando se cotice por ello en donde uno debe. Tener dinero negro, es decir saltándose la fiscalidad, es moralmente reprobable y socialmente infumable, lo tenga uno donde lo tenga, y es delito cuando, según la cantidad, las leyes del país así lo estimen.

Cuestión distinta es que la propia palabra ‘impuestos’ indica la ‘alegría’ con la que uno satisface semejante obligación y por tanto es bueno que pagarlos, además de hacer que moral y socialmente uno se encuentre con la conciencia tranquila, suponga una carga soportable y no desmesurada. Convertir la fiscalizad en un infierno no facilita en absoluto pagarlos poniendo buena cara, de la misma manera que cuando conocemos cómo se dilapidan, por parte de nuestros gestores, en gastos nada razonables, cuando no más que discutibles, tampoco ayuda a pagarlos.

No entiendo nada. Dada la necesidad impositiva, ¿no sería mejor que las leyes incentivaran el cumplimiento fiscal haciendo que los impuestos fueran los mínimos y que su pago sirviera realmente para redistribuir el dinero con justicia en necesidades objetivas? ¿Alguien me lo explica?

De Colau a Maza

Tal como escribí ayer a vuela pluma “sin duda lo conveniente políticamente no es eso (la prisión incondicional de Junqueras y los siete consejeros), pero me da que una juez seria no se mueve por el criterio de políticamente…  y , ya con la pausa del descanso,  sigo pensando lo mismo: un juez serio no se plantea  actuar de acuerdo al criterio político sino al jurídico. Mal vamos cuando uno lee la opinión de muchos de los que se postulan para ser nuestros dirigentes y ve que el concepto de democracia es “discutido y discutible” cuanto no absolutamente ignorado. Es frustrante ver que por los poros de muchos de nuestros políticos y periodistas se excreta totalitarismo… ¿Qué es sino totalitarismo querer que la justicia se supedite al criterio de los políticos? Desde la política no hay que dirigir la acción de la justicia sino adaptarse a ella. ¿Que te encausan a un conmilitón? Pues, en vez de poner a caer de un burro al juez, en un país democrático, se aparta al personaje de la vida política en espera de absolución o condena definitiva. Entre las declaraciones de personajes de ayer destacaré las de Ada Colau, calificando la justicia de “venganza” y exigiendo al Gobierno que pare esa deriva dejando a la intemperie su  concepto totalitario de la política;  y las del Fiscal General Maza que habla de la paciencia que ha tenido el Estado de derecho…, curiosa declaración sin duda, porque da a entender que esperó y esperó por política y al final actuó cuando no tuvo más remedio.

No entiendo nada. ¿Por qué tantos le piden a la justicia paciencia, sentencias ejemplares, etc. cuando lo único que tiene que hacer es aplicar las leyes y emitir sentencias, solo justas, de acuerdo a ellas? ¿Alguien me lo explica?

Elecciones ¿ya?

La aplicación rajoyana del 155 sorprendió a propios y extraños por su vertiginosa prisa en convocar elecciones. Se hablaba como pronto de seis meses y va él y las convoca de inmediato. El conocido por muchos ‘rey’ de los tiempos, eufemismo para explicar porque casi nunca hace nada, esta vez se apunto al tiempo cero.

¿Por qué? Buena pregunta sin duda. Hay quién dice que el Estado Central, ausente en Catalunya desde hace años, no tenía ni gente ni capacidad para mantener un cierto control sobre el gobierno catalán más allá de cuatro días. Hay quién piensa que al ser necesario de hecho, no de derecho, el concurso del PSOE y dado que este quería un 155 de lo más light, Rajoy opto por descafeinado en el tiempo, más corto imposible. La realidad es que Rajoy aplicó su indudable experiencia política en esta decisión: mínimo coste y solo atacar el problema, jamás las causas. ¿Riesgo? Todo, pero… quizás suene la flauta, no ganen los independentistas y por tanto resuelvan el problema los otros catalanes y el sin mojarse. Si es verdad que la arriesgada maniobra electoral demuestra, bien a las claras, que el Gobierno Central no pretende interferir en la autonomía y de hecho rompe, con acierto, el relato victimista de que es el maldito centralismo español el que aprovechaba los anhelos de libertad catalanes para borrar de un plumazo la descentralización de España.

No entiendo nada. ¿Por qué, ni siquiera en una situación límite, los partidos nacionales no superan sus complejos y juntos intentan resolver este grave problema de España? ¿Alguien me lo explica?

