La última EPA, la que recoge los datos del primer trimestre de 2017, no es para tirar cohetes. El paro subió en España 17.200 personas y se destruyeron 69.800 empleos en este primer trimestre, tradicionalmente malo, que ha sido el peor desde 2013. Andalucía se salva, con 63.100 empleados más y si bien en toda España aumenta la contratación indefinida también sigue aumentando el número de contratados a tiempo parcial.
La realidad es que nuestra tasa de paro sigue siendo escandalosa, un 18,75%, y eso lleva a celebrar este primero de mayo con alegría más que contenida. España sigue siendo una maquina vieja, que renquea demasiado al ponerse en marcha, y que anda muy necesitada de una buena puesta a punto fiscal.
Todas las ideas económicas de nuestros políticos se resumen en gastar más para socorrer al ciudadano en base a aumentar la carga impositiva del que se quiere ayudar.
Es escandaloso el paro y también lo es la deuda del Estado. España aumentó su deuda pública durante la crisis un 152%. Si bien podría ser aceptable que para capear una de las peores crisis, se incrementaran la deuda y los impuestos, no sería de recibo, ni de sentido común, que al empezar a levantar cabeza, no se revirtieran estas excepcionales medidas.
Sigue siendo más barato prevenir que curar y, por tanto, es mejor bajar impuestos que mantener parados. Bajar el impuesto sobre la renta, permite vivir mejor y gastar más. Reducir el impuesto de sociedades, facilita crear empleo. El peculiar Trump está proponiendo este tipo de medidas en Estados Unidos y pronto podremos ver su resultado.
No entiendo nada. ¿Como pretender ayudar a crear empleo sin reducir y simplificar impuestos? ¿Alguien me lo explica?









