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Hoy empieza el mundial para España y los del país del ‘todo o nada’ nos las dábamos de favoritos, recordando Sudáfrica y olvidándonos de Brasil. Ser bueno, jugar bien incluso ser excelente, depende de uno mismo, pero ser el mejor ganando, ya depende de otros. La ilusión es lo último que se pierde y en un país donde casi solo somos ‘nación’ en el deporte,  la selección de futbol es junto con la CasaRreal las pocas instituciones que hacen patria. Pues bien, cuando la moral estaba de lo más alto, apareció Florentino y la lió. Para resolver un problema de su equipo, le metió un marrón a la roja que ya veremos como acaba. Por si fuera poco, el bisoño presidente de la Federación Española de Fútbol, en una taque de cuernos, quizás justificado, rompió la baraja y a pocas horas del debut del equipo nacional cambio de entrenador y nos dejó al pie de los caballos. Si España gana, es muy difícil, se olvidara el tema; si España pierde, pierden todas menos una, ya tenemos culpables.

Hombre, vestir a un santo, desvistiendo a otro, no parece de lo más generoso y menos cuando el otro está de estreno. Pienso que, a falta de conocer la verdad, son bien contradictorias las versiones de Lopetegui, Florentino y Rubiales, presidente de la RFEF, y alguno miente, han metido la pata y peor imposible. ¿Duelo de egos? ¿Tan difícil es hablar y hacer las cosas con estilo? Manda huevos… impresentable.

No entiendo nada. ¿Qué sentido tiene que desde Madrid se desestabilice la selección que es de lo poco que nos mantiene unidos?. ¿Alguien me lo explica?