El caganer

Bien conocida es la figura del ‘caganer’ tan propia de los belenes catalanes. Es habitual que el humor catalán se vuelque en esta figura adjudicándole diversas personalidades según el protagonismo alcanzado por ciertos personajes el último año. Las fallas de Valencia, las chirigotas de Cádiz o el caganer catalán, son muestras del humor popular que bien merecen mi aplauso. Llega la navidad y este año no tengo dudas de que el caganer por excelencia será Puigdemont. La verdad es que se lo habrá ganado a pulso y no hará falta mucha imaginación ni mucho sentido del humor para entender que la figurita le va como anillo al dedo. Declarar la independencia sin declararla, responder a un requerimiento sin responder, votar a escondidas lo que se supone que es lo más, quizás lo único, importante que vas a hacer en tu vida y salir por piernas de España antes de que ni siquiera el fiscal elabore una querella, se ajustan bastante al concepto de cagón que se tiene en España y al de caganer de la fallida república catalana independiente.

No entiendo nada. ¿Liderar es no mojarse, esconderse y, cuando vienen mal dadas, escurrir el bulto? ¿Alguien me lo explica?

Tots som Catalunya

Viendo la segunda gran manifestación en Barcelona a uno, por frío que sea, como es mi caso, se le inflaman los sentimientos. En pocos días Catalunya ha roto, forzada por la demente actuación de cuatro iluminados, un tabú de años. Los catalanes se reconocen España y salen a la calle llenos de banderas para dejarlo bien claro incluyendo más de un justo y esperanzador Viva el Rey. En los últimos decenios solo la selección española, y ahora Puigdemont y su tropa, han conseguido eso. Las imágenes no admiten duda y dan para muy pocos peros; yo tengo uno al ver a los políticos que, en contra de lo que han hecho durante tantos años, curiosamente van por delante y no marchan por detrás como les correspondería por su protagonismo en esta contienda. Si, en cambio, me alegra sobremanera ver como por fin se mezclan derecha con izquierda. No es de recibo que la reivindicación de España sea cuestión de derechas. La izquierda española ha salido del armario en Catalunya. Ahora toca revertir la situación, normalizar en las instituciones lo que es normal en la vida. La ‘selfie’ en la que aparecen PP, PSOE y C’s no puede ser flor de una manifestación. La aplicación del 155 y la convocatoria rápida de elecciones, difícilmente desde el Gobierno central se podía garantizar una intervención más larga, la ha promulgado Rajoy pero la han pactado entre todos. Sánchez  quería un 155 light y Rajoy ha optado por un corte seco y breve. La intervención va directa a apagar el fuego pero ¿dejaremos otra vez libres las causas?

No entiendo nada Derecha e izquierda hicieron juntos la Constitución dejando una puerta abierta al nacionalismo desleal. Después del 23-F juntos intentaron cerrarla, pero ya era tarde, el Constitucional, siguiendo la Carta Magna, no les dejó. ¿Qué harán ahora? ¿Alguien me lo explica?

Nada de nada

No soy profeta ni hijo de profeta y tampoco soy psiquiatra ni hijo de psiquiatra, hoy lo tengo bien jodido. Siempre que me han preguntado, desde hace meses, ¿qué pasará en Catalunya? He respondido ante el asombro de muchos que, al margen de mucho ruido, no pasará nada. ¿Nada? Nada, porque nadie de los que mandan quiere que pase nada. Es evidente que cosas han pasado y seguirán pasando: Que el President de la Generalitat se salte la Ley, ¿no es nada?. Que la Presidenta del Parlament se salte leyes y procedimientos, ¿no es nada? Que se realice un segundo referéndum ilegal, ¿no es nada? ¿Que se promulgue una declaración de independencia, ¿no es nada? Que por primera vez se aplique el articulo 155, ¿no es nada? Realmente pienso que no. Dentro de unos años esto figurará en bien pocas líneas en los libros de historia porque al final no habrá pasado nada. Catalunya seguirá en España, y esta en Europa. Lo demás… Si es grave y si ha pasado que se ha roto la sociedad catalana, pero rota ya lo estaba.

Desgraciadamente esta suma de nadas será un gran nada. Se llegará al final a un arreglillo que consistirá en volver las cosas a su cauce de siempre sin arreglar nada de nada. Si Puigdemont no quiere la DUI y Rajoy no quiere aplicar el 155, ¿a qué jugamos? A nada.

No entiendo nada. Después del 23 de febrero hubo una LOAPA y en poco se volvió a las andadas, después de esto ¿se resolverá la crisis territorial de España o se pospondrá otra vez unos añitos? ¿Alguien me lo explica?

¡Vaya tropa!

Parece que la frase real, que se atribuye al Conde de Romanones, fue menos sutil. El dijo: ¡joder, qué tropa!, hablando de miembros de la Real Academia que, habiéndole prometido el voto, no le votó ni uno. ¿Se extrañó de una mentira? La realidad política española ha superado la experiencia del Conde, aqui, en política, miente hasta el apuntador y lo peor de la cosa es que lo damos por supuesto.

Analizando hoy quien gobierna en Catalunya, se  hace evidente que la democracia es, como dijo Churchill, el menos malo de los sistemas políticos, pero jolín habrá que mejorarla mucho y cuanto antes. En Catalunya manda Puigdemont, que no fue votado para ello, con una mayoría legítima pero que, por la ley electoral, no corresponde a una mayoría social. El actual Presidente se salta a la ley cuando le conviene y la segunda autoridad de Catalunya, la Presidenta del Parlament, hace lo mismo e incluso es capaz de saltarse sus propios reglamentos. Cuando les interesa no convocan sesiones parlamentarias y se quedan tan anchos… El Comité real de Gobierno de toda una comunidad autónoma es un sanedrín donde hay personajes de la sociedad civil a los que no han votado ni las ratas y así sucesivamente y desde hace años.

No entiendo nada. ¿Es eso la democracia o simplemente es que muchos  líderes políticos no dan la talla? ¿Alguien me lo explica?

Red clientelar

Desde el momento en el que el Gobierno inició los trámites para aplicar el famoso, y para muchos más que preocupante artículo 155, se habla de la ‘educación’ y de TV3. No es nada raro dado que hemos visto libros de texto y oyendo o viendo a la Corporación Catalana de Mitjans Audiovisuals, que incluye TV3 y Catalunya Radio, uno constata que ha sido uno de los instrumentos clave en el diseño de la estrategia independentista. 

El nacionalismo ya desde su primera etapa se propuso colonizar Catalunya en base a una serie de ejes de conquista. El primero fue ‘funcionarizar’ Catalunya fabricando una administración de nuevo cuño con el objetivo de tener voto cautivo y sobre todo una ‘longa manus’ para llegar hasta los rincones más recónditos. Lo siguiente fue neutralizar primero y transformar después al nacionalismo la sociedad civil en base a potenciar que asumieran su control personas de esta ideología. Luego estaban los medios de información y así se creó TV3 que con la excusa, real entonces, de normalizar el catalán se convirtió en instrumento de adoctrinamiento nacionalista y, por si se escapaba alguien, se impulsó una política de riego a base de subvenciones para que los medios privados también jugaran a lo mismo. Finalmente, el nacionalismo conquistó la escuela, aupando profesores, subvencionando a los próximos y manipulando los libros de texto. De un tiempo a esta parte el nacionalismo se ha quitado la careta, y ya es soberanismo, y con él toda la estructura que levantó en Catalunya; y en esas estamos.

No entiendo nada. ¿Cómo alguien pretende con una acción puntual revertir una situación como está? Si llevan cuarenta años implementando su estrategia, ¿cuántos años habría que dedicar para ‘normalizar’ una red clientelar en toda Catalunya? ¿Alguien me lo explica?

Vuelve el ruido

Es muy frecuente que mientras estamos esperando hechos, políticos y medios de comunicación se abonen al ruido, de algo hay que vivir. Si Puigdemont irá al Senado o no irá, si declarará la DUI o convocará elecciones, si será antes o después… Puro ruido. Que cómo se aplicará el 155, que si los funcionarios harán caso, que si no, que qué puñetas harán los mossos y los trabajadores de TV3… Más ruido. Basta ver las portadas de hoy: El País: «Solo la plena restauración de la legalidad evitaría el 155». El Mundo: «Puigdemont prevé ir al Senado y abre la vía para evitar el 155». La Razón: «El 155 es imparable».

En espera de nuevos hechos, ¿no hay otro tema? Pues parece que no. Es lógico que este sea el tema relevante día tras día, pero no puede haber novedades importantes por que si, cada jornada.  Cuando ocurre esto en la información publicada, siempre recomiendo a recurrir a los hechos. Hoy por hoy estamos en que el Gobierno Central, con el apoyo del PSOE y de Ciudadanos, han puesto en marcha el artículo 155 dado que Puigdemont, y con él el Gobierno catalán, no se avenía a razones y seguía adelante con su proyecto secesionista. El siguiente paso es la ‘autorización’ del Senado a la propuesta de aplicación de este artículo, que se producirá este viernes. Con la más que previsible luz verde a esta aplicación, el Gobierno deberá concretarla y lo hará, y a partir de ahí veremos con datos como se va resolviendo el tema. Esperemos pues al viernes  o sábado y después veremos.

No entiendo nada. Es evidente que los plazos ayudan a que Puigdemont pueda rectificar pero mientras pasa el tiempo con el tema abierto ¿no sigue desangrándose Catalunya y no sigue aumentando la crisis social en ciudadanos, vecinos y familias? ¿Alguien me lo explica?